SUCESOS
La mitad de las peleas en Burgos se producen en zonas de fiesta
Las Llanas, Bernardas, Bernardillas y alrededores acumulan 42 agresiones en lo que va de año. Las trifulcas se disparan un 6,5% y también aumenta el número de heridos
Nada nuevo bajo el sol. O mejor dicho, cuando ya se ha puesto. Las peleas en Burgos continúan siendo un fenómeno demasiado habitual, sobre todo durante los fines de semana. En la mayoría de ocasiones, a la luz de la luna o durante el ‘mañaneo’ que se extiende hasta horas intempestivas porque la fiesta parece no tener fin. De hecho, más de la mitad de las trifulcas documentadas en lo que va de año se produjeron en zonas de ocio nocturno y en sus alrededores. En concreto, el 51,2% del total de intervenciones gestionadas a través del 112.
Hasta el pasado 20 de agosto, la capital burgalesa contabilizó 82 avisos por agresiones en la vía pública. El año pasado, con el último mes de referencia al completo, se habían registrado 77. Hablamos, por lo tanto, de un incremento interanual del 6,5%. Asimismo, también crece el número de heridos, que pasa de 83 a 90. Cabe recordar que dentro de dicha estadística se incluyen dos víctimas mortales: un joven de 28 años en el barrio de Gamonal el pasado mes de marzo y un hombre de 50 en la calle Vitoria, cerca de Hacienda, a mediados de junio.
Como viene siendo habitual, la mayoría de peleas tienen lugar en las principales rutas de marcha. Según los datos facilitados por el 112, Las Llanas y su entorno constituye el punto con mayor índice de conflictividad tras acumular 14 reyertas con heridos a lo largo de 2022. Por su entorno, claro está, se entienden vías de acceso a la zona de fiesta burgalesa por excelencia -al menos hasta hace no mucho- como la calle San Francisco, Venerables o la Plaza Mayor.
Sin embargo, hay otro punto caliente que, de un tiempo a esta parte, precisa visitas policiales cada dos por tres. Una suerte de triángulo de las Bermudas entre las Bernardas, la discoteca Kaché en la confluencia de calle Vitoria con Santa Casilda y un par de afters (La Nube y La Clave) en la calle Briviesca. De noche o de día, con la fiesta aún en pie, se han contabilizado una veintena de altercados por la zona, desde la calle del Morco hasta Calzadas o Segovia.
Más tranquila anda la cosa, aunque su fama en ocasiones sea mucho peor, en las Bernardillas. Con ocho peleas, una de media al mes, tan solo una se produjo en la plaza Roma. El resto, tal y como acredita el 112, se repartieron entre la calle Alejandro Yagüe y la avenida de los Derechos Humanos con tres episodios violentos, respectivamente.
Las causas del conflicto
«Casi todas (las peleas) son de madrugada, a partir de las 2 normalmente y en un ambiente de fiesta», precisan fuentes policiales que corroboran los datos del 112 en cuanto a las zonas más conflictivas. Ahora bien, que un elevado número de peleas se produzcan cerca de los locales de ocio «no quiere decir que se produzcan dentro». Eso sí, de vez en cuento una disputa verbal en el interior de un bar o discoteca se acaba dirimiendo a golpes en la calle.
Sobre los motivos, resulta evidente que el consumo excesivo de alcohol y de sustancias estupefacientes constituye a prender la mecha. Y aunque no sea algo habitual, a veces los altercados comienzan por «ajustes de cuentas». Es lo que ocurrió recientemente en un episodio en el que tuvo que mediar la Policía después de que un individuo intentase atropellar a otro con su coche y, acto seguido, le atacase con saña.
Otro hecho reseñable, recogido por el 112 y corroborado por las fuentes consultadas, es que la mayoría de agresiones son de «uno contra uno». Raro es que «intervengan más de dos personas» y, en lo que va de año, tan solo seis de los incidentes comunicados al Servicio de Emergencias se saldaron con más de un herido.
Preocupante repunte
Aunque Burgos capital acapare el mayor número de reyertas por simple y lógica cuestión poblacional, lo cierto es que el panorama en clave provincial resulta de todo menos alentador. De acuerdo al último balance del Portal Estadístico de Criminalidad, dependiente del Ministerio del Interior, entre enero y junio esta clase de episodios violentos se incrementaron un 61,8% respecto al mismo periodo del año anterior.
Si hay algo que resulte preocupante en relación a este fenómeno, más allá de los dos trágicos sucesos anteriormente citados en la ciudad, es que la cifra de asesinatos en grado de tentativa se disparó un 400% al acreditarse cinco. Por otro lado, la estadística también revela que las trifulcas en la provincia han crecido casi un 22% a lo largo del último lustro.
En Aranda, entre semana
A diferencia de Burgos capital, Aranda de Duero presenta una «idiosincrasia» diferente. Y es que muchas de las trifulcas se originan «en locales abiertos entre semana». En estos casos, los protagonistas suelen ser «temporeros» que residen en la ciudad por un tiempo determinado. El problema, tal y como subrayan fuentes conocedoras de esta situación, reside en que «mientras no tienen trabajo a muchos les da por beber y la preparan».