Así son las 10 zonas de esparcimiento canino de Burgos
Tras tres meses en funcionamiento, las zonas de esparcimiento canino han tenido una gran acogida entre los burgaleses y sus mascotas / Algunos de ellos cuentan su experiencia usando los espacios
Desde hace tres meses los perros de la capital burgalesa pueden disfrutar junto a sus dueños de diez zonas de esparcimiento canino. Se trata de lugares que ofrecen un espacio de disfrute a las mascotas. donde pueden correr libremente, sin necesidad de ir atados y con total seguridad para animales y para los ciudadanos.
Así, se han creado diez áreas. Cuatro de ellas son de carácter semiabierto:
1. El Cerro de San Miguel
2. El entorno del puente Ortega y Gasset junto al río Arlanzón
3. El parque Juan Pablo II en Villímar
4. El Parque de la Quinta
Las otras seis zonas cuentan con un vallado específico y se ubican en parques repartidos por la ciudad:
5. El parque de los Poetas
6. El parque junto a la calle San Roque.
7. El parque de la Luz en el entorno del G-3.
8. El parque de Buenavista en Gamonal.
9. En el entorno de la Universidad junto al barrio de Fuentecillas.
10. El parque de la Nevera en el barrio de San Julián.
Tras estas semanas de funcionamiento son muchos los burgaleses que ya han hecho uso de estas zonas con sus mascotas. Es el caso de Carmen. Vecina de G3, sale cada día a pasear con su perrita y después pasa «un rato en la zona de esparcimiento». Califica de «muy positivo» la puesta en marcha de este tipo de espacios porque «te dan la tranquilidad de estar con tu perro sin correa» y a ellos «les permite jugar y correr con otros perros».
También cree que es «muy positivo para nosotros los dueños», apunta entre risas y es que «a muchos nos ayuda a salir de nuestra zona de confort, a entablaran conversaciones con otros en un tiempo en el que las redes sociales y los móviles están por encima de todo y a conocer a gente nueva con la que ya de entrada compartes un interés: los animales».
En esta misma zona, Javier pasea con su border collie. Si bien señala que «son una idea estupenda para que los perros interactúen entre ellos y para que nosotros charlemos un rato», echa de menos «un espacio algo mayor». Tal y como explica este burgalés, «algunos perros como los border collie disfrutan de correr y en este caso tal vez sea algo pequeño», pero reconoce que «otras zonas de esparcimientos son más amplias».
No han tenido «ningún problema» ni han tenido «ningún susto» con otros perros. «Todo lo contrario», señala Carmen, «la mayoría son perros muy sociables», apunta. Pero «no hay que olvidar que los perros son animales y, al igual que nosotros, en un momento dado también se pueden sentir incómodos con otros perros y hay que estar atento», añade Javier.
Tal y como señalan los expertos, las zonas de esparcimiento canino tienen muchas más ventajas que inconvenientes para perros y humanos pero nunca deben sustituirse por los paseos diarios. Y es que estas áreas les permiten enriquecer su día a día con nuevos olores y experiencias, los perros inseguros pueden alejarse de otros para evitar tensiones, se generan relaciones de calidad y en movimiento, pueden desplegar toda su capacidad comunicativa y sobre todo pueden disfrutar de ir sin correa.
Muchos dueños de perros son personas mayores, algunas de ellas con una movilidad limitada o reducida y estos espacios se convierten en lugares de tranquilidad para ellos. Es el caso de Marga. Pasea con su perrita por la zona de esparcimiento del parque de los Poetas. Se apoya en una cachaba para ello. «Es una perra joven y tiene una energía que yo no tengo», explica. De hecho, siempre sacaba a Kira a pasear atada por «miedo a que se me escaparse», pero «ahora puedo soltarla un ratito en estas zonas valladas porque no puede irse».
En el parque de los Poetas, las tardes de buen tiempo han convertido la zona de esparcimiento en un punto de encuentro también para humanos. Hay quienes incluso se bajan su silla para charlar mientras los canes disfrutan de un rato de juego.
En el entorno de San Roque, los usuarios del espacio se muestran muy contentos con el espacio. Natalia y Rocky pasean un rato por el lugar. Ella además colabora con una protectora. «Era una necesidad de la ciudad y creo que es muy positivo que se haya contado con las asociaciones y protectoras para desarrollar estos espacios», explica. Consciente de la problemática de abandono que existe aplaude que «por fin se generen recursos y espacios adecuados para los animales» y celebra que «hayan dejado de considerarse cosas para considerarse ‘seres sintientes’ ante la ley». Es un paso «fundamental» porque «son uno más de nuestras familias».
Los espacios
Las diez áreas de esparcimiento canino cuentan con algunas zonas de arbolado para que los animales dispongan de sombra en días calurosos. Además se han instalado previamente fuentes de doble plato para que las mascotas puedan beber agua, en algunos casos se ha mejorado la iluminación y se han instalado dispensadores de bolsas para recoger excrementos así como carteles identificativos donde se resume también parte de la normativa.