MUNICIPAL / MEDIO AMBIENTE
Burgos favorece la vegetación silvestre con cuatro islas de biodiversidad
Medio Ambiente pone en marcha un nuevo programa para hacer pedagogía sobre los parques más sostenibles, con menor consumo de agua y fitosanitarios
La vegetación espontánea, esa que brota sin riego programado, recupera espacio y protagonismo en cuatro jardines de la capital burgalesa. En las zonas verdes de la antigua estación de trenes, entre las calles Loudum y Pessac, en la calle Málaga y en el denominado parque de la Ikurriña han surgido pequeñas islas de biodiversidad.
Se trata de un programa que ha puesto en marcha, recientemente, la Concejalía de Medio Ambiente y que tiene por objeto llamar la atención de los ciudadanos sobre que existe otra forma más natural de jardín que el césped impoluto.
En las islas de biodiversidad, un pequeño recinto acotado que se ha vallado en cada uno de esos jardines, se ha sembrado una mezcla de semillas silvestres que, cuando empiecen a germinar, lucirán flores como las amapolas.
«Son nichos ecológicos dentro del entramado urbano con los que pretendemos hacer un poco de pedagogía hacia los ciudadanos», explica el concejal del área, el socialista, Josué Temiño. Así, señala que se tiende a pensar en que el jardín con césped verde y un sistema de riego es lo ideal, pero hay otras formas que «son más sostenibles» porque, por ejemplo, permiten ahorrar en el consumo de agua.
Como añade, en la Agenda 2030, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se fomenta la existencia de los parques naturales en los que crece la vegetación y conviven insectos que realizan la función de polinización porque surgen plantas y flores en estas zonas. «En Burgos tenemos Fuentes Blancas y el cerro del Castillo que son el principal exponente de este tipo de parques de vegetación silvestre donde no hay riego controlado», explica el edil, que señala que lo ideal es que convivan ambas alternativas dentro del entramado urbano.
Para realizar esa «pedagogía» en las islas de biodiversidad se han colocado unas estacas de madera donde se puede leer un cartel explicativo sobre el jardín. En concreto, se informa de que en estas zonas crecerá vegetación espontánea, «creando zonas verdes más sostenibles», por ese ahorro de agua y de mantenimiento constante por parte de los operarios de parques y jardines. Además, se prevé que en estos espacios se reduzca la utilización de productos fitosanitarios.
Alcorques Vivos
Las cuatro islas de biodiversidad son la continuación de Alcorques Vivos, otra iniciativa que llegaba en 2021 para quedarse en el término municipal. De hecho, ya está programada su extensión y mantenimiento en este 2022, según indica Temiño. Ambas son iniciativas que conllevan un pequeño coste, unos 3.500 euros al año que se emplean en las semillas, el vallado y los carteles informativos.
Los alcorques, los hoyos donde se plantan los árboles, también se siembran con semillas de plantas silvestres. Y con esta medida se permite crecer una vegetación natural, que favorece la presencia de pequeños insectos y la tarea de polinización. En otras ciudades, como San Sebastián, se sigue esta misma filosofía y en sus alcorques ha crecido una vegetación espectacular que da un bonito colorido a las calles de la ciudad.
En el caso de Burgos para este 2022 se proponen cuatro zonas, algunas de ellas ya comenzaron el pasado año como la calle José Luis Santamaría, donde a los pies de los magnolios plantados también crecieron semillas de plantas silvestres. En esta calle se proseguirá el programa, entre la calle del Carmen y Conde de Guadalorce, así como en la calle Aparicio y Ruiz.
La zona dos se ubica en la calle Eduardo Ontañón, calle León XIII y avenida de los Reyes Católicos. La zona tres está en Obdulio Fernández, en el aparcamiento de Teresa de León y en la avenida de Derechos Humanos. Por último, la zona cuatro se compone de las calles Trujillo, Mérida y la avenida Islas Canarias.
Tanto en las islas de biodiversidad como en la vegetación que crece en los alcorques se espera dar cobijo a insectos como las abejas, las avispillas o las mariquitas.