El Correo de Burgos

Un año de análisis para conocer si el abuelo de Atapuerca tenía cara moderna

El burgalés Edgar Téllez localizó en un nivel de 1,4 millones de años en Atapuerca las nueve piezas que conforman el maxilar y la mejilla que esperan completar en los próximos días

El Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) ha estado formado por 300 personas que han trabajado desde el 17 de junio en una campaña excepcional. La imagen, con el consejero de Cultura, Gonzalo Santoja, se produjo el día de presentación de Pink. SANTI OTERO

El Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) ha estado formado por 300 personas que han trabajado desde el 17 de junio en una campaña excepcional. La imagen, con el consejero de Cultura, Gonzalo Santoja, se produjo el día de presentación de Pink. SANTI OTERO

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El Equipo de Investigación de Atapuerca, EIA, acompañado por el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, pusieron cara al abuelo de Europa. Se desveló el rostro de un homínido que transitó por Atapuerca hace 1,4 millones de años y cayó, una vez muerto, al interior de la Sima del Elefante. Millones de años después, la sabia nueva del EIA ha dado con él, tras años de duro trabajo en este yacimiento y un nivel 8 prácticamente estéril y lleno de rocas.

La cara del primer europeo conserva un maxilar y una mejilla muy fragmentados que surgen tras unir nueve piezas. El conjunto se ha reconstruido en tiempo récord en el laboratorio de campaña por el equipo de restauración. El equipo del lavadero del Río Arlanzón termina de tamizar el sedimento, que aún se está excavando, para completar con piezas minúsculas una cara que es la más antigua de Europa y más parecida a la actual de lo que se pensaba.

Maxilar superior y mejilla de Homo sp que apareció en Sima del Elefante el 30 de junio. SANTI OTERO

Parte del maxilar superior y la mejilla de 1,4 millones de años recuperada en Atapuerca. SANTI OTERO

Queda mucho por hacer, un año de trabajos, pero lo que ya se ha logrado es fruto de un trabajo en equipo. «Esto es una excavación muy técnica, el año pasado nos decían que la lasca de cuarzo era algo casual, otro equipo lo habría pasado por alto, nosotros vemos una señal y, este año, se ha visto el resultado: fósil humano, fauna con marcas y herramienta», explicó Eudald Carbonell.

 

Con lo que hay los científicos del EIA, todos se arremolinaban en la fiesta de presentación del hallazgo en la Trinchera del Ferrocarril, esperan encontrar el origen de la cara moderna de Homo antecessor (500.000 años más antiguo que el abuelo de Atapuerca) que ayer cumplía 28 años de su descubrimiento. ¿Tenemos la misma cara desde hace 1,4 millones de años? «Tener justo la misma pieza nos permitirá comparar y saber si hay relación, si parte de este homínido», explica Huguet. «Este fósil nos obligará a reescribir el libro de la evolución humana porque quizás las cosas que pensábamos que aparecen al final están desde el principio», explicó Juan Luis Arsuaga. Aún queda un año de análisis para definir su especie. «No es Homo erectus, tampoco es Homo georgicus, veremos a ver, nos queda un año de trabajos y análisis», explicó José María Bermúdez de Castro.

17 de junio todo estaba preparado para ‘atacar’ la cuesta, el último retazo para aplanar la excavación en Sima del Elefante. En esa pendiente, donde ha costado dos años instalar un andamiaje que haga segura su excavación, trabajaban Edgar Téllez y Clara Mielgo, colgados del arnés de seguridad. El 30 de junio un bloque en el cuadro K29 llamó su atención. «Es una zona de arcillas muy grandes, con formas de cubo y un hueso puede pasar desapercibido, cuando lo vimos estaba muy compactado, con barro, tuvimos que hacer la primera limpieza en el yacimiento hasta ver que era un maxilar», explica el burgalés, de Vilviestre del_Pinar, e investigador en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, Cenieh.

Elena Moreno, restauradora, y Edgar Téllez, descubridor, posan con la pieza. SANTI OTERO

Elena Moreno, restauradora, y Edgar Téllez, descubridor, posan con la pieza. SANTI OTERO

Esa sensación de ¿puede ser? la conoce bien una de las coordinadoras de Elefante, Rosa Huguet, quien en 2007 localizó los primeros dientes de la mandíbula de Homo sp en este mismo yacimiento, pero en un nivel 200.000 años más moderno. «Cuando vimos el primer fragmento vimos que parecía un primate, te quedas como no puede ser, y ya una vez limpio vimos que era un homínido», señaló Huguet.

La zona donde apareció el abuelo de Europa se corresponde con la entrada y, tras análisis superficiales, «creemos que es la misma especie que la mandíbula de 2007, aunque no el mismo individuo porque hay 200.000 años de diferencia», aclara Huguet. Esperan seguir completando la pieza. «Aún no hemos terminado la zona donde apareció, y estamos pendiente de las pequeñas piezas del lavadero del río», añade. Además, han aparecido herramientas y una costilla con marcas de corte. Aún está pendiente el análisis y estudio de las piezas, más de un año determinan para conocer su morfología al detalle, datar el fósil etc. Se hará en el Cenieh. En el Iphes de Tarragona se determinarán las características de las herramientas y el fósil de fauna, probablemente ciervo, que ha aparecido con marcas de corte.

Entre lo que está por aparecer José María Bermúdez de Castro espera dientes. «Nos ha aparecido uno roto, esperamos que salgan más, es raro que aparezca esta zona lo que es más difícil de conservar, la cara, antes que los dientes, en 2007 fue al revés», señalaba. Estas piezas son importantes para analizar desde el sexo y la dieta a aplicar nuevas tecnologías como el análisis de proteínas que está prevista hacer a las piezas de Homo sp. «Nos ayudará a situar su filogenia y conocer su lugar en la evolución humana», añadió. Y, también, el origen de la cara moderna. 

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