El Correo de Burgos

Urgencias ultima un protocolo de atención a mordeduras de víbora

Registran los accidentes ofídicos desde hace tres años. Elaboran un manual y difundirán el protocolo por hospitales del país. 

El doctor Alejandro López, coordinador de la atención a la mordedura de víbora, y el doctor Francisco Callado, coordinador del grupo de intoxicación de Urgencias. TOMÁS ALONSO

El doctor Alejandro López, coordinador de la atención a la mordedura de víbora, y el doctor Francisco Callado, coordinador del grupo de intoxicación de Urgencias. TOMÁS ALONSO

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Hace unos años médicos de Urgencias del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) acudieron a un congreso en el que un equipo de urgenciólogos presentaba siete casos de mordedura de serpiente en cinco años de trabajo. "Eso lo presentaban como algo excepcional y nos dimos cuenta de que nosotros atendíamos muchos más casos en menos tiempo, viendo la relevancia que es podía tener a nivel de investigación", señala el coordinador del Grupo de Trabajo para las Intoxicaciones por animales y plantas, Francisco Callado. La unidad están en funcionamiento desde hace tres años y cuenta con un grupo específico de atención a picaduras de víboras o accidente ofídico que atiende unos 20 casos al año. Aseguran que los cinco pacientes atendidos por mordedura de víbora en el mes de mayo no es consecuencia de ninguna plaga. Está dentro de lo normal y lo saben a ciencia cierta porque desde hace tres años fotografían y documentan todos los casos de mordedura de víbora, o accidente ofídico, que llegan a la unidad. Esta documentación les ha permitido avanzar en el estudio clínico de la evolución de la enfermedad y generar futuras publicaciones como un díptico que resume el protocolo de actuación ante estos casos, un libro y artículos destinados a revistas médicas de relevancia internacional. La documentación registrada les ha permitido definir un protocolo de intervención que distribuirán entre los servicios de Urgencias de los hospitales del país a final del verano. «Se explica brevemente qué  hay que hacer y qué no, que tiene que hacer el médico al pasar a camas de observación las características de cada grado de la mordedura, a partir del 2 se pone el antídoto y tipo de analíticas y tratamientos a realizar», explica Alejandro López, coordinador de la atención a la mordedura de víbora. Defienden que «este tipo de casos es de un manejo claro de Urgencias, todos los servicios deberían tener un proceso protocolarizado», señalan. Con todo este material ultiman la puesta en marcha de un texto de análisis de este tipo de casos. No es la primera vez. El libro 'Urgencias en Medicina' editado por Berceo antes del año 2000 ya incluía un capítulo sobre accidente ofídico.  El HUBU es el centro que más bibliografía tiene recogida sobre este tema. Y a final de año todo el trabajo de documentación, seguimiento y registro verá la luz. «Tenemos un banco de fotos, un mapeo para definir donde muerden, un seguimiento para ver como evoluciona el edema, cuánto tarda en salir y hasta dónde llega», especifica López. 

Este es uno de los proyectos de la unidad de toxicología que cuenta con varios doctores que han realizado estudios de master sobre la materia. Además se colabora con servicios como Cirugía Plástica, Pediatría y UCI Pediátrica puesto que «es un trabajo multidisciplinar», añade Callado. A Plástica llegan los casos con ataque de víboras  a partir del grado 2B y grado 3. Y en UCI Pediátrica porque «controlan muy bien el dolor y por la tranquilidad de los padres, aunque el registro lo hacemos nosotros también».Cinco horasAnte una mordedura de víbora, aunque sea seca, que no se ha inoculado veneno, se debe acudir al médico. «La cuatro o cinco horas posteriores son muy importantes para establecer el tipo de lesión y determinar la atención que precisan». El paciente, tras una primera exploración, pasa a una unidad de observación. Si hay envenenamiento se ingresa en camas dentro de la Unidad de Hospitalización de Corta Estancia durante unos tres días. En caso de superar el grado 2 de envenenamiento se le inocula el antídoto. El edema que produce el veneno tarda en desaparecer. De media dos semanas aunque depende de la mordedura y de la complexión física del paciente. «Hay pacientes que tardan días, otros 20 o casi un mes y otros acaban en un dolor crónico residual, todo depende de cuanto tiempo tardan en recibir el antídoto», explica Francisco Collado. «De ahí que se olviden de leyendas urbanas como chupar el veneno o hacer torniquete, hay que acudir a Urgencias o a su centro de Salud  más próximo si están en un pueblo como máximo en cuatro o cinco horas, aunque sea una mordedura seca», añade Alejandro López. 

  

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