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Librerías, la confianza que Amazon no puede comprar

“Juegan con reglas distintas, las librerías tenemos precios tasados por terceros, nosotros ofrecemos servicio personalizado”

Arantzazu Suances y Sylvia Cernadas Guerrero regentan la librería La Silla Mágica entre San Pedro de la Fuente y Fuentecillas. SANTI OTERO

Publicado por
Burgos

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En el inicio del curso, y más en arranques comprometidos como el que ha sucedido este curso con el cambio de libros de texto y precios disparados, la confianza es un peso importante a la hora de decidir entre los clientes. Las librerías se convierten en el lugar donde solventar dudas. El trato cercano del comercio de proximidad, el seguimiento cliente por cliente, es algo que los grandes operadores como Amazon no pueden comprar. “A la hora de adquirir un libro de texto, el cliente busca más confianza que precio diría yo, los listados de libros no están exentos de errores, nosotros los revisamos, confirmamos y comprobamos con la editorial y vamos detrás de ese libro que no llega”, revindican Sylvia Cernadas Guerrero y Arantzazu Suances que desde hace más de una década abrieron la librería La Silla Mágica en la zona del Barrio de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas.

Ese seguimiento libro por libro no lo tienen los grandes operadores. Los libreros buscan pistas para encontrar ese ejemplar imposible, ese manual de inglés de editorial extraña y pedagogía imprescindible para el centro educativo. Y es agradecido, porque ellas lo notan. “Sí que en el barrio la gente es super fiel y te dicen eso, me vengo aquí que lo hacéis a la primera”, señala Suances. Son conscientes, como lo son las editoriales con los colegios que prescriben el ISBN de cada manual, que es una compra obligatoria y que se produce cada año. “Quien tiene una mala experiencia en compras on line o en una gran superficie, no vuelve a caer y prefieren ir donde no se da problemas, porque nos encargamos de ese seguimiento hasta que el ejemplar aparece”, añade Cernadas.

En lo que no pueden competir es en los precios. “El coste del libro ya está tasado, es uno de los productos más regulados del comercio, y vale igual en una librería que en otra o en un centro comercial”, explica. Otra cosa son las plataformas de venta on line que “no juegan con las mismas reglas del juego porque tributan en el extranjero”. De esta manera, se juega con los precios, más baratos, si son libros fáciles de encontrar, y se encarecen si hay pocos ejemplares porque no están sujetos a la Ley de Protección del Libro española.

Otra de las cuestiones que se critican desde las librerías es el hecho de que la propia Administración regional se salte el canal de distribución del libro a la hora de establecer las becas de Releo, para disponer de los libros de texto. Una medida que se hace a espaldas de las librerías. “Es un programa necesario, no digo que no, pero está mal planteado”. El sistema de becas acude en primer lugar al banco de libro de los diferentes colegios y financia, en el caso de quienes tienen la beca de gratuidad total, las nuevas adquisiciones. Los padres realizan la compra y, con una misma factura, se remite a Educación para la devolución del importe gastado. “En otras comunidades se emite un cheque por beneficiario, se compra y se canjea, de esta manera para respetar el canal de distribución del libro”, reclaman.

Otra actividad en detrimento de las librerías, a la hora de iniciar el curso, es la posibilidad de adquirir los libros en el centro escolar. Algo más común en los colegios concertados y que suponen un nuevo salto de pértiga sobre el canal de distribución del libro. Con todo las librerías afrontan el año con los precios marcados, y las muchas dudas de las familias por la inflación y las imprecisiones que llevan a que algunos, aún con el curso empezado, no lleven todos los libros en su mochila.