Más de 8.000 peregrinos en la Casa del Cubo a pesar de la Covid-19
La pandemia y las rutas alternativas penalizan el Año Santo Compostelano. Seis de cada diez son extranjeros, a pesar de las restricciones de movilidad internacional
La afluencia de peregrinos en el Albergue de La Casa del Cubo a penas ha superado las 8.000 personas durante el año 2021. Son cifras «impensables en un Año Santo Compostelano, ni siquiera en un año normal, pero estamos en pandemia», explica el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, Jesús Aguirre, que gestiona la instalación de la calle Fernán González. Cifras que están muy lejos de los 29.174 peregrinos que pernoctaron en uno de los albergues mejor valorados de la ruta francesa en 2019, pero sube más de un 300% del año 20, marcado por el confinamiento y el aislamiento de los países por la dispersión del coronavirus.
Retomar la normalidad es el objetivo para este 2022 en el que se ha extendido el Año Santo Compostelano. «Tenemos ilusión y esperanza en ir recuperando un poco nuestra vida y la normalidad y dejar atrás esta terrible pandemia», explica Aguirre. Aunque el umbral de los 30.000 peregrinos tardará en llegar porque se mantienen las restricciones de los tiempos del covid por el momento. «Nosotros mantenemos los protocolos de toma de temperatura, distancia, uso de mascarilla y mantenimientos, sea cual sea la incidencia, el 50% del aforo porque nos da más garantías», explican desde la Asociación de Amigos del Camino de Santiago. Un sistema que ha permitido que en los siete meses que el albergue ha abierto este año «no ha habido ningún positivo por Covid».
La italiana Kaitlyn fue la primera peregrina en reservar noche en julio, cando el albergue municipal volvió a abrir. SANTI OTERO
Con este protocolo se reabrieron las instalaciones de la Casa del Cubo tras más de medio año con las puertas cerradas. A principios de junio del año pasado la italiana de origen moldavo Kaitlyn era la primera en reservar cama en el albergue con su apertura. Seis de cada diez peregrinos que han pasado noche en estas instalaciones el año pasado fueron extranjeros. En total 5.429 personas. De entre todas las nacionalidades francesa e italiana, como la de Kaitlyn, están en primer lugar. Durante este año de restricciones de movilidad y alertas de viajes por España, 1.411 franceses optaron por hacer la ruta tradicional del Camino de Santiago. Le siguen los italianos, 1.153 pararon en uno de los albergues de Burgos, y 562 alemanes.
Los coreanos "desaparecidos"
El cuarto lugar de procedencia de los peregrinos está más allá del charco. 376 americanos pasaron noche a la sombra de la Catedral de Burgos. Es la nacionalidad no europea con más afluencia y que ha superado a Corea del Sur donde se vive una auténtica revolución con el Camino de Santiago en los últimos años. Este año 153 coreanos se han atrevido a superar las restricciones asiáticas respecto a la covid-19 y acercarse a España, un país de riesgo en muchos momentos por su alta incidencia de contagios. «Los coreanos prácticamente han desaparecido, ante la situación que hay en todo el mundo venir de tan lejos y no saber lo que te vas a encontrar, la gente tiene reparo», explica Aguirre. Señala, además, que «son muy escrupulosos en cumplir todas las medidas, aquí al albergue ya llegaban con la mascarilla antes de la pandemia», recuerda Aguirre.
Sobre la presencia de peregrinos nacionales, también es baja. Son 2.629 los que han pasado noche en el albergue municipal. Los catalanes lideran la estadística con 692 personas y le siguen valencianos (316), madrileños (280) y vascos (284). Recuerda Aguirre que las cifras son indicadoras del uso del albergue pero no las únicas de la ruta puesto que «hay mas albergues en la ciudad y establecimientos hoteleros especializados al que también acuden los peregrinos».
Lo que si es propio del albergue es la presencia de los hospitaleros, que son voluntarios de diferentes puntos de España y que dan la bienvenida y asesoran a los peregrinos. «Es de agradecer que en este contexto y con tanta incertidumbre no nos han faltado voluntarios», explica Aguirre.