MÚSICA / LITERATURA
El incendio ficticio en la Sierra de Gredos que se intenta evitar este verano
En su última novela, el escritor burgalés Ismael Alí de Unzaga traza un «círculo de fuego» durante el Músicos en la Naturaleza de 2012 con Iván Ferreiro escapando de las llamas / El festival, con el exlíder de Los Piratas en cartel, no se pudo celebrar por los riesgos derivados de la ola de calor
«Ten cuidado con lo que escribes», le comentaba el otro día Amaro Ferreiro al escritor burgalés Ismael Alí de Unzaga. No en plan amenazante ni mucho menos. Lo decía entre risas pero con reservas, por lo que pueda ocurrir el día de mañana.
Dichosa casualidad, el festival Músicos en la Naturaleza, que debía celebrarse justo ayer, se tuvo que suspender debido al elevado riesgo de incendios en la Sierra de Gredos (Ávila). Dichosa casualidad, el también pintor describe en su última novela, Será como aquella canción de los años 80, un «círculo de fuego» en esta multitudinaria cita, durante el concierto (real) de The Beach Boys, con Julio Iglesias e Iván Ferreiro escapando del lugar en la limusina del primero.
No es que Alí de Unzaga tenga una bola de cristal, aunque resulta llamativo que su ficción esté ambientada en 2012. Una década después, Iván Ferreiro -y Amaro, por supuesto- formaba parte del cartel junto a C. Tangana y Leiva. Y sobre ello andaba divagando mientras veía en directo al líder de Los Piratas, la semana pasada, en el festival Vive Nigrán de Pontevedra.
Fue un pensamiento fugaz, inevitable, sin pretensión alguna de ser agorero. Por eso se quedó de piedra al enterarse de que Músicos en la Naturaleza no podría celebrarse dadas las circunstancias.
«Solo faltaba ya que estuviese Julio Iglesias», apunta el autor de un relato «delirante» con personajes reales embarcándose por caprichos del destino en una odisea de lo más surrealista que refleja, desde la ficción no exenta de conocimiento, lo que muchas veces se cuece entre bambalinas en el mundo de la música.
El caso es que tantas «coincidencias y casualidades» resultan curiosas. No para elaborar teorías conspirativas, ni de broma. Pero sí para tomárselo con humor porque, visto lo visto, «parece que soy el culpable».
Ya le espeta su editor. «Pareces el Nostradamus de la literatura». Y de las artes plásticas, tal y como nos recuerda la hemeroteca. A mediados de enero de 2021, el Gremio de Autores Plásticos de Burgos (GAP) inauguraba la exposición Creación-Destrucción en el Consulado del Mar. Entre las obras seleccionadas, una de Alí de Unzaga con el Capitolio de los Estados Unidos completamente arrasado.
Una semana antes, fanáticos ultraderechistas partidarios de Donald Trump asaltaban el edificio cameral causando estupor en todo el planeta. De nuevo, la casualidad se cierne sobre imaginación del artista porque el cuadro fue pintado con anterioridad y no a raíz de tan esperpéntico acontecimiento.
Más allá de lo anecdótico de ambos episodios, y con el deseo -eso sí- que determinadas escenas surgidas de su puño y letra «no se reproduzcan en la realidad», Alí de Unzaga se pone serio. Lo último que pretende es banalizar sobre una «tragedia» que está azotando de lleno a la Comunidad. De hecho, un buen amigo tuvo recientemente el fuego a las puertas de su casa y se hace perfectamente a la idea de lo mucho que se sufre en este tipo de situaciones. Más aún, es consciente, cuando se registran víctimas mortales.
Respecto a la suspensión del Músicos en la Naturaleza en Hoyos del Espino, comparte la decisión al cien por cien porque «el riesgo potencial es bastante elevado». Miles de personas, colillas, vehículos... Sin entrar a valorar lo que haya podido hacer o no la Junta de Castilla y León para evitarlo, le parece sensato que se haya tomado esta decisión para proteger un paraje natural del tamaña importancia. Al mismo tiempo, entiende el «perjuicio» que supone para aquellos asistentes que tal vez no puedan volver cuando se confirme una nueva fecha.
«Los futboleros tendrían que imitar al mundo de la música»
Ismael Alí de Unzaga se considera indie de los pies a la cabeza. Literaria, pictórica y musicalmente hablando. Cada que vez que escribe, pinta o palpa un instrumento, se congratula con todas esas bandas, voces y melodías que tanto y tan bien le han acompañado a lo largo de su trayectoria vital. Al mismo tiempo, su pasión por los festivales le ha servido como fuente de inspiración para crear. Sobre todo a la hora de concebir Será como aquella canción de los años 80.
De aquellas experiencias, estas historias sobre el papel. Un festival puede dar mucho de sí. El ambiente que se genera tiende a ser único, irrepetible, intrínsecamente ligado al aquí y al ahora. Lo que no suele variar, confiesa Alí de Unzaga, es el «buen rollo» que impera de principio a fin. Hasta el punto de que «nunca he visto una pelea». Por eso mismo, y aún siendo consciente de que siempre hay excepciones, cree que «los futboleros tendrían que imitar al mundo de la música».
Otra de las alegrías que le ha brindado su melomanía es la posibilidad de entablar amistad con personas a las que admira. O, al menos, establecer ambientes de camaradería con músicos a los que lleva media vida escuchando. En las distancias cortas, asegura, la gran mayoría son «muy amables y simpáticos». Y con eso se queda, que no es poco.