El Correo de Burgos

V CENTENARIO DEL VIAJE DE ELCANO / EL PAPEL DE BURGOS

500 años de la primera vuelta al mundo que encumbró a Burgos

El 6 de septiembre Elcano y 18 hombres avistaron Sanlúcar de Barrameda / El 21 de octubre de 1522 el comerciante burgalés Cristóbal de Haro comunica al Consulado del Mar: ‘Lo del Maluco ha salido’ 

Una de las piezas de la la exposición ‘Burgos, legua cero del viaje de Magallanes-Elcano. Una historia de reyes, mercaderes y océanos. Cristóbal de Haro, mercader burgalés’. SANTI OTERO

Una de las piezas de la la exposición ‘Burgos, legua cero del viaje de Magallanes-Elcano. Una historia de reyes, mercaderes y océanos. Cristóbal de Haro, mercader burgalés’. SANTI OTERO

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Marta Casado / Burgos
Burgos

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6 de septiembre de 1522. La nao Victoria, capitaneada por Juan Sebastián Elcano, con 18 hombres famélicos avistan Sanlúcar de Barrameda. La primera noticia de que aquellos que creerían perdidos en el mar, habían vuelto. Un viaje que iniciaron cinco navíos capitaneados por Fernando de Magallanes y 239 tripulantes el 20 de septiembre de 1519. Una empresa en la que unos, el armador burgalés Cristóbal de Haro, buscaba una alternativa para llegar a las Molucas y establecer rutas de comercio de especias.

Otros, como Fernando de Magallanes, demostrar que la tierra era redonda. Y el rey Carlos I que quería enseñar al mundo la fuerza de la corona de Castilla frente a Portugal.

Es momento de conquistadores y aunque no pisan más agua que la del río Arlanzón, los comerciantes burgaleses y algunos de sus hombres son vitales en esta historia que es el primer paso de la globalización. Cristóbal de Haro fue el armador del primer viaje que da la vuelta al mundo y permite conquistar para la corona española territorios desconocidos.

La nao Victoria llegaba con los camarotes vacíos pero los almacenes llenos de clavo, canela o pimienta. Las añoradas especias que todo noble o potentado europeo quería servir en un vino caliente. Era símbolo de poderío económico, de lustre social. No eras lo que presumías ser si no tenías especias en la copa de vino.

Los comerciantes burgaleses no sabrán de la gesta lograda por Elcano, de las vidas humanas que se habían perdido por el camino, hasta el 21 de octubre de 1522. Cristóbal de Haro, que se encuentra en Valladolid en la Corte, tiene conocimiento de que la gesta se ha logrado. Envía urgente un correo al Consulado del Mar con una frase lapidaria: ‘Lo del Maluco ha salido’. Empieza el momento de oro del comercio burgalés.

«Siempre se ha pensado que el final de la Primera Vuelta al Mundo termina en este momento, con la llegada de Juan Sebastián Elcano a Sevilla donde pisa tierra y alcanza la gloria, pero ahora es cuando los comerciantes burgaleses empiezan a dominar el mercado de especias y sentar una red de influencia por todo el mundo», señala la americanista y profesora de la Universidad de Burgos, Adelaida Sagarra.

El mercader Cristóbal de Haro se convierte en el responsable de la Casa de Contratación de A Coruña, lugar donde se domina el comercio de las especias. De ahí zarpa en julio de 1525 una segunda expedición de siete barcos, entre ellos la nao San Lesmes. No volverá ninguna. Y lo que es peor, ninguna llegará a las Molucas.

No se arredran. Lo vuelven a intentar con una nueva armada. Capitaneada por Diego de Covarrubias, factor de la Casa de Contratación de Molucas. Dos de sus naves llegan al Río de la Plata. En vez de seguir por el estrecho de Magallanes suben por el río Paraná. Vuelve en un segundo viaje que le cuesta la vida. Logró dibujar una parte más del mapa del mundo.

El que llega hasta Panamá. «Ya Carlos I empieza a pensar en la necesidad de una forma de cruzar Panamá para llegar al otro lado del mar, una empresa tan difícil que no será hasta el siglo XX cuando se pueda lograr», añade la historiadora.

Molucas no se olvida. Los armadores-comerciantes burgaleses organizan un nuevo viaje. Encabezado por el portugués Esteban Gómez. Más modesta. Entre dos y tres navíos. No llegan a Indonesia pero dibuja otra parte del mapa, la costa este de Estados Unidos y Canadá hasta llegar a Terranova.

Los castellanos y gallegos lo vuelven a intentar. En un nueva armada llega Fernando (o Hernando) de Torre. Natural de Frías. Será el gran valedor de las Molucas. «Representa la resistencia castellana frente a Portugal y defiende la representación de Castilla en estas islas frente a Portugal hasta que la casa de contratación es arrasada y al final el territorio se vende a los portugueses», señala Adelaida Sagarra. Volverá a España después de haber sido prisionero en cárceles portuguesas repartidas por el índico.

Tras la gesta empieza el dominio burgalés del comercio de especias 

 «Una choza al estilo indígena que es desde donde se gesta no sólo el comercio de las apreciadas especias, también seda, marfil y hasta muebles de laca y todo el universo chino y japonés que se comercia desde las Molucas y, cuando se vende a Portugal, desde Filipinas», explica Sagarra. Pero en tiempos de conquista lo importante es la presencia. Y aunque el comercio de especias movía millones, el objetivo es ondear la bandera. El mundo se había partido en dos. Una parte para España y otra para Portugal. En lo duro del viaje, las vidas perdidas y el coste económico hubo quien intentó el cultivo de las especies en tierras más conocidas como Santo Domingo.

Aún está por confirmar si salió adelante, pero es que «aunque se pudieran cultivar esto es algo más que un negocio, es una cuestión política y de reparto del mundo entre las dos coronas». De ahí la importancia del descubrimiento, pero, sobre todo, del asentamiento y la necesidad de un segundo viaje para «hacer efectiva la presencia de la corona: una choza y unos cuantos soldados sirven para marcar territorio». 

Cuando Carlos I vende el asentamiento castellano en Tidore no se pierde el comercio allende los mares. ‘Siempre nos quedará Filipinas’, decía. Y así fue. Los comerciantes burgaleses ya habían hecho una red de colaboradores que permitía mantener el comercio y vender estos productos en Países Bajos principalmente. Ya con Felipe II como monarca, España establece una conexión comercial entre Filipinas, México y Sevilla. «Los burgaleses pierden el control de la casa de contratación de A Coruña pero han podido definir un esquema político y diseñar un modelo de negocio a su medida», señala la profesora de la UBU.

Espinosa, el capitán burgalés de la nao Trinidad

Cuando

Elcano

y sus 18 hombres arribaban a Sanlúcar con la

nao Victoria

el 6 de septiembre de 1522, un burgalés,

Gonzalo Gómez de Espinosa

, natural de Espinosa de los Monteros, que acabaría como

capitán de la Trinidad

a la muerte de Fernando de Magallanes, a quien siempre fue fiel pese a las dudas de otros castellanos, estaban en medio del

océano Pacífico

lejos de cualquier parte y con una nave en malas condiciones.

Desembarco de Elcano y sus hombres. ECB

Ante la presión portuguesa, Elcano partió de inmediato a Castilla. Espinosa tomó otro camino. Su idea ir hasta Panamá y encontrar compatriotas que le ayudaran a terminar el viaje. Quería emular a Andrés Niño y Gil González Dávila para

acarrear la nave por tierra

, sobre troncos de madera que le permitan avanzar, al otro lado del mar. No pudo ser.

Fue apresado

por los portugueses.

Acabó viajando por las

cárceles lusas del Ìndico

hasta llegar a Portugal. Por él, el rey pagó su rescate. Lograría regresar a España tras una travesía imposible y mucho después de los 18 que, con Juan Sebastián Elcano, habían protagonizado un regreso glorioso por ser los primeros que habían dado la vuelta al mundo. 

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