'Homo imperfectus’, la especie que se ha hecho fuerte a través de la fragilidad
María Martinón, directora del Cenieh, acerca este lunes a la Sala Cajaviva a las 19,30 horas su primer libro divulgativo. Un relato plagado de referencias literarias con las que invita a reflexionar sobre la fortaleza de la debilidad del Homo sapiens
Los libros han sido su compañero de viaje desde que empezó a leer. Las ciencias y la medicina no retiraron espacio a las relatos clásicos de los grandes de la literatura. Su vertiente científica y el juego a descifrar o intuir enigmas frente a un fósil para descubrir el pasado más remoto no ha estado reñido con su pasión por las grandes historias de ciencia ficción. La paleantropóloga y lectora empedernida, que también fue librera, se convierte en escritora con ‘Homo imperfectus. ¿Por qué seguimos enfermando a pesar de la evolución?’ (Ed. Destino). Es el primer libro de divulgación científica que María Martinón-Torres firma en solitario y que va por su segunda edición.
La directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) presenta hoy su ‘Homo imperfectus’ en la Sala Cajaviva, las conversaciones que la Fundación Caja Rural Burgos ofrece en sus ‘Lunes, por fin’. Será a las 19.30 horas en la avenida de la Paz, 2. Un encuentro donde los asistentes podrán conocer que nuestro gran miedo, a muerte y la enfermedad, nos hace más fuertes. «Somos una especie que se ha hecho fuerte a través de la fragilidad, por eso somos hombres y mujeres imperfectos», señala la paleoantropóloga gallega.
En el libro desgrana cuestiones como la diversidad del Homo sapiens, una especie donde caben todos. «No necesitamos ser perfectos gracias al cuidado, al ser una especie social somos fuertes por la capacidad que tenemos de cuidarnos los unos a los otros, por eso caben fuertes y débiles, altos y bajos, los propensos a las enfermedades... Cabemos todos con todo nuestro equipaje porque todos formamos parte de una especie en la que nos parapetamos los unos a los otros». En tiempos donde la individualidad parece acompañar al éxito, el pasado nos cuenta que «nuestra especie ha salido adelante jugando con fuego, nos hacemos mas fuertes por la debilidad, vivimos más años porque dejamos de ser reproductivos antes, es como la manera de hacerlo al revés, pero triunfa porque nuestra fortaleza es por que nos cuidamos los unos a los otros».
Y aquí se bifurcan algunas de las particularidades del Homo sapiens. Es una especie que pasa más tiempo al cuidado de otros que siendo autónomos. En la infancia y en la niñez necesita cuidados y tutorización de sus mayores. La más prolongada de los primates. En la adolescencia, aunque se rebele, necesita guía de sus mayores y está en formación. Le sigue un periodo breve de madurez donde es autónomo y en la tercera edad vuelve a depender del grupo. «Es una estrategia temeraria pero exitosa y la gran paradoja de la especie humana que se ha hecho fuerte a través de individuos muy débiles».TemponautasEl ser humano desde que tiene conciencia sabe que tiene un final. Que todos morimos. Pero tiene la capacidad de sobreponerse a esa consciencia de ese final que trata de alejar en el tiempo lo más posible. Es la única especie que es consciente que va a morir. «Es una consecuencia, dolorosa e incómoda, del desarrollo cognitivo enorme que ha alcanzado el Homo sapiens que nos permite comprender claramente como funciona la vida, y conocer la muerte es parte de la vida. Analizamos nuestro mundo al rededor, comprendemos las causas las consecuencias y somos capaces de pensar en un futuro, de imaginar que eso que vemos en los demás puede pasarnos a nosotros».Tira Martinón del término temponautas, los viajeros en el tiempo de Phillip K. Dick en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? La base de Blade Runner. Un concepto que nos acompaña como especie desde mucho antes de ese universo creado por la literatura y el cine. «El ser humano puede vivir en todos los tiempos. En el presente. En el recuerdo los sentimientos de lo vivido, las experiencias de las emociones y el significado que tuvo lo pasado. Y en el futuro podemos proyectar las consecuencias de lo que va a pasar o lo que hemos hecho, somos capaces de imaginarnos un mundo en el que ni siquiera nosotros estaremos», señala la autora de Homo imperfectus.Si la muerte nos atormenta, si saber que podemos enfermar nos aterra. ¿Por que la selección natural no ha eliminado esa conciencia? «Nos agobia la enfermedad, la idea de la muerte pero se engloba en una especie que, como ninguna otra, sabe que tiene un final y dedica todo el esfuerzo a tratar de evitar la muerte. No hay nada más adaptativo que eso. Investigar todas las causas por las que podía morirse y estudiar todas las formas de evitarlo».Abuelos, el as en la manga de la especieEl ser humano vive muchos más años que cualquier otro primate a costa de alargar el periodo de vida no reproductivo. «Lo lógico seria que la selección natural favorezca tener más años para ser más reproductivos», explica Martinón. Pero no. «Vivimos mas años no para tener más hijos sino para cuidar los hijos de nuestros hijos». Señala la paleoantropóloga que «el éxito de nuestra especie se debe a que vivimos para cuidar a los demás, y la senescencia, los cuadros de menopausia llegan muy pronto en comparación con los años que nos quedan por vivir». Es una «estrategia seleccionada» para posibilitar que las mujeres «tengan o puedan dedicar su vida a otro tipo de habilidades, cuidados y dedicación que no sea la procreación». Hay estadísticas. En las sociedades cazadoras recolectoras la supervivencia de los hijos baja un 40% sin abuelos. «El papel de los abuelos es fundamental no tanto a través de su propia reproducción, sino a través del cuidado de los demás, vivimos más no para tener mas hijos, sino para cuidar a los hijos de otros».