¿Por fin setas en Burgos? «Si llueve estos días y no hiela, veremos los primeros brotes importantes»
Después de varias semanas de calor pero sin lluvias, los seteros esperan al primer brote «importante» en los Montes de Oca / Cada vez más personas muestran interés por la micología
«Si llueve estos días y no hiela en las próximas tres semanas, podremos ver los primeros brotes importantes de setas, después de semanas con temperaturas muy buenas pero sin agua». Así lo explica Fernando Sainz, miembro de la Asociación Micolosa de Miranda de Ebro. El setero ofrecía el pasado mes la charla ‘Setas del camino a su paso por los Montes de Oca y posibles confusiones’ en Villafranca Montes de Oca, uno de los paraísos burgaleses para los amantes de la micología.
Y es que seteros de cientos de rincones del país se ven atraídos cada año por la provincia burgalesa y en el especial por los parajes de la comarca de Montes de Oca, lugar al que llegan cesta y navaja en mano para disfrutar de una buena jornada micológica.
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Redacción
El acotado de setas Burgos 50015 Montes de Oca es un auténtico referente a nivel nacional. Algunos dicen que el lugar cogió fama después de que el famoso cocinero Karlos Arguiñano asegurara que aquí estaban las mejores setas de España, pero lo cierto es que su buena ubicación y que se trata de un monte llano sin apenas pendientes son algunas de las grandes ventajas del espacio.
Si bien la temporada del 2019 estuvo marcada por las lluvias y eso permitió que la zona experimentara una explosión de setas y hongos que no se registraba desde unos años atrás, el año 2020 se pudo valorar poco debido a las restricciones y en 2021 la temporada fue escasa en general.
La seta reina de la zona es el boletus. Llevan más de dos décadas saliendo y son las más valorados por los seteros. Pero al boletus se suman otras especies como los níscalos o la lengua de vaca, también cotizadas entre expertos y amantes de la micología, así como la seta de cardo o el famoso perrechico.
Agés, Arlanzón, Arraya de Oca, Barrios de Colina, Carrias, Cerratón de Juarros, Espinosa del Camino, Ocón de Villafranca, Puras de Villafranca, Quintanilla Monte en Juarros, Rábanos, San Juan de Ortega, Santovenia de Oca, Turrientes, Valle de Oca, Villaescusa la Sombría, Villafranca Montes de Oca, Villalomez, Villambistia, Villamudria, Zalduendo son las localidades que conforman la Unidad de Gestión Montes de Oca junto al Monte de Valdefuentes, el Monte de Mataterrazos y el de Monte Costorrios, que son de titularidad particular.
Los seteros pueden coger cinco kilos de setas, pero el guarda rural no tiene por qué saber si lo que está cogiendo cada persona es comestible o no, de ahí que la norma solo se quede ahí, en que está permitido coger cinco kilos, sin especificar lo de ‘comestible’. En cuanto al precio de temporada, los empadronados en la localidad deben abonar cinco euros, las personas vinculadas a ellos 25 euros y los foráneos, 60 euros. Desde hace unos años se ha eliminado el permiso comercial en el acotado por lo que las setas que se recogen son para consumo propio.
Interés creciente
Sanz señala que hay «un interés creciente por la micología». Hay «muchos aficionados como yo a los que nos gusta prosperar y nos apuntamos a una asociación para conocer el mayor número de ejemplares y participar en exposiciones, jornadas y viajes para aprender lo máximo posible». Hasta doce especies hay bien reconocidas en la zona, y «se han incluido dos más», apunta. Tal es la pasión por la comarca burgalesa que «vienen hasta de Cataluña buscando boletus».
El alcalde de Villafranca Montes de Oca, Nicolás Solórzano, apunta que «tanto el aficionado como el setero experto deben ceñirse a coger lo que conocen» porque «cada año se producen casos de intoxicaciones, que podrían evitarse si solo cogieran lo que conocen al cien por cien». A este tenor, recuerda que «existe un catálogo actualizado con todas las especies de la comarca, tanto comestibles como no comestibles».
En este sentido, Sanz apunta que «son muchos los seteros que siguen formándose año tras año para conocer otras especies comestibles al margen de las más conocidas y así «poder coger setas durante todo el año».
Mejor control
La labor de los guardas rurales ha mejorado la situación del acotado de setas de la comarca y en gran parte se ha debido al «apoyo continuo de la Fundación Centros de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor)», apunta Solórzano. Actualmente van tres guardias juntos y se comunican a través de emisoras, mientras que «antes iba uno solo».
Ahora con los grupos de guardas «hay más seguridad tanto en el propio monte como frente a quienes se dedican a la recogida furtiva de setas y a los asentamientos ilegales». Para Solórzano crear grupos de guardas es «lo mejor que se ha hecho por el coto».