El Correo de Burgos

MUNICIPAL / MEDIO AMBIENTE

Burgos no supera los valores límite de contaminación legislados

Dos campañas de medición de calidad del aire realizadas a petición de la Concejalía de Medio Ambiente registraron buenos resultados, pero el tráfico rodado es el principal causante de la presencia de dióxido de nitrógeno y de las concentraciones de partículas aéreas

Una mujer pasa por delante de la Unidad Móvil de medición de calidad del aire. SANTI OTERO

Una mujer pasa por delante de la Unidad Móvil de medición de calidad del aire. SANTI OTERO

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Burgos

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La preocupación por la calidad del aire que se respira en el entorno urbano de Burgos es cada vez mayor entre los ciudadanos, no en vano los altos niveles de contaminación atmosférica producen y agravan enfermedades de tipo respiratorio.

Las elevadas concentraciones de partículas aéreas (PM10 y PM2,5), de dióxido de nitrógeno (NO2), de ozono (O2) y de dióxido de azufre  (SO2) son las causantes de la mala calidad del aire, en especial, en las ciudades y de ahí la necesidad de contar con mediciones objetivas que den una idea clara de cómo está la capital burgalesa.

Conscientes de esta inquietud, las políticas públicas promueven planes de calidad del aire y restricciones ante episodios de alta contaminación. El Ayuntamiento de Burgos, a través de su Concejalía de Medio Ambiente, tiene en marcha distintas propuestas como son las campañas de mediciones extraordinarias, con la Unidad Móvil de Inmisión (UMI) de la Junta de Castilla y León, la colocación de nuevos aparatos de medición por toda la ciudad, con un presupuesto de 70.000 euros. 

Además, cuenta con un Plan de Acción para el Clima (PACES), que se marca como objetivo reducir las emisiones de CO2 hasta 2030 (Agenda 2030) y tiene en marcha la creación de la Zona de Bajas Emisiones, que deberá ponerse en marcha en enero de 2023 y cuya extensión ya está decidida, dos kilómetros cuadrados.

El concejal del área, el socialista Josué Temiño, solicitó a la Junta de Castilla y León nuevas mediciones de calidad de aire para verificar el funcionamiento de las dos estaciones con las que cuenta la capital, en Lavaderos y en Fuentes Blancas. Especialmente se quería conocer que la ubicada en Lavaderos, un entorno de tráfico, arrojase resultados ciertos y ajustados a la realidad.

Entre noviembre de 2021 y enero de 2022 se realizaron dos campañas en lugares de alta concentración de vehículos como son el entorno del bulevar, a la altura de la antigua escuela de Relaciones Laborales, y en las cercanías de la calle Vitoria, junto al parque de la Cruz Roja. Estos fueron los lugares elegidos por ser zonas de alta concentración de tráfico para realizar mediciones diarias durante 37 días, junto al hotel Bulevar y durante 47 días, en la calle Vitoria.

Imagen de tráfico en el bulevar. RAÚL G. OCHOA

Imagen de tráfico en el bulevar. RAÚL G. OCHOA

La Junta de Castilla y León ya ha enviado sus conclusiones al Ayuntamiento de Burgos y la idea principal es que los resultados detectados más elevados se registran en contaminantes tales como dióxido de nitrógeno (NO2) y material particulado (PM10), incluso superando los valores medidos en la estación de medición fija de BURGOS 1 (Lavaderos), que es la estación de la localidad clasificada como urbana de tráfico. Sin embargo, los valores medidos se encuentran por debajo del umbral de evaluación inferior, por debajo del valor límite anual que indica la legislación en vigor que es de 40 μg/m3. 

OMS

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su guía anual recoge otros parámetros que son más duros ya que opina que niveles de concentración de dióxido de nitrógeno superiores a 25μg/m3 ya son perjudiciales para la salud. «Los valores de NO2 son típicos de una zona con influencia del tráfico rodado. No se superaron en ningún momento los niveles límite horarios marcados por la legislación», se añade. El valor medio está en 24 μg/m3 y el máximo detectado estuvo en  un valor de 83.

El dióxido de azufre (SO2) es otro de los parámetros medidos y su principal emisor es la industria. En los datos facilitados por la UMI se indica que este parámetro «registra valores muy bajos, ya que desde hace años ya no existen prácticamente fuentes de emisión de esta combinación de elementos. No se superó en ningún caso los límites de protección a la salud y por tanto tampoco el umbral de alerta».

Para el Monóxido de Carbono (CO) se indica que en ningún momento se superó el valor límite para la protección de la salud humana. Y con respecto al Ozono, los valores registrados son representativos de la fecha de la campaña de medida, con valores que no superan los 55 μg/m3. Tampoco se  superó el umbral de información en ninguna ocasión. Para el benceno, los valores  no superaron los 5,0 μg/m3, por lo que no se superó el valor límite en ninguna ocasión.

La toma de datos de la Unidad Móvil de Inmisión de la Junta de Castilla y León precisa que los parámetros de Dióxido de azufre, Monóxido de Carbono y C6H6 (Benceno) registrados, al igual que ocurre en el resto de las localidades de la comunidad de Castilla y León, son bastante bajos. Principalmente debido al cambio de combustibles en las actividades industriales, generación de energía y uso doméstico. Los otros dos debido a la mejora de las tecnologías utilizadas en el transporte y en las actividades industriales.

70.000 euros y una APP

La Concejalía de Medio Ambiente tiene sobre la mesa la redacción de un protocolo de superación de los niveles de emisiones a la atmósfera en el que se darán una serie de recomendaciones o se propondrán medidas y que servirá de complemento a la creación de la Zona de Bajas Emisiones, que en 2023 tiene que estar en funcionamiento en Burgos.

Este nuevo documento se redactará en base al protocolo de la Junta de Castilla y León y es la administración regional la competente a la hora de marcar las restricciones en materia de circulación si se superan determinados niveles de contaminación.

Durante este ejercicio, se habilitarán las nuevas estaciones de medición de calidad del aire que se suman a las dos que tiene la Junta en la capital, en base a un contrato que ha supuesto la inversión de 74.874 euros. La idea del concejal de Medio Ambiente es instalar los nuevos medidores en las cercanías de centros escolares y de centros de salud para «proteger estos ambientes» y propiciar que los niveles de contaminación no sobrepasen las recomendaciones. 

Los nuevos aparatos ya se están colocando sobre el terreno y, en breve, está previsto realizar una presentación a la ciudadanía con la presencia del alcalde, Daniel de la Rosa. Con el nuevo contrato, se pondrá a disposición de los ciudadanos una aplicación, que se podrá descargar en el móvil, con la que podrán seguir las mediciones de los nuevos puntos que se ubicarán en la ciudad.

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