El Correo de Burgos

ELECCIONES 13F

Abascal: «Tendremos la obligación de entendernos con el PP, pero no va a ser gratis»

El líder nacional de Vox se muestra dispuesto a negociar con Mañueco si los números no dan pese a asegurar que «no queremos sillones»  / García-Gallardo acusa al resto de partidos de ponerle «palos en las ruedas»

El líder nacional de Vox, Santiago Abascal, durante su mitin en Burgos. SANTI OTERO

El líder nacional de Vox, Santiago Abascal, durante su mitin en Burgos. SANTI OTERO

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Burgos

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Proclive a pactar con el Partido Popular si los números no dan. Bajo ese escenario se mueve Vox de cara a las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León. Así de claro lo ha dejado su líder nacional, Santiago Abascal, tras arropar en Burgos al candidato de su formación, Juan García-Gallardo. «Tendremos la obligación de entendernos», ha asegurado mientras dejaba claro, eso sí, que cualquier apoyo a Alfonso Fernández Mañueco «no va a ser gratis». Más que nada, porque su partido no es el «coche escoba» del PP. Una cosa son las encuestas y otra lo que determinen las urnas. Bajo esa premisa, Abascal ha señalado el «nerviosismo» del PP, y del resto de partidos mayoritarios, que se encuentran «muy asustados ante la claridad de nuestro mensaje». Por eso, según el presidente de Vox, Mañueco no descarta una repetición electoral para que «tenga las manos libres otra vez». No en vano, ha replicado a los 'populares' «que tengan cuidado, no vaya a ser que les ganemos». Tendida la mano a Mañueco en caso de necesidad para impedir que Luis Tudanca se haga con la Presidencia, Abascal ha querido matizar que en Vox «no queremos sillones» sino un «cambio de rumbo». Previamente, ha centrado gran parte de su discurso en la «repugnante falsa pelea» que históricamente mantienen el Partido Popular y el PSOE de cara a la opinión pública. Un «teatrillo permanente» que, a su juicio, ha demostrado que en realidad los 'populares' representan la «cara B» del socialismo porque «están de acuerdo en lo peor», ya sea en «políticas de género» o aquellas «falsamente verdes de los ecologistas de asfalto». Otro de los elementos de confrontación que Vox plantea frente a los dos grandes partidos es el tema de la despoblación. En este sentido, Abascal ha cargado contra la inmigración ilegal tras caldear el ambiente, al comienzo de su discurso, aludiendo a la detención de un hombre subsahariano tras violar a una anciana de 95 años en Figueres (Girona) y un caso similar protagonizado por un menor extranjero no acompañado. Después, entrando en materia, ha defendido la «reindustrialización» y la «vuelta al campo» en Castilla y León. También una política de natalidad capaz de combatir el «suicidio demográfico» para que la Comunidad pueda «repoblarse con españoles».Frente a un público enfervorizado que le ha recibido al grito de «presidente», Abascal también ha sacado el comodín de las autonomías para denunciar que este «ensayo fallido» ha servido para que tanto Castilla y León como Burgos sean los «grandes damnificados». Del mismo modo, ha considerado que la provincia, al igual que otras que no son Valladolid, se ha convertido en el «patito feo». Es lo que tiene, desde su punto de vista, la consolidación de «17 centralismos» bajo el paraguas de un Estado en el que «la deslealtad se ha premiado». «Alternativa de futuro»Convencido de que el debate a tres entre Mañueco, Tudanca y Francisco Igea fue una «pantomima en la que hacen que se pelean», el candidato de Vox a la Presidencia de Castilla y León ha sentenciado que el resto de partidos les están poniendo «palos en las ruedas» porque su proyecto representa una «alternativa de futuro». Además, ha reconocido que «les escucho hablar y me da la risa» por las «medidas arbitrarias» y «leyes ideológicas» -sobre todo en el campo de la Educación- que a su entender comparten unos y otros. Haciéndose eco de la visita de Isabel Díaz Ayuso a Burgos para acompañar «de la manita» a Mañueco y repetir su lema de «socialismo o libertad», García-Gallardo ha cuestionado la gestión del mandatario 'popular' porque «ha cerrado las iglesias en la desescalada, ha bajado las persianas de los negocios, ha arruinado a nuestros hosteleros y ha impuesto un toque de queda arbitrario a las 8 de la tarde que ha sido declarado ilegal».Antes del candidato, y tras la intervención del cabeza de lista por Burgos, Iñaki Sicilia, José Antonio Ortega Lara ha tomado la palabra para resaltar que «la incansable actividad de Vox genera mucha preocupación». A la hora de repartir críticas, ha cargado en primer lugar contra el «guerracivilismo cainita» de una izquierda que, en su opinión, supone «una auténtica plaga para la economía del país». Pero tampoco se ha olvidado de su anterior partido, el PP; que antaño tenía «identidad propia y relato». El problema, desde su punto de vista, es que los 'populares' han acabado «abducidos por los poderes del mal» hasta el punto de hacer «seguidismo de las leyes ideológicas y de las prácticas de ingeniería social de la izquierda».

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