El Correo de Burgos

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Airsoft, la simulación bélica que suma fieles con la pandemia

El airsoft es una disciplina lúdico deportiva que tiene su origen en el Japón de los años 50 / Los jugadores utilizan réplicas perfectas de armas reales en las partidas

Un jugador de airsoft agazapado detrás de un obstáculo en una partida. LA FUNDICIÓN

Un jugador de airsoft agazapado detrás de un obstáculo en una partida. LA FUNDICIÓN

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Burgos

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El término anglosajón ‘airsoft’ (aire suave) da nombre a una de las actividades lúdicas con más adeptos dentro de los ‘war games’ o juegos bélicos, de aventura y estrategia. Actualmente la práctica del airsoft crece cada vez más tanto en España como en otros muchos países de Europa y el mundo. La pandemia, además, le ha dado un empujón a esta disciplina y es que al jugarse al aire libre se muestra como un hobby seguro. 

El airsoft es básicamente una simulación de enfrentamientos bélicos, en la que se participan dos o más equipos que tienen que cumplir una serie de objetivos. Poco o nada tiene que ver con el paintball, salvo que los espacios en los que se practica pueden ser los mismos. «El airsoft nace en Japón en los años 70. Estaba prohibido tener armas y se compraban armas simuladas o de juguete para practicar el tiro y también eran utilizadas en el ámbito militar», explica Cristian Antón, conocido en esta disciplina como ‘Hulky’, miembro y presidente de la Asociación de Airsoft Task force Burgos y uno de los jugadores más veteranos de airsoft de la provincia. De hecho, a día de hoy se encarga de realizar la mayor parte de las partidas que se desarrollan en la provincia. 

Desde Japón dio el saltó a otro países y fue en EE.UU. donde se popularizó a partir de los años 80. «A España, el airsoft llegaba en los años 90, pero es desde hace quince años cuando se ha empezado a extender por nuestro país», señala. Y es que cada vez más personas se interesan por este entretenido deporte de acción, que aún hoy en muchas ocasiones se sigue confundiendo con el paintball.

Poco o nada tienen que ver salvo «las ganas de pasárselo bien» y es que el airsoft es un deporte de acción basado en simulaciones militares. «Es un juego de honor, de respeto y de disciplina», comenta Hulky, quien avanza que el auge de esta actividad también le ha dado «una mayor visibildad». Visibilidad que ha derivado en algunas ocasiones en «cuestiones legales», especialmente por las ‘armas’ que se emplean para el juego. 

Simulación de rescate de un herido en una partida. LA FUNDICIÓN

Las 'armas' utilizadas en el airsoft, a diferencia de en otros deportes de acción como el paintball, «son réplicas casi exactas de las armas convencionales». De ahí que deban utilizarse en espacios habilitados y acotados para tal efecto y contar con una licencia de armas de cuarta categoría- la misma requerida para las carabinas de balines-, que se tramita con cada ayuntamiento y Guardia Civil o Policía Local. 

En este sentido, Antón considera que este requerimiento es un «parche» porque  «se han metido como armas de cuarta categoría, réplicas que tienen diferencias claras con las carabinas». y recuerda que las ‘armas’ que se usan en esta disciplina cuentan con unas características concretas. 

La estética de las marcadoras (armas) pasa por ser una réplica perfecta de armas reales y para la munición se usan bolitas de PVC biodegradables de seis milímetros y de un peso que oscila entre 0,20 y 0,40 gramos«La munición se ajusta a cada arma del juego con un peso específico para cada una de ellas», explica Antón, quien añade que los fabricantes de este tipo de réplicas «cada vez más buscan el mayor realismo tanto en peso como en estética y si bien los materiales no son los mismos que en las armas reales, cada vez son más similares».  

En cualquier caso, Hulky recuerda que «el airsoft siempre debe practicarse en espacio habilitados». Hay diversos tipos de campos: «para combate cerrado en edificio; abiertos semiurbanos como pueden ser unas tenadas donde guardaban el ganado y que ya no se usan o con edificios abandonados, y campo abierto con bosque». En la provincia existen algunos campos habilitados con los permisos necesarios para la práctica como los ubicados en Mazueco y en Milagros, así como el campo de paintball de la empresa Beloaventura, que «nos cede para realizar partidas».

Juegos y equipamiento

Si bien las reglas del juego son «relativamente sencillas», existen varios tipos de partidas y cada una de ellas «tiene su reglamento».  Así, las denominadas ‘pachangas’ son las partidas más sencillas. «Se preparan dos equipos y un bando se enfrenta a otro con un objetivo simple que puede ser por ejemplo capturar la bandera».  

Por otra parte están las partidas ‘speedsoft’. «Se trata de una variedad de juego más ágil y muy parecido al paintball por la rapidez en que se disputa y que  suele tener también un objetivo final como en el caso de las 'pachangas' como puede ser coger la bandera del equipo contrario». 

Algunas partidas se disputan en entornos semiurbanos con edificios abandonados. LA FUNDICIÓN

En las partidas 'guionizadas', a medio camino entre las pachangas y las ‘milsim’, «se desarrolla una operación  con objetivos que hay que cumplir  como desactivar una bomba». Además, estas partidas suelen contar con la denominada ‘zona de salida’ o ‘respawn’ para que un jugador que ha sido eliminado pueda regresar a una partida que está en desarrollo. 

En algunas jugadas, por ejemplo en las más tradicionales, se establece que una vez eliminado el jugador debe de esperar a que termine el juego para regresar al campo. Sin embargo, para otros modos de juego puede establecerse la recuperación del jugador eliminado porque la jugada dura mucho tiempo o simplemente se quiere agregar más emoción. «A veces esa zona está a dos kilómetros de la zona de juego o hay que realizar un objetivo concreto para regresar al juego». 

Por último están las partidas ‘milsim’, que proviene de la unión de los términos en inglés Military y Simulation. Es una modalidad en la que se intenta recrear de la forma más real posible una batalla ficticia o histórica, buscando la experiencia más realista. «Cuentan con un guión muy elaborado con objetivos complejos y por norma general los jugadores  toman roles concretos y viven la simulación de forma lo más real posible», explica el jugador, quien pone como ejemplo  que «en estas partidas se cuenta con la figura del médico, que es quien puede recuperar jugadores para reincorporarlos a la partida ya sea con un simple conteo o poniendo una venda». 

Al margen de estos tipos de partidas, también existen otras variedades como los juegos basados en escenarios postapocalípticos, simulando un mundo zombie o inspirado en películas como MadMax. 

«Lo mejor de esta actividad es que hay mil formas de jugar. Lo importante es pasarlo bien y crear partidas donde lo primordial es la confianza», señala porque «en este juego el honor de cada uno es muy importante». Al contrario de lo que ocurre en el paintball, «en el que claramente se ve que te han disparado, en el airsoft puedes hacerte una idea de haber ‘dado’ a alguien, pero es el contrincante quien debe hacer ver que ha sido eliminado»

Existen cuatro tipos de jugadores. Así, dependiendo del arma que utilicen se hablará  de fusilero, tirador, ametrallador y francotirador. «Cada uno tiene un rol y una marcadora con un potencia y por lo tanto una distancia mínima de seguridad  desde la que tiene que disparar», explica. Una distancia que «nunca será menor de cinco metros». 

En cuanto al equipamiento necesario para practicar airsoft, Antón explica que «no hay nada escrito» salvo «las gafas de protección» porque los ojos son el punto débil en esta práctica. Sin gafas está prohibido jugar. De hecho, recuerda que «en todas las partidas hay una zona de seguridad o respawn en la que no se puede entrar ni con armas ni con munición y es el único espacio en el que se puede estar sin gafas».

Por lo demás, apunta que «hay quien juega con chándal y zapatillas de deporte y hay quien viene súper preparado con un uniforme militar (normalmente de ejércitos de fuera de España para evitar que haya confusiones o suplantación de identidad), chaleco antibalas, casco, etc. para darle el mayor realismo al juego». 

En algunas partidas se incluyen objetivos simulados como desactivar bombas. LA FUNDICIÓN

La misma variedad hay en los cargadores. «Existen cargadores ‘high cap’ (alta capacidad), que se llena entero de bolas y con eso tienes para todo el día porque suele contar con una capacidad de unas 500 bolas». Los cargadores ‘mid cap’ con una capacidad media de entre 80 y 120 bolas y «los que buscamos más realismo llevamos los ‘real cap’, que tienen la capacidad real de las armas que se utilizan». 

Además en el airsoft existen réplicas de otras armas como granadas de mano o lanzagranadas.  «Cuando sale un arma nueva al mercado, las fábricas tardan aproximadamente dos años en replicarlas para airsoft», explica. Los precios son variables. «Hay réplicas básicas por 100 ó  200 euros,  algo más ‘decente’ por entre 300 y 400 euros y réplicas muy buenas por 800 euros o más, pero la realidad es que de unos a otros no hay grandes diferencias si lo que quieres es disfrutar de esta disciplina y pasar un buen día».

A día de hoy

La situación en la provincia y en la Comunidad alrededor de esta disciplina «ha ido cambiando con el paso de los años», señala Hulky.  «En Burgos arrancamos cinco o seis grupos y cada uno conocía el juego a su manera y así lo practicaba. Había pocos eventos y muchos de ellos fuera de Burgos. Coincidíamos en esos eventos y hablando entre nosotros nos unimos para organizar partidas en Burgos», comenta y apunta que «desde aquellos años, el grupo de jugadores, que llegó a alcanzar el medio centenar de personas, ha ido variando mucho». 

Antes de la pandemia y por estas fechas, Antón organizaba una gran partida navideña que «esperamos recuperar este año». En cualquier caso, el jugador anima a los burgaleses a probar una partida de airsoft. «Organizamos partidas prácticamente todos los fines de semana», señala y apunta que «nos pueden pedir cualquier información en @airsoftenburgos y en facebook». 

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