El Correo de Burgos

Forenses del pasado. Así desentrañaron el documento falso del Monasterio de Cardeña

La investigadora de la UBU, Sonia Serna, y el investigador del Instituto de Historia del CSIC, Julio Escalona, desmontan, tras cinco años de investigación, una fake news medieval admitida durante mil años

Sonia Serna, investigadora de la UBU experta en paleografía, observa unos documentos medievales. TOMÁS ALONSO

Sonia Serna, investigadora de la UBU experta en paleografía, observa unos documentos medievales. TOMÁS ALONSO

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

Siglo XII. Hacia 1175. Un monje en el Monasterio de San Pedro de Cardeña escribe y reescribe en una grafía antigua. Bajo la luz de las velas, en el scriptorium, un documento del año 943. Y bajo su pluma un pergamino contemporáneo. En ese lugar y en ese momento, el Monasterio de Cardeña asume la propiedad de la Iglesia de Santa María de Cuevas de Provanco (Segovia) y sus derechos y propiedades. Así quedará reflejado en dos juicios que enfrentan al cenobio burgalés con los concejos de Peñafiel y Castrillo de Duero en el siglo XII y en el siglo XIII. Una propiedad que ese documento falso dejará asentada por cientos de años hasta que, en el siglo XXI, tras cinco años de investigación, la verdad ha salido a relucir.

No es algo raro, esta práctica no es masiva, pero sí frecuente en documentos medievales elaborados por instituciones o individuos que, para probar derechos, necesitaban pruebas documentales”, explica el investigador del Instituto de Historia del CSIC, Julio Escalona. Calcula que el 5% de los documentos históricos de la época son falsos . “Es una práctica habitual, no vamos a decir que frecuente y constante, pero hay momentos históricos donde se dio mucho”, explica la especialista en paleografía medieval y profesora del UBU, Sonia Serna. Ambos están pendientes de la publicación del artículo en el Anuario de Estudios Medievales, en el que desgranan el trabajo forense realizado en el análisis paleográfico de la escritura y la composición del documento y la labor de rastreo y búsqueda de legajos y papeles diplomáticos de la época tardomedieval que ha definido el momento histórico en el que ese escriba de Monasterio de Cardeña añadía una frase completa al legajo de una donación realizada 200 años atrás.

Contexto histórico

El Monasterio de San Pedro de Cardeña atesora mucha historia. Sus paredes de hoy no son las que acogieron aquel escriba del siglo XII. Su poderío entonces era muy grande. Fue de los primeros monasterios benedictinos en el país, el primer documento de su archivo data del año 899. Fue uno de los centros culturales y espirituales protagonista de los primeros momentos de la construcción de Castilla. Como tal se le reconocería por señores y condes que ofrecen propiedades y heredades como agradecimiento. Su poder e influencia crece tanto como sus propiedades y el condado/reino de Castilla.

Patio y corredor del Monasterio de San Pedro de Cardeña. RAÚL G. OCHOA

Patio y corredor del Monasterio de San Pedro de Cardeña. RAÚL G. OCHOA

En este contexto, hacia el año 943 el Conde Assur Fernández, su mujer Guntroda e hijos ceden al monasterio de San Pedro de Cardeña las tierras situadas entre Peñafiel y Sacramenia. Este documento supone la primera aparición del condado de Monzón de Campos y el título de conde de Monzón. Hasta ahora, que se ha descubierto la falsificación, era considerado el pergamino más antiguo del Archivo de los Duques de Osuna que se conserva en el Archivo Histórico de la Nobleza de Toledo. Este documento refleja que; ‘Assur Fernández, conde de Monzón de Campos, y su esposa Guntroda, donan, con aprobación de Ramiro II de León, al monasterio de San Pedro de Cardeña un lugar en la sierra de Montejo de la Vega, término de Sacramenía, Fonte Aderata (Fonteadrada); donan además la Iglesia de Santa María, situada entre Cuevas de Provanzo y Castillo de Alacar’. Esta última frase es un añadido que llegará 200 años después del documento original

“No hay que cuestionar que la donación no fuera real, que la manipulación, que es real y existe, tuviera una intencionalidad maliciosa porque, igual, sí que tenían esas propiedades porque en el siglo X muchas de las donaciones no llegaban a formalizarse de manera escrita, a veces eran verbales, y, cuando años después surgen los conflictos, ¿cómo demostraban que era suyo? O había documento o, si no, había un problema”, explica Serna. De esta manera, puede que la donación incluyera la gestión de los bienes de la iglesia, puede que solo se refieran a los terrenos de la sierra de Montejo de la Vega. “Puede que fuera un añadido posterior que no se dejara por escrito, o puede ser todo lo contrario, y por el interés conviene decir que la zona es mía y es por ello que en esta época se rehacían y volvían a confeccionar documentos”, señala la profesora de la UBU.

Con el asentamiento de los territorios de la Reconquista, la tranquilidad reina en la zona norte y en Castilla. Después de las espadas y la guerra, la manera de conquistar un territorio es con el asentamiento de población. Aparecen municipios y concejos, los primeros burgos de Castilla. Y surgen los conflictos territoriales. Es en este contexto en el que los concejos de Peñafiel y Castrillo de Duero reclaman la propiedad de la iglesia al Monasterio de Cardeña. Una batalla de David contra Goliat. El monasterio testigo de los primeros pasos del condado de Castilla contra pequeños municipios; el poder de la iglesia contra un incipiente poder civil.

En 1175 el concejo pleitea por estas propiedades. “El juicio se resuelve con una prueba documental, este documento, que el monasterio aporta y data en el año 943 y los monjes van a jurar que el documento , donde se refleja que la iglesia pertenece al monasterio, es auténtico”, explican. Es el documento falsificado para la ocasión. Y es el que se queda para la historia y que define a Assur Fernández como uno de los primeros condes de Castilla, por un breve periodo de tiempo. Pero la duda persiste. Esta propiedad vuelve a ser cuestión de un litigio con el concejo en el siglo XIII. El Obispo de Burgos Aparicio sella en una carta al rey Fernando III en la que “le dice ‘te envío este documento letra por letra de la donación’ y, ahí, queda reflejado el documento ya modificado un siglo atrás, es el que queda para la historia, aunque de la resolución del juicio nada nos ha llegado”, apunta Sonia Serna. “Es un ejemplo claro de copia de otro documento; quiero falsificarlo, sé cómo hacerlo… y aquello funcionó”, añade Escalona

¿Cómo ratifican su falsedad? Con otro documento histórico que replica el original que siguió en Cardeña durante mucho tiempo, pero se dio preferencia al falso. “Muchas veces puedes sospechar de la falsedad de un documento, intuyes que es falso, pero no tenemos fuentes, documentos con los que contrastar y aquí sí”, explica Serna. Otro escriba del Monasterio de Cardeña pone sobre la pista de la frase añadida en el documento. En el año 1086 la comunidad eclesiástica realiza un cartulario, el conocido como Becerro Gótico de Cardeña . Recopilan y copian los 373 documentos que tenía el monasterio desde su fundación. “Entre esos documentos está la donación de Assur, está copiado, pero no está la donación de la iglesia y sí todo lo demás”, concluyen.

Paleografía, trazos que desnudan la verdad

Es probable que el escriba que falsificó el documento contase con el original al lado y tratase de hacer una copia casi perfecta que ha pervivido por mil años. Aunque hay varios detalles y pistas del documento que pasó por bueno. “Hace falta un ojo experto como el de Sonia para desnudar letra a letra y hasta el último detalle, pero, en este caso, además tenemos la documentación que lo confirma y nos permite demostrar cómo se engañaba en los primeros tiempos de la Edad Media”, sostiene Julio Escalona.

Entre esas pistas que el escriba dejó escritas en tinta sobre el pergamino hay tres detalles que desnudan la verdad y que ha llevado cinco años de trabajo intermitente para determinar y contrastar. “Es una buena falsificación, pero hay cosas que no cuadran hay anomalías que se dan no una ni dos veces, sino unas cuantas… que hacen que el documento no sea creíble”, detalla Serna. Son tres: 

1.- Demasiados signos erróneos para ser auténtico

El escriba del siglo XII está familiarizado con la letra carolina. Un tipo de letra clara, uniforme, de formas redondeadas. Su origen se remonta al Imperio de Carlomagno y a Castilla llega hacia el siglo XII. El escriba tiene que empaparse del tipo de letra habitual en el siglo X. En aquel momento convive la letra visigótica redonda, en los territorios castellanos, con la letra visigótica cursiva, propia de los reinos de León y Galicia.

El documento original tenía que estar escrito en letra visigótica redonda, por las zonas geográficas de los terrenos donados, del donante y de los beneficiados, pero hay destellos de la cursiva. Los signos en letra visigótica cursiva son más dibujados, más adornados que en visigótica redonda que son trazos horizontales, muy tenues y sencillos. “La redonda es una escritura más pausada, más limpia de trazos horizontales y signos muy tenues, en la cursiva se adorna con lacitos, la e se revuelve y los signos son más grandes”, resume la profesora de la UBU. El escriba intercala unos signos con otros porque “no es escriba visigótico, está imitando otro documento, y quiere hacerlo tan real que mezcla los dos estilos para dar mayor apariencia de autenticidad”.

Este es el documento del Monasterio de San Pedro de Cardeña que se modificó en el siglo XII. La mezcla de estilos de letras visigóticas, abreviaturas de diferente épocas mezcladas y signos erróneos pequeños flases que demuestran que el documento era una falsificación.

Este es el documento del Monasterio de San Pedro de Cardeña que se modificó en el siglo XII. La mezcla de estilos de letras visigóticas, abreviaturas de diferente épocas mezcladas y signos erróneos pequeños flases que demuestran que el documento era una falsificación.

2.- Abreviaturas con 200 años de distancia en un mismo documento

En este tipo de documentos la abreviación de las palabras es muy frecuente. En la escritura del siglo X los posesivos se reducen con la primera letra y la última según la declinación en latín. Por ejemplo ‘nostro’ se refleja NSO en visigótico. En letra carolina se abreviaba NRO. “Esto es una norma tajante y en el documento de escritura visigótica alterna la s con la r, un escriba del año 943 no habría colocado una R”.

“Se ha afinado al máximo las técnicas para identificar una fake news del siglo XII, que hay muchas hipótesis y sospechas de otros, pero lo singular es que aquí hay fuentes documentales que permiten unir el puzle"

En otras abreviaturas muy marcadas por cada época y tipo de letra “el mismo escriba lo hace de tres formas distintas y se ve que se está forzando para dar una apariencia antigua al documento”. Lo que sí es fiel y fidedigno son los monogramas tanto de los condes donantes como del monasterio. Ahí la réplica es exacta.

3.- Interlineado doble, algo poco común para ser del siglo X

La tercera pista paleográfica que identifica el documento como copiado tiene que ver con la distribución de la página. Los escribas, expertos en aprovechar el papel, eran conscientes del espacio que necesitan y los elementos que tienen que figurar en cada documento. Elaboran un pautado específico. El documento de cesión del conde Assur al Monasterio de Cardeña hay un doble pautado muy inusual para la época. “Es probable que utilizara un pergamino desechado con un pautado aproximado a un tipo de letra que no era con el que estaba familiarizado”. Ese doble pautado no está presente en los escritos del siglo X.

Otro de los puntos que refuerzan la hipótesis, está en las notas dorsales. Son las palabras clave con las que se archivaban estos documentos. Es lo más importante, lo que lo define. En el legajo falsificado se archiva como iglesia de Santa María, lo que “determina dónde estaba el foco, da importancia a lo importante” y es lo añadido. Los títulos de propiedad de aquella época medieval podían incluir y enumerar el contenido de la heredad. Prados, pastos, tierras, molinos viñas… “El problema es cuando no se describe tanto la propiedad, se pone un genérico y, al cabo de los tiempos, empiezan los conflictos”, explica Sonia Serna. La singularidad de este documento, hasta ahora uno de los más antiguos del Archivo de la Nobleza, es que “se ha afinado al máximo las técnicas para identificar una fake news del siglo XII, que hay muchas hipótesis y sospechas de otros, pero lo singular es que aquí hay fuentes documentales que permiten unir el puzle”, concluye Escalona.

Solo queda saber ¿qué pasó con la Iglesia de Santa María de Cuevas de Provanco y sus beneficios y propiedades? Hoy no sigue en pie. Nada queda de ella. Perteneció a Cardeña hasta el siglo XV y después acabaría en manos privadas. Aunque, los forenses de los documentos del pasado siguen las pistas para saber qué pasó con la heredad del conde Assur.

 

 

 

 

tracking