Una ciudad de juguete para dar visibilidad al autismo
La instalación, ubicada en la Casa de Cultura de Gamonal, está conformada por más de 5.000 piezas de Playmobil / Su autor es Álvaro, de 12 años, mellizo de Gonzalo, un niño con TEA
La Casa de Cultura de Gamonal acoge desde hoy una gran ciudad de juguete construida con más de 5.000 piezas de Playmobil. que podrá visitarse hasta el próximo 21 de mayo. El autor de esta acción única es Álvaro de Santiago, de doce años, hermano mellizo de Gonzalo, que tiene Trastorno del Espectro Autista.
El objetivo de esta exposición con entrada gratuita es «dar visibilidad al autismo y quien lo desee, además podrá colaborar con la mejora de la calidad de vida de las personas con autismo mediante un donativo», apunta María Rico, responsable del Programa de Familia de la Asociación.
Fue Claudia, la madre de Álvaro y Gonzalo, la que propuso a Autismo Burgos realizar esta exposición, pero la idea «fue de mi marido y de mi hijo», explica la propia Claudia, quien apunta que «ambos pasaban mucho tiempo juntos jugando». Ahora es ella quien ha tomado el relevo de este sueño tras el fallecimiento de su pareja.
La pasión por este juego ha sido siempre «cosa de toda la familia» y surgía en parte como respuesta «a la necesidad de dar a Gonzalo una opción de juego simbólico». Todo arrancó «comprando una casita» y «con Gonzalo poniendo los muñecos donde quería». Al juego se sumó su hermano Álvaro y después se unirían Claudia y su marido.
Así, «empezamos a adquirir piezas y piezas, sobre todo de segunda mano, y era también el regalo de cumpleaños, navidades y buenas notas», apunta y asegura, entre risas, que «ahora no hay una sola habitación en la que no haya alguna figura» aunque «la gran mayoría las tenemos organizada en cajas y por temáticas».
En la asociación dijeron que sí desde el primer momento a la propuesta porque «nos pareció una acción curiosa, divertida y solidaria», comenta Rico, quien sobre todo pone en valor que esta propuesta «salga de un niño de doce años». La idea no es de ahora y es que nacía «justo antes de la pandemia». De hecho, «dos semanas antes de que arrancara al confinamiento, el Ayuntamiento de Burgos nos había confirmado la cesión de la Casa de Cultural de Gamonal».
Justo antes de comenzar con el montaje llegó la covid-19. «En realidad nos vino bien este parón porque hemos podido reunir muchas más piezas para la exposición», comenta Claudia. Si bien la muestra «podría haberse realizado antes, entre todos decidimos esperar a que las cosas estuvieran más o menos calmadas para recuperarla», apunta la técnico de la entidad. Y ahora es el momento.
Claudia hace hincapié en el objetivo de la cita: «Dar visibilidad a las personas con TEA y que la sociedad conozca este trastorno para tener una mejor comprensión y relación con las personas que lo padecen y con sus familias». Y es que para esta madre, que los ciudadanos conozcan el autismo y lo que implica «nos ayuda mucho a las familias».
La madre de Álvaro y Gonzalo hace hincapié en la importancia de «educar a los niños en la diversidad» y en «hacerles ver que existen diferentes formas de ser y de pensar». En este sentido se expresa Álvaro, quien a pesar de sus doce años demuestra en sus palabras una enorme madurez y empatía. «Para mí esta exposición es algo muy especial porque queremos dar la mayor visibilidad al autismo y sobre todo en esta etapa en la que no somos ni niños ni mayores porque es una etapa complicada para las familias».
A Álvaro le emociona que personas que «son ajenas al autismo puedan conocer el trastorno a raíz de esta exposición» y que «en un momento dado puedan colaborar con las familias con un simple ‘lo que necesites’ o ‘cuando quieras’», dando a las personas con TEA «la oportunidad de hacerse ver y de expresar cómo son y lo que sienten».
El diagnóstico
Cuando llegó el diagnóstico de Gonzalo a los 18 meses, la familia residía en Aranda de Duero. «Vivíamos allí por el negocio de mi marido y aunque la asociación cuenta con una delegación allí, a la hora de ir al colegio vimos que Gonzalo no podía ir a uno ordinario y decidimos que me vendría a vivir con mis hijos a Burgos para que Gonzalo pudiera ir al colegio El Alba de la asociación».
Recuerda Claudia que «las primeras señales son fundamentales para hacer un diagnóstico precoz». De hecho, la madre de los jóvenes recuerda que «curiosamente fue Gonzalo quien anduvo y habló antes y quien mostró más fortaleza física tras un parto prematuro». Las primeras señales llegaron en la escuela infantil. «La profesional que les cuidaba fue quien nos alertó y en la revisión de los 18 meses, el pediatra nos envió a neurología, donde a su vez nos recomendaron contactar con la asociación».
Autismo Burgos «ha tenido un papel fundamental en nuestras vidas», señala Claudia, quien asegura que «el apoyo de la asociación ha sido imprescindible». Por eso que esta exposición es también «un homenaje y un acto de agradecimiento a una entidad que es un soporte fundamental para mis hijos y para mí y para decenas de familias».