El Correo de Burgos

El botín de los ladrones de comercios: 1.500 euros por asalto

Burgos es la décimo quinta provincia en la que los robos les salen más caros a los comerciantes, con una media de 1.588 euros por cada robo

Imagen del atraco en un bar de la zona sur de Burgos captada por las cámaras de seguridad. ECB

Imagen del atraco en un bar de la zona sur de Burgos captada por las cámaras de seguridad. ECB

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Los propietarios de los comercios de la capital burgalesa están menos expuestos a los robos que los de otras grandes ciudades de España, pero cuando los ladrones les desvalijan se llevan de media mucho más que en la mayoría de capitales.

De hecho, que un comerciante de Burgos tiene un 22,3% menos de probabilidades de que le roben que la media de España. La capital burgalesa es la ciudad de Castilla y León en la que sus comerciantes son menos propensos a ser desvalijados por los ladrones, aunque está lejos de ciudades más seguras como Pamplona, al frente del ranking nacional con menor robos que el resto, o ciudades cercanas a Burgos como Bilbao, Vitoria o Alcobendas.

Sin embargo, Burgos aparece en el décimo quinto puesto entre las provincias en las que más botín se llevan los ladrones con algo más de 1.588 euros en cada robo. En Valladolid el botín pasa de los 1.600 euros y en Soria casi llega a los 2.000, aunque estas dos provincis que están también en la parte alta de esta tabla, se quedan muy por detrás de Teruel, donde cada desvalijo sale de media por encima de los 3.200 euros.

En Burgos capital, el robo medio supone 1.502 euros de pérdidas para los comerciantes, según los datos recopilados en el informe de robos en comercios de la patronal de seguros Unespa.

Diferencias de probabilidad de robo en comercios, por provincias.

Diferencias de probabilidad de robo en comercios, por provincias.

Esta entidad señala que de todos los riesgos asegurables a los que está expuesto una actividad comercial, el robo es uno de  los más temidos. No es, desde luego, el supuesto que genera más percances, pero sí tiene una frecuencia lo suficientemente alta como para generar inquietud. Asimismo, el robo en comercios 

suele tener un coste superior al que tiene, por ejemplo, en hogares. Un robo supone, de por sí, una 

pérdida de beneficios, puesto que muchas veces el comerciante ha pagado por unas mercancías que 

le han sido sustraídas pero que, obviamente, ya no podrá vender. El robo en comercios es, pues, un 

cortocircuito en el proceso de generación de valor añadido.

El año 2021 presenta una curva real de robos que se ajusta básicamente a una senda desestacionalizada, basada en el principio teórico de que los robos se produjeren regularmente cada día del año. Únicamente se aprecia un ligero repunte relativo en noviembre.

La mayor cantidad de robos durante los últimos meses del año, así como en los meses veraniegos, es bastante más perceptible en los municipios más pequeños. Como contraste, en las ciudades grandes (de más de medio millón de habitantes), el robo en comercios aparece como una realidad continua y cotidiana, con alguna leve intensificación relativa en enero.

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