Antonio Banderas en La Varga: "Hemos comido muy, muy bien"
El popular actor malagueño se saltó la dieta y probó la morcilla de Burgos
"Super relajados" y "muy a gusto". Así describen la estancia en la capital burgalesa de la familia Banderas, que pudo disfrutar de una comida familiar de lo más normal y saborear el plato estrella de la gastronomía burgalesa: la morcilla.
La profesión de Antonio Banderas y su novia Nicole Kimple siempre delante de las cámaras les obliga a cuidar su alimentación y evitar ciertos alimentos. Pero el actor malagueño no podía hacer parada en Burgos y no probar la tradicional y típica morcilla de Cardeña que le ofrecieron en el restaurante La Varga.
El propio actor, que se iba a conformar con un segundo plato de pescado a la plancha, se animó a degustar la morcilla como entrante para compartir con los suyos. "Por un día no pasa nada", explicó, según ha podido saber El Correo de Burgos. Eso sí. el resto del menú, además de la morcilla de Cardeña, fueron platos ligeros y pescados a la plancha con agua mineral y un poco de vino de Ribera.
Recomendado por Enrique Ponce
Junto con Banderas comieron en Burgos su novia, su hija Estela del Carmen y tres amigos más. El grupo llegó a La Varga sin anunciarse y las seis personas aguardaron a ser sentados en el comedor común como cualquier otro comensal. Banderas, incluso pasó inadvertido gracias a una gorra y las gafas de sol con las que se bajó del SUV de alta gama en el que viajaba.
El actor admitió que había escuchado hablar de las bondades del restaurante La Varga y el cariño en el trato que se dispensa a las figuras del toreo de boca del maestro Enrique Ponce, de quien reconoció ser buen amigo. Es sabido que el malagueño es aficionado taurino y se le ha visto en la feria malacitana.
Así que la promesa de un buen trato y comida exquisita pusieron a La Varga en el GPS del navegador del coche para su parada de vuelta de su viaje a la costa Cantábrica para celebrar el octavo aniversario de la mediática pareja.
¡Tan cantábricamente!!!#Nicole #Llanes #asturiasparaisonatural #cantabriansea #Asturies pic.twitter.com/XobJHjq2Kq
— Antonio Banderas (@antoniobanderas)
"Hemos comido muy, muy bien"
Tan cómodos se sintieron en el comedor, que estaba prácticamente lleno a la hora de la comida del domingo y donde el grupo no fue importunado por ninguno de los comensales, que Banderas y los suyos alargaron la sobremesa hasta casi las tres de la tarde en un ambiente muy familiar. Un baño de normalidad y discreción para una mega estrella de Hollywood acostumbrada a ser reconocida y abordada por todas partes del mundo.
Al despedirse así lo reconoció el actor que se deshizo en elogios sobre la comida y el trato, así como la naturalidad con la que había podido comer con su familia y amigos. Al preguntarle qué tal había comido Antonio Banderas elogió muy efusivamente esta experiencia gastronómica. "Hemos comido muy, muy bien", admitió.
Banderas hace de director de fotografía
Antes de marchar, Banderas accedió a fotografiarse con Encina Luengas, hija y gerente del restaurante fundado por Toñín Luengas y Marisa Gómez hace casi 46 años en el kilómetro 232 de la A-1 a las afueras de Burgos.
El propio actor, como buen director de cine que es, enseguida se ubicó en la zona de recepción, plagada de retratos de toreros y recuerdos taurinos, y escogió el lugar para hacerse la fotografía para que la luz y el entorno fueran óptimos. La fotografía es la que ilustra esta información.
Justo después, tan discretamente como habían llegado, se despidieron en dirección a Madrid en dos SUV de alta gama, seguramente para volver en algún otro momento.
El personal del restaurante, por su parte, pese a que están acostumbrados a recibir a caras muy conocidas en los medios del corazón, se quedó maravillado de la sencillez y naturalidad del gran actor español y la cercanía con la que estuvo comiendo como un cliente más. "Es muy simpático", fue la impresión.