MUNICIPAL / SEGURIDAD CIUDADANA
Agentes de la Policía Local contra el odio
La aversión contra algo o contra alguien está detrás de decenas de delitos, que muchas veces no se denuncian / La Unidad de Gestión de la Diversidad atiende a víctimas de violencia de género y a colectivos vulnerables
Atender y proteger a mujeres víctimas de violencia de género, vigilar y animar a denunciar los delitos de odio contra inmigrantes o hacia el colectivo LGTBI, intervenir en conflictos familiares y detectar casos de absentismo escolar. Estas son algunas de las relevantes tareas que tiene asignadas la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Local, que ha cumplido dos años de funcionamiento con un importante refuerzo de personal, ya que de dos agentes ha pasado a seis el pasado octubre.
A través de sus intervenciones se está empezando a conocer cuál es el panorama de la ciudad con respecto a la convivencia entre sus ciudadanos sea cuál sea su orientación sexual, su género, su religión, su raza o su situación económica. Como explican los dos agentes que llevan más tiempo en esta unidad, el oficial Jorge Serrano y su compañera Henar Munguira, es evidente que en Burgos, como en todas partes, se producen situaciones de discriminación que pueden ser consideradas delitos de odio que, en la mayoría de las ocasiones, no se denuncian. «Están ocultos por diversas circunstancias, pero están ahí y nuestro trabajo es que salgan a la luz para evitar que puedan derivar hacia problemas más graves», precisan.
«Están ocultos por diversas circunstancias, pero están ahí y nuestro trabajo es que salgan a la luz para evitar que puedan derivar hacia problemas más graves», precisan.
Su día a día no tiene mucho que ver con el de otros agentes asignados a atestados, tráfico o vigilancia del cumplimiento de las ordenanzas. Y de hecho, en muchas ocasiones, dejan de lado el uniforme para conseguir la proximidad de las personas y de los colectivos con los que trabajan, puesto que están en situaciones de vulnerabilidad y necesitan ese punto de confianza para abrir buenos cauces de comunicación.
Así, esta Unidad tiene un importante vínculo con las asociaciones de la capital burgalesa, «existe una buena red en Burgos de colectivos que trabajan en violencia de género, con inmigrantes, con colectivos LGTBI», destacan los agentes. También es importante la cercanía con los trabajadores de los servicios sociales ya sean del Ayuntamiento o de la Junta de Castilla y León para tener presentes los recursos con los que pueden contar las personas a las que asisten. «Se puede ser muy efectivo si se actúa de forma coordinada», precisa el oficial.
Esta unidad comenzó a trabajar en situaciones de conflictos familiares, menores o discriminación y ya este pasado mes de octubre asumieron una de las partes más relevantes de su misión: la violencia de género. De acuerdo, al convenio firmado entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Interior se hacen cargo de la protección de mujeres dentro del sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género (Sistema Viogén).
En estos momentos tienen asignadas 72 víctimas y para mitad de este año serán unas 120, todas ellas están en una situación de riesgo bajo o no apreciado, según la categorización que realiza Viogén. Este número de casos que atenderán representan el 50% de las víctimas en riesgo bajo o no apreciado. Mientras, el Cuerpo de Policía Nacional se encarga del otro 50% de víctimas de riesgo bajo o no apreciado, así como de las de riesgo medio, alto y extremo.
La Unidad está en fase de toma de contacto con esta realidad y en la medida que vayan adquiriendo experiencia y controlando el sistema de seguimiento integral van a ir asumiendo más víctimas.
El oficial Serrano explica cómo es el día a día en Viogén. Cada agente tiene asignadas un grupo de mujeres a quienes va conociendo a través de entrevistas y les proporciona un número de teléfono al que acudir las 24 horas del día y los 365 días del año ante cualquier problema con su agresor. «Si tienen una emergencia deben acudir al 112, pero nosotros también estamos al otro lado de ese teléfono si nos necesitan», añade.
«Si tienen una emergencia deben acudir al 112, pero nosotros también estamos al otro lado de ese teléfono si nos necesitan», añade.
Cada cierto tiempo, en función del riesgo, el sistema requiere una nueva evaluación de la situación de esa víctima por si se da el caso de que pasan bien a un riesgo mayor o a uno menor, para actuar en consecuencia. Por ejemplo, en los de riesgo no apreciado se realiza cada tres meses.
Los agentes resaltan que no existe un perfil definido entre las mujeres con las que han comenzado a contactar la Unidad de Gestión de la Diversidad. «La violencia de género está en todos los estratos sociales, en todas las razas o en cualquier edad», asegura Henar Munguira, una afirmación que da cuenta de que esta lacra puede aparecer en cualquier ámbito. Lo que sí tienen en común todas es que cuentan con una orden de protección y suele haber mediado una denuncia policial ante una agresión.
Es importante señalar que los agentes asignados a este grupo de trabajo, que han pasado por cursos de formación con la Unidad de Familia y Menores (Ufam) de la Policía Nacional, tienen su sede en el antiguo Ayuntamiento de Gamonal, en la calle Vitoria, junto a la Casa de Cultura de Gamonal. Allí quieren crear un punto de encuentro donde también generar esa «confianza», de la que antes hablaban, para recibir tanto a víctimas de violencia de género como a otros colectivos que, en algún momento, sientan desprotección.
Estas labores en Viogén tienen que encontrar encaje con el resto de las tareas asignadas en la idea de contribuir a la «estabilidad y cohesión social». De cara a los próximos meses, la Unidad tienen entre sus prioridades establecer contacto con grupos de distintas confesiones religiosas, hasta siete se practican en Burgos. «Queremos que nos conozcan y nos presenten sus demandas», manifiesta Serrano, que añade que están pendientes, por ejemplo, de la aparición de pintadas de odio en mezquitas «porque puede ser la punta del iceberg».