Suárez baraja «varios nombres» entre los que elegir candidato a la Alcaldía de Burgos

El Partido Popular de Burgos no tiene decidido la persona que encabezará la lista para las elecciones municipales de mayo de 2023, pero como indica el presidente provincial de los populares, Borja Suárez, será «cuestión de semanas, entre octubre y noviembre».

La dirección provincial de la formación política, que tiene la responsabilidad de tomar esta decisión al contrario que en anteriores comicios en los que se miraba a Génova, asegura que lleva tiempo trabajando tanto «en el programa como en los equipos». 

Suárez, que agradece el ofrecimiento de la portavoz de grupo municipal del PP en el Ayuntamiento, Carolina Blasco, para ponerse al frente de la candidatura local, asegura que «hay varios nombres» para responder a la alternativa que piden los burgaleses, frente a las políticas de los socialistas. En este sentido, añade que si bien «las ambiciones personales son legítimas», hubiese deseado un debate «exclusivo en el ámbito interno» del partido. 

El presidente provincial, que respondió a las preguntas de los periodistas sobre esta cuestión con motivo de la presentación de aprobación de las nuevas medidas fiscales del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, asegura que el proyecto del Partido Popular será conjunto. «Hay diferentes estrategias, no son malas y hablan de las ganas de cambio y todos lo hacen desde la lealtad a un proyecto a unas siglas y a una familia que es la del Partido Popular», sostiene.   

Desde el PP recuerdan que el partido tiene sus procesos y sus tiempos y precisan que hay muchas candidaturas por decidir, aunque la más relevante sea la de la capital burgalesa. «El objetivo que perseguimos es mejorar la calidad de vida de los españoles y estamos encantados que la voz de quien pisa el territorio tenga el valor que tiene que tener», afirmaba Suárez, en referencia al papel más protagonista de las direcciones autonómicas y provinciales para configurar las candidaturas para mayo de 2023.

145 millones de ahorro

En cuanto a la nueva Ley de rebaja tributaria en Castilla y León, aprobada recientemente por el Consejo de Gobierno, el procurador Ángel Ibáñez, resaltaba que el Gobierno de la Comunidad Autómoma se marca el objetivo de tener la fiscalidad más baja «de su historia» para facilitar la actividad, económica, el empleo y la economía familiar.

«Volvemos a bajar los impuestos y, en especial, en el mundo rural», precisa el político burgalés, que señala que las nuevas medidas supondrán un ahorro para los burgaleses de 145 millones de euros, que se suman a los 307 ahorrados con las anteriores políticas de Fernández Mañueco como fue la modificación del Impuesto de Sucesiones la pasada legislatura.

El Proyecto de Ley consolidará a Castilla y León como una de las tres comunidades autónomas de España con un sistema fiscal más favorable para el medio rural, como afirma Ibáñez, que contrapone estas medidas a las propuestas de los socialistas que, a su juicio, persiguen subir los impuestos.

Entre las medidas tributarias que se contemplan está la rebaja del IRPF «a todos los contribuyentes de Castilla y León, rebajando la tarifa autonómica al tramo más bajo y, por tanto, a los que menos ingresos tienen».

En cuanto a la fiscalidad rural, se apoyará la natalidad con deducciones por nacimiento o adopción de hijos en municipios de menos de 5.000 habitantes. Mañueco reducirá el impuesto sobre transmisiones patrimoniales para favorecer el emprendimiento en el medio rural, con una rebaja del 1%. Otra de las medidas es el apoyo al relevo generacional de las explotaciones agrarias y ganaderas. Por último, el Gobierno de PP y Vox apoyan al sector cinegético con bonificaciones y exenciones en diversas tasas.