El Correo de Burgos

TOROS

Muere a los 71 años Ángel Teruel, un icono taurino de Burgos

Primer torero en tomar la alternativa en El Plantío el 30 de junio de 1967, año de la inauguración de la plaza / Admirado, querido, el maestro de Embajadores toreó más de 15 tardes en San Pedro en 11 ferias

Imagen de Angel Teruel. ECB

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Publicado por
ÍÑIGO CRESPO
Burgos

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El Burgos taurino está de luto. La historia taurina de esta tierra llora el adiós de uno de los referentes más grandes: el maestro Ángel Teruel. A la edad de 71 años, tras más de una semana hospitalizado en Cáceres, su corazón se ha parado la madrugada de hoy. Con Ángel Teruel se va gran parte de la historia taurina de la plaza de El Plantío, inaugurada en junio de 1967, año en que tomó la alternativa en su ruedo el maestro de Embajadores, el dandy de Madrid, de manos de Santiago Martín ‘El Viti’, con Pedrín Benjumea de testigo. Años después, en junio de 1981, el propio Ángel Teruel, doctoró en Burgos a otro mito y a otro icono: José Cubero ‘El Yiyo’.

Ha fallecido en Cáceres, donde la familia ha decidido que sea incinerado. Sufrió hace unos días en su finca extremeña un infarto que ha tratado de superar sin éxito. Nacido en Madrid, en el barrio de Embajadores, Ángel Teruel fue un niño prodigio, una capacidad innata, que le llevó a tomar la alternativa en la ribera del Arlanzón con 17 años de edad el 30 de junio de 1967.

El Viti le cedió la muerte del toro Cazuela de Agustina López Flores. Vestido de blanco y oro y por primera vez en la historia con las cámaras de televisión en directo desde Burgos para todo el país. Ángel Teruel se convirtió aquella tarde en el consentido de la afición burgalesa tras cortarle las dos orejas al sexto toro.

El Viti le cedió la muerte del toro Cazuela de Agustina López Flores. Vestido de blanco y oro y por primera vez en la historia con las cámaras de televisión en directo desde Burgos para todo el país

En esta tierra toreó durante once ferias, sumando más de quince paseíllos, varios festivales y una encerrona triunfal el 29 de septiembre de 1968, saldada con ocho orejas y un rabo; Todo ellos, tras haber estado presente en junio del mismo año dos tardes en la feria de San Pedro saliendo a hombros las dos tardes con dos y tres apéndices respectivamente.

Su trayectoria fue brillante. Triunfal. Rotunda. En Las Ventas, cuatro puertas grandes, 28 orejas en 34 tardes. Ángel Teruel fue un torero elegante, largo, poderoso, de una riqueza y una expresión tan fácil como dominadora. Un genio. Torero completo. Torero suave, interpretando una manera única de torear al paso, de manejar a los toros con una exquisitez natural.

En la calle fue único. Irrepetible. Un ser libre, con esa libertad tan bohemia y tan elegante. Tan natural. Adora Burgos. Cuando su hijo, Ángel, empezó la aventura de ser torero quiso que una de sus primeras novilladas fuese en Burgos en 2006. Se preparó mucho en casa de Antonio Bañuelos. “Un tipazo, un señor, mucha categoría”, sentenciaba Teruel sobre el ganadero burgalés.

Cuando su hijo, Ángel, empezó la aventura de ser torero quiso que una de sus primeras novilladas fuese en Burgos en 2006

Presumía de tener partidarios en esta tierra. Amigos del alma en el Club Taurino 25, entidad a la que tan unido estuvo. De las últimas visitas a la ciudad, en 2017. Con motivo de sus 50 años de alternativa. En una barrera presenció la corrida de aquel 30 de junio de 2017. Llegó para un día y se quedó tres. Ese era Ángel Teruel. Un ser que supo ser y estar. Qué vivió la vida como pocos. Una naturalidad de la que ya no quedan. Ni dentro de la plaza ni fuera.

Su legado de torería es inmenso. Su recuerdo imborrable. Su nombre y Burgos permanecerán unidos para la eternidad.

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