Estuvo 50 años cerrada. Ahora esta canaria reabre la cantina de un pequeño pueblo de Burgos

La pequeña localidad de San Pedro Samuel, situada a 25 kilómetros al noroeste de la capital, ha recuperado su cantina. Lo ha hecho tras más de medio siglo cerrada y de la mano de una canaria que, por amor, se vino a vivir a Burgos hace ya doce años. Gara Izquierdo González, natural de Vallehermoso en la canaria isla de La Gomera, se enamoró de Carlos Javier hace doce años y se trasladó a tierras burgalesas, donde formó una familia y donde nacieron sus dos hijos, Hiurma y Aday, de 10 y 6 años.

«Ellos son castellanos de pura cepa pero en el nombre llevan sus raíces canarias», explica risueña esta gomera que ahora se ha metido de lleno en la hostelería con la reapertura de la cantina 'El Menhir' y del apartamento rural de la localidad. 

Extrovertida y sonriente, Gara tiene puesta toda su ilusión en que esta aventura emprendedora funcione, pero si no lo hiciera asegura que «tampoco pasaría nada». Positiva y optimista, la canaria y su familia llevan dos meses residiendo en la localidad burgalesa. «Nos hemos adaptado muy bien y a mí me encanta la tranquilidad y la paz que se siente en el pueblo», explica detrás de la barra del bar. Reconoce que no tiene experiencia en esto de la hostelería, pero el proyecto lleva más de dos años gestándose y en ese tiempo «he tenido la oportunidad de formarme y de aprender cada día», explica. 

Su contacto con la hostelería fue «sirviendo copas cuando estudié la carrera» y si bien «nunca me habría metido en una aventura como esta en una ciudad, sí me apetecía probar en un pueblo». Lo que más animó a Gara a dar el paso fue la necesidad de «intentar conciliar mi vida laboral y familiar», señala y explica que su marido «es autónomo y trabaja por la zona y yo llevaba cinco años cuidando de mis hijos y necesitaba volver al mundo laboral». 

 

Pedagoga y terapeuta de formación y de profesión, en La Gomera, Gara trabajaba con «personas en riesgo», especialmente con «personas mayores, indigentes y personas sin hogar, inmigrantes y menores en riego de exclusión», una labor que también desarrolló en Burgos de la mano del Ayuntamiento con jóvenes con medidas judiciales. «Después me centré en ayudar a familias y parejas». Y ahora es hostelera. 

«Nuestra familia al principio no creía que daríamos el paso de irnos de Burgos y venir a San Pedro Samuel y aún hoy creo que siguen sorprendidos», explica. 

La oportunidad de mudarse llegó desde el propio Ayuntamiento y Gara se muestra «muy agradecida» con el alcalde de la localidad. Y es que, tanto la cantina como la casa en la que se ha instalado la familia son de propiedad municipal.

«Si bien no pagamos renta sí tuvimos que hacer un pequeño esfuerzo para arrancar con el bar», comenta Gara, quien reconoce que «hemos tenido algunos problemas para empezar precisamente porque se pensaba que por la población de la zona no aspirábamos a tener clientes». La realidad ha sido otra. Al menos por ahora. «Ya han venido a visitarnos incluso de pueblos cercanos», explica Gara. 

Ampliar servicios

«Tenemos muchas ideas y queremos poco a poca ampliar los servicios siempre en función de la demanda y por encargo», explica. Entre esas ideas, la canaria apunta la apertura del apartamiento rural con «la tranquilidad y la paz del lugar como reclamo» para turistas, pero también para trabajadores de la zona, cazadores o deportistas.

El apartamento cuenta con tres habitaciones cada una con baño privado para alquilar de forma independiente, pero también se puede alquilar al completo.  Cuenta con un salón y cocina y una zona de jardín. 

«También queremos empezar a dar comidas y hacerlo con un menú de comidas y cenas concertadas», así como ofrecer una barra de pinchos «atractiva». Asegura Gara que «abrir la cantina tras cincuenta años es una auténtica responsabilidad», pero señala sentirse «preparada para ello». Y es que Gara viene también de un pueblo. «Siempre me ha gustado tratar con las personas y queremos que la cantina se convierta en un punto de encuentro, socialización y charla» para los vecinos. 

«Mis expectativas eran pequeñas pero el día que abrimos no podía creer la gente que vino a conocernos y a consumir», señala la canaria emocionada, quien se ríe al saber que con el empadronamiento de la familia en la localidad, la población de San Pedro Samuel ha crecido un 10%. Su adaptación ha sido «buena». También la de sus hijos a quienes han matriculado en el colegio de Tardajos, localidad a la que pertenece el municipio.

«Al principio pensamos en ir y venir a Burgos para mantenerles en el colegio que estaban, pero después pensamos que ya que nos animábamos con esta experiencia lo haríamos al cien por cien». Gara asegura estar muy contenta con la decisión porque «desde el colegio nos han dado todas las facilidades». 

Ahora, en verano, la cantina se mantendrá abierta «prácticamente todo el día», pero en invierno «tendrá un horario» aunque «estará disponible para los vecinos siempre que nos necesiten». Gara ya espera la visita de su familia canaria. «Ya me han llamado para reservar el apartamento rural en diferentes fechas», explica emocionada, al tiempo que señala que «la añoranza es mayor cada año que pasas fuera de tu tierra».  

Las ganas y la ilusión por dar vida a la cantina de esta pequeña localidad están y ahora solo queda esperar. Solo el tiempo dirá si mantiene sus puertas abiertas.