¿Por qué es tan importante el Yacimiento de Atapuerca? Cinco hitos que cambiaron la ciencia
Atapuerca es relevante por los fósiles que descubre y su antigüedad. Pero el trabajo va más allá del yacimiento: laboratorios, análisis, comparativas... Ciencia que está en la élite mundial
Atapuerca marca el camino a través de los fósiles que extrae cada año y que le permite tener la secuencia de ocupación más larga, de hace 1,4 millones de años hasta hoy. Es noticia internacional por los hallazgos, como la cara del primer europeo que han aparecido en la campaña de 2022. Pero Atapuerca también marca el camino del estudio de la evolución humana con la última tecnología que le permite ir más allá.
Desde que en 2013 y 2016 lograron el registro de ADN más antiguo del mundo con fósiles de la Sima de los Huesos, la participación del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) en investigaciones de alto impacto más allá de los yacimientos de la sierra ha sido constante. Esta actividad más allá del fósil hace que los investigadores de Atapuerca estén en el top de citaciones en revistas científicas de alto impacto. Burgos es la provincia de Castilla y León con un mayor índice de impacto en publicaciones científicas (1,05 de media) con la menor cantidad de científicos. Desde Burgos lideran esta lista tres investigadores del EIA: José María Bermúdez de Castro, Josep María Parés y José Miguel Carretero. Desde fuera de Burgos pero vinculados a Atapuerca lideran las referencias científicas Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell e Ignacio Martínez.
Una producción científica que sitúa al EIA donde su creador, Emiliano Aguirre quería que estuviera: una escuela de científicos especializados y a la vanguardia de los estudios en evolución humana. Hay muchas líneas de trabajo pero estas son las cinco que destacan en todo el mundo.
1.- ADN antiguo, con él empezó todo
Durante años el EIA se había situado en la cima de la producción científica en su especialidad gracias a la cantera de fósiles de la Sierra. Con los estudios de genética empezaron a explorar nuevas áreas y tecnologías. Primer secuenciando el ADN de oso de las cavernas. En diciembre de 2013, en colaboración con el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, lograron capturar el genoma mitocondrial casi completo del fémur XIII de la Sima de los Huesos. La publicación del hallazgo en Nature aclaró datos y abrió nuevos interrogantes.
De los primeros reveló la edad de la concentración de cuerpos en la zona: 430.000 años de antigüedad. De los segundos relacionó a la población de la Sima con neandertales y los denisovanos de Siberia. Todo cambió. La especie del yacimiento dejó de ser Homo heidelbergensis para ser preneandertal, algo que la comparación morfológica de sus 17 cráneos ya avanzaba. Y continuaron trabajando.
En marzo de 2016, también en Nature, se publicó la recuperación de ADN nuclear más antiguo con los fósiles humanos de la Sima de los Huesos, el único yacimiento, sin contar el suelo helado del ártico, que ha permitido recuperar información genética de un fósil del Pleistoceno medio. Un estudio realizado sobre otro fémur de la colección permitió comprar los resultados del ADN mitocondrial, eran coincidentes, y se pudo rescatar ADN nuclear, completo, que también se aplicó sobre un incisivo.
«Hemos esperado muchos años hasta que las técnicas paleogenéticas han avanzado lo suficiente como para que se produzca este pequeño milagro. Excavamos con el máximo cuidado y enorme lentitud para no contaminar los fósiles con nuestro propio ADN. Es un método muy exigente, pero merece la pena», dijo entonces Juan Luis Arsuaga. La extracción de ADN la realizó Matthias Meyer en el laboratorio de ADN antiguo del Max Planck de Leipzig que dirige Svante Päävo.
2.- El chico de la Gran Dolina era ella
Marzo de 2021. La revista Journal of Anthropological Sciences publica el análisis del Grupo de Antropología Dental del Cenieh en el que se da la vuelta a un hallazgo propio. Al realizar la primera estimación sexual de dos fósiles de Homo antecessor, en concreto el denominado H1 que definió la especie, y el H3, conocido como el Chico de la Gran Dolina, muestran pistas que habían pasado desapercibidas. Los caninos de ambos individuos presentan diferencias comparables a las que se observan entre hombres y mujeres actuales.
Eso permite establecer que el H1 era un individuo masculino y el H3 femenino. «Es decir que el Chico de la Gran Dolina sería, en realidad, la Chica de la Gran Dolina», afirmaba entonces la responsable del estudio, Cecilia García-Campos. El análisis de los restos habla de una chica entre nueve y 11 años. «Está representado por una cara parcial y un fragmento de hueso frontal, aunque es habitual que aparezca en las
fotos además junto a una mandíbula hallada en 2003 la cual, curiosamente, se considera muy probablemente del sexo femenino», explica García-Campos.
3.- El rastro genético del sedimento de Estatuas
En el ámbito de la paleogénética y la arqueología molecular el hito se alcanzó en abril de 2021 en la revista Science. Obtener el rastro dejado por un grupo de hasta cinco individuos que ocuparon la cueva de Galería de las Estatuas en diferentes momentos hace más de 100.000 años. Un hallazgo revolucionario que se ha dado gracias al trabajo conjunto entre el Instituto Max Planck y el equipo de Juan Luis Arsuaga. De esta manera, Benjamin Vernot, del equipo de Matthias Meyer que había obtenido el ADN completo de la Sima, analizó el registro de sedimento de tres cuevas.
Dos en Siberia (Denisova y Chagyrscaya) y una en España (Galería de las Estatuas, del complejo de Cueva Mayor en Atapuerca). El hallazgo es singular porque «ya no hacen falta fósiles humanos para identificar a los moradores de una cueva prehistórica», señalaba entonces Arsuaga. Pero especificaba siempre y cuando las condiciones de conservación sean tan buenas como las de Estatuas y siempre que la excavación se haga de forma extremadamente cuidadosa para no alterar esas condiciones».
Con este fin se planificó el trabajo en la zona, sellada durante miles de años por una costra de estalagmítica y por lo que se trabajó de manera aislada desde el primer momento. El resultado es la extracción de ADN de hasta cinco individuos en asentamientos diferentes. Se recuperó ADN nuclear y mitocondrial de quienes ocuparon este hogar neandertal. La información genética confirma la especie, pero determina que hay un individuo, varón, de una estirpe antigua. Sus restos están datados en 110.000 años, pero pertenece a una especie que se originó hace unos 130.000 años. Los otros registros hablan de, al menos, cuatro mujeres, que ocuparon este rincón de la sierra hace 80.000 años, es decir los neandertales clásicos.
4.- Uno más en la tribu de Miguelón
En noviembre de 2020 la revisión de parte de los fósiles de la Sima de los Huesos permitió al equipo del Cenieh determinar que la población enterrada en la cavidad más profunda de la sierra de Atapuerca se corresponde con 29 individuos y no 28 como se pensaba hasta ahora. El artículo firmado en la revista Anatomical Record revela el análisis de una colección que, en 2019, alcanzó la cifra de 7.600 fósiles humanos.
El estudio demográfico realizado en enero de 2020 parte de la hipótesis de que el número de individuos representado en la colección podría¡ haber aumentado de manera significativa pero sólo suma un ejemplar más. «Hemos podido comprobar que algunos individuos se han ido completando, mientras otros siguen representados por los mismos dientes y trozos de mandíbula recuperados durante los primeros años de excavación», explicaba José María Bermúdez de Castro, autor del artículo.
En el análisis de algunos restos se ha determinado que nueve individuos pueden ser masculinos y 15 femeninos y que más del 82% son individuos inmaduros y adultos muy jóvenes, solo hay un individuo infantil y cuatro adultos que habrían alcanzado entre los 40 y los 45
años. Curioso que la mortalidad se relaciona en el estudio como un evento catastrófico porque «con una mortalidad tan elevada a edades tan tempranas la viabilidad reproductora de un grupo de cazadores y recolectores del Pleistoceno no sería factible», indicó Bermúdez de Castro.
5.- Las proteínas de antecessor
La paleoproteómica es una de las últimas incorporaciones a la ciencia vinculada al estudio de la evolución del hombre. Atapuerca es líder con las proteínas más antiguas extraídas de un fósil humano, pero, además, están haciendo cantera creando una unidad de investigación que camine por esta línea de trabajo en el Cenieh de Burgos.
Las proteínas de Homo antecessor, 800.000 años de antigüedad, se obtuvieron a partir de un diente de la colección. Es la secuencia de proteínas más antigua del mundo y desvela secretos insospechados desde el análisis y comparación del fósil en sí. Confirman la relación con sapiens y neandertales que ya había dado el análisis morfológico de las 170 piezas fósiles recuperadas. Pero la secuencia de aminoácidos añade un nuevo miembro a la familia: los denisovanos.
El científico de la Universidad de Copenhague, Frido Welker, explica que «nuestros resultados respaldan la idea de que Homo antecessor era un grupo hermano del conjunto de homínidos del que forman parte neandertales, humanos modernos y denisovanos, así que debemos suponer que los árboles filogenéticos que hemos obtenido describen bien las relaciones de parentesco entre estos grupos de homínidos».