El Correo de Burgos

El rastreo militar asume la sexta ola: 1.500 llamadas diarias a positivos

Tres pelotones de 58 rastreadores en Burgos mantienen la efectividad. «Cargan los positivos por la tarde y nosotros llamamos a la mañana siguiente». 7.000 llamadas registran el martes en Castilla y León

La unidad en Burgos cuenta con tres pelotones y 56 soldados que realizan en estos días de incidencia disparada unas 1.500 llamadas diarias. ICAL

La unidad en Burgos cuenta con tres pelotones y 56 soldados que realizan en estos días de incidencia disparada unas 1.500 llamadas diarias. ICAL

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120 llamadas diarias. Es la media que el soldado Alejandro Cuvas realiza en estos días de contagios de Covid-19 disparados. «Llamamos a los positivos que Sacyl nos manda. Se les comunica el positivo, algunos ya saben porque se les avisa por SMS, les preguntamos por los síntomas, que tal se encuentran, la fase de vacunación que tienen y les informamos que tienen que llamar a sus contactos», resume. Y que deben cumplir un confinamiento de siete días.

Es el día a día de los rastreadores de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica (UVe) de Castilla y León que afrontan la sexta ola con jornadas de hasta 7.000 llamadas en Castilla y León durante el martes o las 1.500 realizadas en Burgos. Es el ritmo que impone la variante ómicron en los últimos días y que los rastreadores militares  gestionan día a día. La Teniente Carmen Cerezuela es la jefa de la sección de Vigilancia Epidemiológica de Burgos. «Ahora tenemos 58 personas activas divididas en tres pelotones y vamos al día, el laboratorio carga los positivos por la tarde y nosotros realizamos las llamadas al día siguiente», señala.

Siguen los protocolos marcados por Sacyl que ofrece los datos de positivos remitidos desde las autoridades sanitarias. Antes se realizaban rastreos de contactos estrechos de positivos pero el ritmo de ómicron lo ha complicado. «Antes estábamos haciendo llamadas para informar que eran positivos y se les pasaba a otra sala, ahora desactivada, para citar a primera y segunda prueba con contactos estrechos», explica Cerezuela.

Ahora solo contactan positivos y les explican cómo detectar posibles contagios: aquellas personas con las que hayan estado en contacto más de 15 minutos, sin mascarilla, dos días antes de presentar síntomas o tener una prueba positiva. «Ahora llegamos a un punto de la ola que era imposible rastrear a tanta gente porque se desbordaba y lo principal era avisar a los positivos. Ellos mismos son los que deben contactar contactos estrechos y avisar a sus centros de salud correspondientes», añade la coordinadora de la UVe de Burgos.

La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, visita a los rastreadores del Ejército en la Base Militar Cid Campeador de Burgos. ICA

En la mañana de ayer, cuando la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, y el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, realizaron una visita al operativo desplegado por el Regimiento de Ingenieros número 1, estaba trabajando el tercer pelotón. Con directrices claras y un trabajo de ocho de la mañana  a ocho de la tarde de lunes a domingo. «Tenemos unos haciendo llamadas, otro accediendo a la base de datos del Sacyl y ahí obtenemos todo el personal que ha sido positivo Se les llama se les informa de las medidas a tomar», explican.

Un trabajo constante que Barcones ha querido poner en valor. «Desde septiembre, de manera ininterrumpida, de lunes a domingo han venido realizando sus funciones según lo que la comunidad determina en cada momento. Las Fuerzas Armadas están realizando una labor ininterrumpida en la que suman mas de un millón de llamadas telefónicas, un trabajo que hay que poner en valor porque es incalculable el número de contagios que su labor nos ha evitado», señaló la delegada del Gobierno en Castilla y León.

Virginia Barcones: "Las Fuerzas Armadas están realizando una labor ininterrumpida, de lunes a domingo, en la que suman mas de un millón de llamadas telefónicas y una media de 2.500 llamadas diarias desde septiembre de 2020"

Barcones recordó la labor de desinfección de calles y residencias realizada por la Unidad Militar de Emergencias al principio de la pandemia que ha seguido con estas labores de rastreo y que continuará con los equipos de vacunación que ya han empezado a actuar en la comunidad. «La disponibilidad y eficacia de las Fuerzas Armadas y la lección de solidaridad y eficiencia que han dado durante la pandemia... Han sabido estar cerca de la gente, demostrarse útil en los momentos más difíciles», señaló durante su visita a la base militar de Burgos.

Recordó que en Burgos hay una unidad de vigilancia epidemiológica y están en marcha otra en Salamanca, dos en Valladolid y dos en León. Además hay una unidad en la Base de Cuatro Vientos en Madrid que opera bajo el mando de Castilla y León. Este trabajo de rastreo constante se ha realizado con fluctuaciones de rastreadores de entre 60 a 480 militares. En las ultimas semanas se ha producido un refuerzo con el que «podemos ir al día, pero todo depende de como vayan subiendo los casos». El operativo realiza 2.500 llamadas de media cada día desde que se puso en marcha en septiembre. 

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