El calor y el retraso de los bonos al consumo derivan en un inicio de temporada «flojo» para el comercio textil
A pesar de que los meses de octubre y noviembre suponen «la temporada fuerte de ventas para el textil», las altas temperaturas y un retraso de los bonos han supuesto que los burgaleses «no se hayan pasado aún por los comercios»
Las altas temperaturas que están protagonizando el mes de octubre junto al retraso de la campaña de los bonos al consumo y la incertidumbre económica de cara a los meses de invierno han supuesto que el inicio de la temporada otoño / invierno haya sido «muy flojo» en el comercio textil.
Así lo asegura el presidente de la Asociación de Comerciantes Centro, Raúl Martínez. «Las ventas están produciéndose más escalonadas y lentas de lo habitual», apunta y es «especialmente porque a mediados de octubre seguimos teniendo temperaturas de veinte grados». Un calor que «no anima a las personas a acercarse a las tiendas a probarse abrigos, jerséis o botas», explica.
Si a eso se suma «una campaña de bonos que llega un mes después que el año pasado», las ventas «se resienten aún más». Y es que «muchos burgaleses están esperando al día 17 para venir a los comercios con sus bonos a comprar la ropa de invierno».
Martínez recuerda que los meses de octubre y noviembre «son los dos mejores para el comercio de equipamiento de la personas en la capital burgalesa en lo que a ventas se refiere» porque «es cuando se hacen las grandes compras de cara al invierno». Mientras, «el mes de septiembre se suele dedicar a la vuelta al cole» y, además, «las temperaturas siguen siendo altas por lo que hay menos movimiento en los comercios de ropa».
En cuanto a la campaña de bonos, Martínez asegura que es una «acción muy positiva no solo para los comercios sino para los propios burgaleses». Considera que a pesar de haber nacido en la pandemia como una propuesta puntual para apoyar al comercio en un momento complicado, «no debe desaparecer».
El comerciante afirma que «es también una forma de devolver a los burgaleses el esfuerzo económico que hacen durante el año con las tasas y los impuestos» y que, además, «son dos millones de euros que se revierten en los negocios de la propia ciudad».
A pesar de que la campaña de bonos al consumo de este año se reduce a solo un mes, Martínez asevera que «lo importantes es que la cantidad invertida se mantiene» ya que «si se venden todos los bonos, en un mes el comercio de la ciudad tendrá una inyección directa de dos millones de euros».
Black Friday y Navidad
Después llegarán dos campañas fuertes para el sector: Black Friday y Navidad. De la primera, Martínez señala que «se ha adulterado» y es que «lo que nació en EE.UU. como una jornada para vender gangas tecnológicas, ahora sirve para vender de todo» y «ha pasado de celebrarse un día a durar una semana o más».
En este sentido, Martínez apunta que «si bien las grandes firmas y las grandes superficies son tractoras en esta campaña», el pequeño comercio «puede elegir si adherirse a ella o no». Explica, a este tenor, que «como pequeño comerciante es difícil explicar a una cliente por qué le vendiste una prenda a 50 euros un lunes y el viernes se la vendes a su amiga a 30».
Ya con la llegada de diciembre arranca la campaña de Navidad, un periodo que «si bien es mucho más importante para sectores como el juguetero», también «es un momento clave para las ventas de textil».