El Correo de Burgos

NAVIDAD

«El comercio de proximidad está empezando a crear conciencia»

El Mercado Navideño de Oficios Artesanos encara su recta final, con los Reyes a la vuelta de la esquina, tras un goteo «constante» de burgaleses que demandan productos de «cercanía»

El Mercado Navideño de Oficios Artesanos en su edición de 2021.  SANTI OTERO

El Mercado Navideño de Oficios Artesanos en su edición de 2021. SANTI OTERO

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De paseo por el Espolón, resulta inevitable echar un vistazo a los puestos del Mercado Navideño de Oficios Artesanos. Es época de regalos, también de darse algún capricho, y la variedad de productos que ofrecen los expositores nos puede salvar de algún que otro compromiso en estas fechas. Además, este tipo de citas ayudan a mantener vivo ese «comercio de cercanía» que difícilmente puede competir con las multinacionales o las grandes superficies. 

De momento, las ventas van «bastante bien». Lo corrobora Roberto Fernández, presidente del Colectivo de Artesanos de Burgos (Coarte). «En general», apunta, los expositores están satisfechos de la respuesta de este año aunque «algunos no han terminado de despegar». En cualquier caso, lo más importante es que «el comercio de proximidad está empezando a crear un poco de conciencia en la población». 

Obviamente, la meteorología condiciona en gran medida la afluencia de público. «No nos podemos quejar del tiempo», sostiene Fernández pese al chasco de «días puntuales» como el del pasado domingo, con las nubes amenazando con romper durante la mañana y la lluvia presente toda la tarde. Y aunque visto lo visto no le cabe duda de que «va a ser un buen año», prefiere esperar al 5 de enero, último día del Mercado, para hacer un balance en condiciones. 

Abierto desde el 3 de diciembre, el Mercado Navideño cuenta en su vigésimo cuarta edición con 27 expositores. «No interesaba meter más», precisa el presidente de Coarte a sabiendas de que Burgos no requiere una cita «de grandes dimensiones». No solo porque ya alberga de por sí «una representación importante de muchos oficios», sino también por la actual oleada de contagios de la variante Ómicron

Lo fundamental es controlar posibles grandes concentraciones de gente y garantizar a los vendedores un espacio seguro frente al Covid-19. Sin embargo, en esta ocasión no ha sido necesario vallar el paseo de Marceliano Santa María y limitar el aforo. Sobre este asunto, Fernández celebra que la situación «no se ha desmadrado y está bastante controlada». De entrada, el emplazamiento permite que «la gente pueda pasear sin necesidad de aglomerar la feria». Además, se está respetando el uso de mascarilla. 

El Ayuntamiento  trasladó su «compromiso» de aportar vallas «si hacía falta» dadas las circunstancias. 

Aún con todo, la idea de cerrar el recinto y fijar aforo no se descartó de buenas a primeras. Según detalla el presidente del Colectivo de Artesanos de Burgos, «estábamos preparados para ello». De hecho, el Ayuntamiento  trasladó su «compromiso» de aportar vallas «si hacía falta» dadas las circunstancias. 

A la hora de analizar cómo ha sido el año para los artesanos que se ganan la vida en este tipo de mercados, Fernández lo ve complicado porque, al igual que 2020, ha sido «muy raro». Si ya era difícil comparar antes de la pandemia porque «todas las ferias son distintas y no hay ningún año igual», más lo es aún con un virus que ha cambiado nuestras vidas por completo. 

Si algo bueno saca de esta pandemia es comprobar que la merma de turistas y peregrinos se puede solventar gracias al consumidor local. Ya en la Navidad pasada «el público de Burgos se volcó». Y este año, de manera «constante» desde principios de diciembre hasta ahora, la respuesta se mantiene. Está por ver, de cara a los Reyes, si se cierran las cajas con una sonrisa de oreja a oreja.  

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