La colección de dientes de leche del Ratón Pérez en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) es la más importante del mundo. Se ha logrado gracias a las donaciones de cientos de niños. Hasta 4.000 piezas dentales de toda España se han depositado en este rincón que en el que el Ratón Pérez cede las perlas blancas de los más pequeños a la ciencia. Una vez que entran en el depósito se convierten en un fósil más de los que se gestionan en el Cenieh. Este es el camino que sigue perdiendo el nombre de su dueña y ganando datos, información y miles de imágenes que la reconstruyen virtualmente. ¿Has dejado tus dientes en el banco del Ratón Pérez del Cenieh? Este es el camino que han seguido.
Esta es la zona de entrega de los dientes de leche. Se replica de manera similar en los diferentes puntos de recogida repartidos por España y en países como Australia o Argentina. TOMÁS ALONSO
En la recogida colabora el Museo del Ratón Pérez de Madrid. Aunque también se pueden donar dientes enviándolos al mismo Cenieh. TOMÁS ALONSO
Quienes entregan sus piezas dentales reciben algunos regalos vinculados a Atapuerca, la evolución humana y el universo Ratón Pérez. TOMÁS ALONSO
El primer paso de cada pieza dental es este. El Laboratorio de Conservación y Restauración de piezas del Cenieh. TOMÁS ALONSO
Cada pieza se somete a un proceso de limpieza con agua destilada, consolidación y preparación. Posteriormente se identifica y sigla y se introducen los datos en la base de datos del proyecto. TOMÁS ALONSO
Las piezas son minúsculas. Hay muchos caninos e incisivos y están intentando incrementar la colección de molares. TOMÁS ALONSO
Marina Martínez de Pinillos y Chitina Moreno observan parte de las nuevas incorporaciones a la colección. TOMÁS ALONSO
Marina Martínez de Pinillo y China Moreno muestran la entrega de todos los dientes de leche de los hijos de una mujer de Oviedo que llegaron por carta. TOMÁS ALONSO
Uno de los pasos más importantes es el escaneado. Se realiza en el laboratorio de Microtomografía Computerizada. El técnico David Larreina y Marina Lozano analizan una de las piezas escaneadas con el MicroCT de última tecnología que tienen detrás. TOMÁS ALONSO
Los dientes, igual que las mandíbulas de fósiles de homínidos extintos y de cientos de miles de años, se escanean. Estos dientes de leche pueden estar entre una hora y 29 minutos. TOMÁS ALONSO
Se reconstruye el interior y el exterior del diente. Se obtiene una escala infinita de grises y los técnicos tienen que dotar de color. De cada pieza de dientes del Ratón Pérez, se obtienen más de mil imágenes. TOMÁS ALONSO
Este archivo de miles de imágenes permite trabajar una parte del diente (corona, dentina o esmalte) y aislar el resto. Permite también obtener datos de volúmenes que junto con la ficha informativa entregada por los más pequeños, permite establecer estudios sobre dimorfismo sexual, edad o morfología que, al comparar con piezas extintas, permiten hacer cambios. TOMÁS ALONSO
Es el cráneo representativo de la especie Homo antecessor, de 800.000 años descrita en Atapuerca. Apareció en las excavaciones de Gran Dolina en los 90. Se caracterizó como varón y se llamó el Chico de la Gran Dolina.
Reconstrucción de Homo antecessor en el Museo de la Evolución. Es, como definían los estudio, un chico de entre nueve u once años. La figura se colocó en la Galería de los Homínidos del Museo de la Evolución en 2014.
Un estudio posterior, publicado en 2021, determinó que El Chico de la Gran Dolina era, en realidad, una chica. Esta es la ilustración de Tom Björklund. Este cambio tiene mucho que ver con los dientes de leche de la colección del Ratón Pérez. Las piezas de hace más de 800.000 años de antigüedad localizada en Atapuerca se han comparado con las mismas piezas dentales de las niñas de hoy que se han entregado a la Colección del Dientes de Leche del Ratón Pérez.
Marina Lozano forma parte del Grupo de Antropología Dental del Cenieh y es la coordinadora de la Colección de Dientes de Leche del Cenieh. TOMÁS ALONSO