Vuelta al cole 2022: Sin libros de texto en la mochila ante la locura del cambio de ley
Los libros de texto son nuevos en cursos impares en Secundaria, que llegan con retraso por el ajuste a la nueva ley. En Primaria e Infantil, que no han cambiado, las editoriales imprimen prácticamente por encargo dejando a algunos sin ejemplar
Desde el principio de la democracia hay una práctica en la que todo el que alcanza la Moncloa cae. Las reglas de la educación se cambian. Las constantes transformaciones de la Ley de Educación, hoy LOMLOE, van más allá de cuestiones ideológicas, políticas y pedagógicas. Y en algunos casos deja a algunos menores sin libro de texto que es algo que está pasando en este inicio de curso.
En aquellos cursos donde se adaptan a la nueva norma, los borradores del contenido que elabora cada comunidad autónoma no han llegado a tiempo. En aquellos cursos, como sucede en Castilla y León, donde no hay renovación de libros como en Educación Primaria, las editoriales ajustan la impresión al ser un modelo que quedará obsoleto al curso siguiente. “El libro de texto no es como un libro de lectura que, si no lo vendes hoy, ya lo venderás, el tipo de producto no tiene devolución, salvo casos mínimos por error, y las editoriales se cuidan muy mucho de las impresiones”, explican desde la librería la Silla Mágica, Arantzazu Suances y Sylvia Cernadas Guerreiro.
Burgos
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NATALIA ESCRIBANO
El inicio del curso, aún con el incremento de costes y la forma de ajustarse el cinturón, ha arrancado marcado por la falta de algunos manuales por el cambio de última hora. Los manuales estaban hechos cuando la administración regional decidió esperar en Primaria, que fueron los primeros en arrancar. Hay centros escolares que optan por estos manuales antiguos y actualizar contenido durante el curso con temario propio en fotocopias. Las editoriales impulsan también los refuerzos digitales. Pero hay libros que ya no están.
“Las editoriales trabajan este tipo de producto prácticamente bajo pedido en función de sus relaciones con los colegios ya saben cuántos más o menos se pueden demandar y si es un libro que se va a descatalogar en un curso, es difícil que se pongan a imprimir”, explican. ¿Qué pasa si un niño se queda sin libro de texto? “Este año alguno llegó con una pequeña falla, pedimos más, y la editorial aseguraba que no iba a imprimir más, así que la familia se lo quedó, mejor eso que nada”, detalla Cernadas.
Sí reconocen que “son pocos casos los que finalmente no pueden encontrar alternativa porque oferta y demanda está muy pautada entre colegios y editoriales y damos las vueltas que haga falta por encontrarlo, pero cuando no se imprimen no hay mucha opción”. En el caso en el que un niño se quede sin libro de texto en casa, el colegio es quien tiene que definir cómo proporcionar ese manual. En caso de que sean varios los niños en esta situación el colegio puede plantear un cambio de libro, aunque se necesita una solicitud previa a inspección.
El problema no sólo se da en los ejemplares que no se han cambiado, aunque tocaba este año tras ocho sin renovar manuales escolares. También se da en los cursos en los que sí hay adaptación a la nueva ley. En los cursos impares de Secundaria sucede, como en otras comunidades, que el retraso en la adaptación a la nueva legislación educativa ha obligado a imprimir tarde. Ahora llega el curso y muchos no tienen todos los libros sobre su pupitre.
Con la inflación en la mochila
El inicio del curso este año también ha estado marcado por la inflación. La subida de precios disparada de los productos escolares que son una compra esencial. Los niños tienen que volver al colegio equipados. Y la lista es larga. “La economía este año se está notando, se intentan ajustar en lo que se puede porque aquí no eliges tú, es lo que te mandan con lo que tienes que llevar al niño”, explican desde la Silla Mágica. Hay quien pide presupuesto para financiar las compras con un tercero, a un banco, un familiar o un préstamo rápido, y quien asume el gasto mes a mes con lo que los colegios, al terminar el curso anterior, ya disponen de listados de material escolar y libros. Aunque en esto último se ha complicado con el trastorno de no disponer de libros actualizados a una norma que, para junio, aún estaba en pañales.
Aunque no todo sube. El último dato provincializado del Índice de Precios al Consumo (IPC) refleja que la enseñanza ha subido su precio respecto al año pasado. Burgos no es la más inflacionista de la región en esta materia, aunque los precios han subido un 0,3% respecto al año pasado. La provincia más inflacionista en esta materia es Segovia con precios que han subido un 1,4% mientras que la que ha reducido el precio en temas de enseñanza es Soria donde el coste es un 0,6% menor que el curso pasado.
En cuanto a todo lo que implica la vuelta al cole desde la papelería y los libros, al vestido y el calzado o artículos informáticos hay alguna sorpresa. El precio del vestido ha caído en lo que va de año un 19% y el calzado baja un 11,2%. Comprar material audiovisual, fotográfico o de procesamiento de la información es hoy un 4,5% más barato que en enero.
La mala noticia viene en el momento de llenar la mochila. Los artículos de prensa, libros y papelería, especialmente el papel, han subido su precio en lo que va de año un 2,5%. El incremento está entre los más altos de la región, pero se ve superado por el 2,6% que ha subido en Soria y el 3,8% con el que Valladolid lidera el aumento de precios en papelería y libros de la región.
En cuanto a la enseñanza, el índice del Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja el aumento de precios por tipo de enseñanza. En la provincia se refleja que la enseñanza infantil y primaria es un 0,3% más caro que en el curso pasado. Cifra lejana al 1% de Valladolid y al 1,1% de incremento de costes en Segovia.