APERTURA DEL AÑO JUDICIAL
José Luis Concepción tacha de «espectáculo patético» el bloqueo del CGPJ
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León considera que la no renovación del órgano «nos coloca en una situación verdaderamente comprometida» y advierte sobre sus «devastadores» efectos para el «funcionamiento del Estado»
Se daba por hecho que el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), José Luis Concepción, abordaría la todavía pendiente renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en su discurso con motivo de la apertura del año judicial 2022-2023. Fiel a su estilo, el magistrado ofrecía una visión crítica, sin pelos en la lengua por momentos, para manifestar claramente que el bloqueo de dicho órgano «nos coloca en una situación verdaderamente comprometida».
Según Concepción, España se está jugando su «credibilidad» en Bruselas, máxime cuando han transcurrido casi cuatro años desde el tira y afloja que aún mantienen los dos principales partidos políticos. En este sentido, se hacía eco de las declaraciones del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, cuando insistía en la necesidad de renovar el CGPJ y «empezar la reforma del sistema de elección» a la mayor brevedad posible. De lo contrario, se correría el riesgo de acabar en el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea.
Previamente, el presidente del TSJ sentenciaba que «el espectáculo ofrecido por quienes tienen sobre sí la responsabilidad de renovar los órganos constitucionales no puede ser más patético». En su opinión, la actitud adoptada sobre esta cuestión arroja efectos «devastadores» para el «funcionamiento del Estado e incluso para la propia credibilidad que deben tener las instituciones en la ciudadanía».
Sin citar siglas, aunque todo el mundo supiese a quién se refería, Concepción se amparaba en el texto definitivo de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) de 1985 que confirió a la magistratura española la potestad, atribuida por la Constitución, para designar a los doce vocales de entre la veintena que conforman el CGPJ. Lo que ocurre, desde su punto de vista, es que el sistema se ha mantenido desde entonces «pese a las protestas de la otra parte del espectro político que, curiosamente, nada ha hecho por derogarlo pese a haber gobernado en dos ocasiones con la mayoría suficiente para hacerlo».
Tampoco desaprovechaba la ocasión el presidente del TSJCyL para enarbolar la «defensa de la unidad de España» ante un «vertiginoso proceso de descomposición» que «no es ajeno al tercer Poder del Estado». A este respecto, ha puesto el foco sobre las «interesadas llamadas a la 'desjudicialización de la vida política» y los «peligrosos requerimientos a huir de la intervención judicial».
En esa misma línea, lamentaba que exista una «vergonzosa intrusión» que «pone en peligro el andamiaje mismo del Estado cuando se ejerce de manera torticera por intereses puramente utilitaristas sin más fin que el de la simple conveniencia política». Desde su punto de vista, esto se permite «sin que exista atisbo alguno de arrepentimiento en los delincuentes que han sido condenados por sentencia firme».