INVESTIGACIÓN
La importancia de los dientes para estimar el sexo de nuestros antepasados en Atapuerca
Cajaviva y la Fundación Caja Rural Burgos renuevan la beca a la paleoantropóloga Cecilia García-Campos / Bermúdez de Castro se enorgullece de los «hijos de Atapuerca»
Por tercer año consecutivo, la paleoantropóloga Cecilia García-Campos seguirá profundizando en sus investigaciones sobre dimorfismo sexual en la Sierra de Atapuerca gracias a la renovación de la beca concedida por Cajaviva y la Fundación Caja Rural Burgos, que asciende a 14.000 euros.
Agradecida por el «papel fundamental» que juegan este tipo de ayudas para financiar la línea de investigación que inició con su tesis doctoral, dirigida por María Martinón y José María Bermúdez de Castro, García Campos recuerda que el «objetivo principal» de sus estudios era «diferenciar la dentición de las mujeres de la de los hombres tanto en las poblaciones actuales como del pasado» tomando Atapuerca como referencia.
Durante esta primera fase, que formó parte de su tesis, la investigadora logró desarrollar «una metodología de estimación sexual que tiene aplicación tanto en el campo de las Ciencias Forenses como en Paleontología». Según ha reconocido en alguna ocasión, su trabajo surgió a raíz del caso de José Bretón ante los problemas de identificación de los huesos de sus hijos al confundirse con restos de animales.
Ya en la etapa posdoctoral, García-Campos se centra en «hallar nuevos rasgos en la morfología de la dentina». Es decir, en la «estructura interna del diente», para determinar que los rasgos de nuestros antepasados «surgen principalmente por la intervención de las hormonas sexuales y no tanto por el componente genético».
Dichos cambios, apunta, se manifiestan cuando «el individuo llega a la adolescencia o la vida adulta». En paralelo, la investigación también aborda los «cambios en el metabolismo de las mujeres que están asociados a estos cambios en los tejidos generales».
Más allá de los hallazgos fruto de sus estudios durante los últimos años, la paleoantropóloga destaca que la beca de Cajaviva y Caja Rural Burgos no solo le beneficia a ella, sino que «está repercutiendo en la formación de una nueva generación de investigadoras» que colaboran en el proyecto vía Trabajo de Fin de Máster (TFM).
Orgulloso de las aportaciones de los «hijos de Atapuerca», Bermúdez de Castro considera que los yacimientos han experimentado un «salto cualitativo impresionante» gracias a la «formación de un equipo de investigación que pone en valor todo lo que se encuentra». Y aún recuerda, con cierto halo de nostalgia, los inicios de un proyecto en el que «estábamos prácticamente solos» y que se ha consolidado a nivel internacional con el «apoyo de toda la sociedad».
En la misma línea, el director general de Cajaviva Caja Rural, Ramón Sobremonte, remarca que las investigaciones de Atapuerca constituyen un «hito científico de carácter mundial» que bien merecen respaldo económico para el «desarrollo y gestión del talento» de unos 8.000 jóvenes que han desfilado por los yacimientos en los últimos 44 años.
De cara a la presente campaña de excavaciones, el vicepresidente de la Fundación Atapuerca celebra la participación de más de 300 estudiantes remando en la misma dirección. Del mismo modo, cree que las aportaciones de investigadores como García-Campos se asemejan a una «flor que se abre» y cuya expansión sirve para que «otras personas aprendan».