Esfuerzo vecinal para que la tierra de los huertos de Fuentecillas vuelva a ser fértil
Este verano un grupo de 18 vecinos ha empezado a preparar la mitad de los 20 parcelas cedidas a la Asociación de Vecinos San Pedro de la Fuente y Fuentecillas y Huerteco
En vez de berzas, kale, algunas berenjenas, cepas de tomates, las primeras vainas de alubia verde y guindilla roja. Son algunos de los primeros frutos que, tras mucho esfuerzo y trabajo, han levantado 18 voluntarios de la Asociación de Vecinos de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas coordinados por Martin Crill con el apoyo de Huerteco.
«Pensábamos que este verano no íbamos a poder hacer nada, así que cuando nos dijeron que ya podíamos disponer de las parcelas, solo plantamos la mitad para empezar y probar», destaca este británico afincado en Burgos. Si disponen de 20 bancales para su huerto comunitario y ecológico han arrancado con diez.
A primera hora de la mañana y en los tiempos marcados, como un reloj, uno de los voluntarios tiene que estar pendientes del agua. «Este año ha hecho mucho calor y hemos tenido que estar muy pendientes del agua, también para preparar el compost», explica Crill. El huerto es vecinal, pero también ecológico.
Una vez establecidos los turnos de trabajo, donde hay cinco personas especialmente implicadas, y estructurada la organización y labores a realizar, quedaba una de las tareas más titánicas. Recuperar el suelo. Más que obtener los primeros frutos, el gran escollo ha sido la dureza del terreno. «El suelo está muy duro, he trabajado muchas horas con un motocultor, estaba tan duro que saltaba y penetraba a muy poca profundidad», explica. Por eso uno de los objetivos para este invierno será nutrir el suelo. «Podríamos cultivar verdura de invierno ... Pero mejor vamos a sembrar forraje mezclado con trébol, para que la tierra se abra», explica. Con este tipo de plantas con raíces profundas se busca abrir el terreno, que lo nutra y descompacte, e inyectar nitrógeno de manera natural. «Para en primavera poder plantar cómodamente lo que el grupo de trabajo decida», explica.
En este primer verano de experiencias el primer fruto fue una auténtica fiesta. Tras meses de gestión del proyecto ‘Reconectando raíces’ de la asociación de vecinos de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas y Huerteco, que el Ayuntamiento mantuvo en parte de la parcela para dedicar la mayor superficie a Huertos de Ocio como los de Soto de Don Ponce, esa primera vaina, ese primer tomate fueron un triunfo. «Sí que fue una fiesta pero era un poco chistoso porque la producción era bastante mínima, he de reconocer que, para ser el primer experimento, hemos excedido ampliamente las expectativas y, con el trabajo en el suelo que vamos a hacer este invierno, nos acercaremos bastante a lo que buscamos con este huerto comunal», señala Crill.
Recuerda como, cuando se vio con la decisión de qué plantar, «me vi un poco perdido, los productos que yo conozco son de mi tierra (Reino Unido) y de los lugares donde he vivido (tenía una huerta en los pocos días que el hielo lo permitía en el Yucón canadiense), no sabía qué es lo que más se adaptaba a este clima y esta zona», explica. El asesoramiento de Huerteco y más de una y de dos visitas al Mercado Hortofrutícola dieron las primeras pistas a Crill. Poco a poco empezó a sumar voluntarios. Hoy son unos 20. Y a los productos necesarios, ha habido excedente incluso de algunos, ha habido proyectos personales. Hay un voluntario empeñado en que la tierra de Fuentebermeja le de boniatos. Y pensaron que el melón podría ser una buena opción. «El proyecto melón ha fracasado, son todos machos, pequeños, duros y agrios no más», relata con humor.
¿Cómo participar?
Tras este estreno, el ‘equipo huerto’ de la Asociación de Vecinos de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas buscan ganar más usuarios y alcanzar la capacidad para plantar los 20 bancales al completo. Los que están en la parte más alejada de la entrada. Quien esté interesado en participar puede ponerse en contacto con la asociación en sus redes sociales o en el correo electrónico vecinossapedroyfuentecillas@gmail.com o los miércoles por la tarde en su despacho del CEAS de San Pedro de la Fuente.
La organización es vecinal y comunal. No se usan pesticidas, todo el cuidado es ecológico, con el asesoramiento de Huerteco. El objetivo es cubrir las necesidades de aquellos vecinos del barrio que hayan concurrido a los Huertos de Ocio pero no hayan obtenido parcela. También a personas con inquietudes hortofrutícolas o que busquen el producto de la tierra. «Nos centraremos en cultivar producto de temporada, pero luego estamos abiertos a que cada cual pueda proponer aquellos vegetales que no encuentran en las tiendas, verduras más exóticas», explica Crill. De esta manera no gastarán el espacio en plantar patata, «que ocupa mucho terreno y hay mucha en el mercado», pero sí chirivías, nabos o kale, que en septiembre aún estaba florenciendo con buen sabor. Y aquellos que son indiscutiblemente mejores si son de huerta como los tomates.
La producción será para el que la planta pero también buscan, cuando la producción sea más amplia, colaborar con las parroquias de la zona o repartir excedente entre los asociados. Tienen claro que la colaboración será «algo informal» pero sí «un mínimo compromiso para mantener los turnos». Cuantos más integrantes sean, más podrán repartir el trabajo y aprovechar los frutos que las tierra les dará.
Este sistema de trabajo vecinal en torno a la tierra es algo que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Burgos plantea replicar en otras zonas de la ciudad. Dentro de las medidas para afrontar la crisis energética y el aumento de la inflación se incluye la posibilidad de ofrecer suelo municipal sin uso a medio y largo plazo a asociaciones de la ciudad para crear huertos como el de Fuentecillas. Una relación de parcelas por determinar y un uso que se plantearía con una asociación vecinal como intermediario pero que podría responder a la necesidad de muchas familias de hacer frente a la inflación plantando sus propios productos frescos, los que más suben de precio.
Los 1.000 metros cuadrados de huertos vecinales comparten espacio con un invernadero donde se llevan a cabo actividades de formación en jardinería. También se trabaja en definir los bancales de los Huertos de Ocio de Fuentecillas. Saldrán a concurso, como los 90 de los Huertos de Soto de Don Ponce. Éstos llevan años en funcionamiento y cada año se realiza una adjudicación de las parcelas para pensionistas, mayores de 55 años y parados de larga duración. En la convocatoria prevista para diciembre de este año entrarán las 71 parcelas de los huertos de ocio de Fuentecillas.
Además en las instalaciones hay una gran pérgola que se usa para formación, se ha optado por plantar hierbas aromáticas y un hotel de insectos para facilitar la afluencia de los polinizadores. Esta zona estuvo sin uso durante años. Un campo de fútbol sólo habitado por dos porterías y que pocos balones vio correr busca ser un espacio de encuentro. Las actividades que programan desde Huerteco persiguen unir a los mayores, que crecieron viendo y cuidando los frutos que la tierra le daba, con niños que, en muchos casos, no saben de donde proceden los alimentos o la leche o que, aunque lo sepan, nunca se han acercado a ver crecer una planta. Una conexión entre mayores y jóvenes que se asemeja a la fusión que la asociación de vecinos pretende entre uno de los nuevos barrios de la ciudad con el más antiguo.
Además Huerteco plantea trasladar su proyecto de Huertos terapéuticos a esta zona en la que, entre los vecinos, hay varias asociaciones y entidades sociosanitarias que atienden a personas con capacidades diversas. El objetivo es que el campo de fútbol vacío y el terreno duro y yermo se transforme en un espacio de ocio, comunidad y naturaleza que reconecte a los vecinos de Fuentecillas y San Pedro de la Fuente con su tierra.