Otras fake news del medievo en pergaminos
El documento falso del Monasterio de Cardeña ni fue excepcional ni es único. “En algunas épocas y zonas pudo alcanzar el 5% de la documentación de la época”. Estas son las dudas de la historia escrita en pergamino en Burgos
Mil años después los investigadores Julio Escalona y Sonia Serna han desentrañado lo que un documento de San Pedro de Cardeña del año 943 escondía entre el trazo de sus letras visigóticas. La propiedad de la Iglesia de Santa María de Cuevas de Provanco no estaba en el documento de donación del Conde Assur Fernández y su mujer Gurtroda al monasterio benedictino. Pero no es la única fake news del medievo que se ha podido cuestionar en la provincia de Burgos, cabeza de Castilla.
“La falsificación de documentos no es algo raro, pero tampoco es masivo, no todas las fuentes medievales son falsas, pero sí es cierto que hay un porcentaje variable por épocas y por zonas en las que esa falsificación de documentos alcanza el 5%”, explica el investigador del CSIC, Julio Escalona. Reconoce que es un asunto que “no resulta familiar, del que se habla poco; pero la ciencia histórica arrancó como disciplina en el siglo XVII precisamente a base de desarrollar técnicas para determinar la autenticidad documental”, señala. El problema es que la investigación histórica se basa en fuentes documentales, cuando éstas se asumen como verdaderas “pueden pasar siglos hasta detectar que algo es falso y quedarnos con lo auténtico. Es raro poder atar cabos como en este caso”.
La investigación histórica se basa en fuentes documentales, cuando éstas se asumen como verdaderas “pueden pasar siglos hasta detectar que algo es falso y quedarnos con lo auténtico. Es raro poder atar cabos como en este caso”
Disponer de un análisis paleográfico y pruebas documentales añadidas que hablan de un documento original que no se reproduce igual y una referencia histórica del falso, como ha pasado en Cardeña, no es usual. Pero hay otros ejemplos de falsificaciones que se han mantenido o se mantienen como auténticas, pero de las que hay muchas dudas. Muchas tienen que ver con el relato de la historia que se nos ha legado. Otras buscan justificar su grandiosidad o fortalecer un movimiento político como la independencia de Castilla. “En Burgos hay más documentos de este tipo, los hay que son falsos, ves que no cuadran, otros tienen un programa ideológico detrás”, explica el investigador del CSIC. En este contexto se dibujan algunas dudas razonables sobre algunos monasterios de la zona de Burgos.
1.- San Pedro de Arlanza
Es el caso del Monasterio de San Pedro de Arlanza. Se funda en el año 912 por Gonzalo Téllez. En el siglo XII “nadie se acordaba del fundador y cambia el acta fundacional para definir que es Fernán González, el héroe castellano, quien en la época en la que se fundó el monasterio debía ser muy joven”. Pero tiene éxito. El documento es idéntico, apenas se cambia el nombre, para generar más autoridad en la actividad de este monasterio castellano. En el Becerro de Arlanza se incluye el acta fundacional de Téllez, pero, se introduce en la primera página la relativa a Fernán González. Este trueque se consolida legalmente con la confirmación real concedida en 1255 y se materializa en el imaginario colectivo con leyendas y canciones como el Poema de Fernán González.
2.- Monasterio de Santo Domingo de Silos
Mismo recorrido que en San Pedro de Arlanza. Las autoridades eclesiásticas apuntan que su origen parte de la misma mano de Fernán González. “En el siglo XII hay una efervescencia ideológica, una pasión por reinventar los orígenes en un momento en el que Castilla se separa de León y esa identidad castellana separada busca justificarse en raíces históricas”, señala. De esta manera, el movimiento independentista castellano trata de sumar a su causa la respetabilidad del origen de estos grandes monasterios. Una autoridad política a la que suman el rasgo de divinidad y el poder de la Iglesia en favor de su causa.
El de Silos es un monasterio posterior, pero el crecimiento de la villa en la que se asienta, hace que pronto entre en competencia con su vecino Monasterio de Arlanza. De él copia, según Julio Escalona, el proceder de su origen. Y en el siglo XIII se falsifica un documento que atribuye la fundación del monasterio al propio Fernán González y su mujer en el año 919. Este acta fundacional también fue confirmada por el rey en 1255.
3.- Monasterio de San Millán de la Cogolla
Es un documento de fundación que se puede considerar la “falsificación más monumental”. Se trata de un documento de donación otorgado por Fernán González. En el texto, que es “larguísimo, les concede el impuesto en todas las localidades del condado de Castilla”. El documento incluye la narración de cómo Fernán González recibió el apoyo milagroso de San Millán durante la batalla de Simancas y correspondió con esta masiva donación al monasterio del santo. Este texto se forjó a imitación de otra célebre falsificación, los Votos de Santiago, y cumplió con la función adicional de conectar a San Millán con la figura de Fernán González.
En este caso, el conde no podía aparecer como fundador, porque de hecho tenía un origen mucho más antiguo, pero de esta forma los monjes emilianenses lograron también apropiarse del prestigioso héroe del pasado castellano. Como en Arlanza y Silos, los monjes de San Millán obtuvieron una confirmación regia de su documento y, también, lo incluyeron en su cartulario. En cuanto al vulgo, al que se convence con historias, leyendas y canciones. El Poema de Fernán González nombra a los santos San Millán, San Pelayo y Santiago entre los santos que le ayudan en la batalla.