El Correo de Burgos

Otro aeropuerto fantasma (y no es el de Ciudad Real). Más de un año sin vuelos regulares

El bipartito no se arrepiente de la decisión de no prorrogar con Air Nostrum: «Es peor que haya vuelos y no funcionen», afirma el vicealcalde, Vicente Marañón

Un grupo de pasajeros, a punto de subir al avión, en Villafría, en el último vuelo comercial con Air Nostrum hace justo un año. TOMÁS ALONSO

Un grupo de pasajeros, a punto de subir al avión, en Villafría, en el último vuelo comercial con Air Nostrum hace justo un año. TOMÁS ALONSO

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Hace justo un año que despegaba del aeropuerto de Villafría, en Burgos, el último vuelo regular con destino a Barcelona. Fue el pasado 17 de diciembre de 2021, pero el contrato con Air Nostrum expiraba el día 18. Han pasado 365 días en los que desde el Ayuntamiento de Burgos, a través de su sociedad de promoción, ‘Promueve Burgos’, se ha tratado de buscar alternativas para reflotar la infraestructura. Y, por ahora, no hay aviones en el horizonte por lo que la campaña para 2023 es prácticamente una quimera. 

El escenario de un aeropuerto sin vuelos comerciales se mantendrá, si bien, como explica el presidente de Promueve Burgos y vicealcalde, Vicente Marañón, «se cuenta con una partida reservada de algo más de 600.000 euros en el presupuesto de la sociedad para 2023 por si surge la oportunidad». Una cantidad que de no utilizarse, como ha ocurrido en 2022, regresará en forma de remanentes en el primer trimestre de 2023 para poder destinarse a otras acciones que resulten «más rentables» para la ciudad.

Marañón asegura que en el equipo de Gobierno «no se marca un plazo con el aeropuerto de Burgos» porque «siendo realistas no hay buenas expectativas». Así, recuerda los intentos de traer actividad con hasta cinco aerolíneas:  Volotea, Ryanair, Hop!, filial de Air France, la portuguesa Sevenair y, de nuevo, con Air Nostrum.

 Añade que a la vista de lo sucedido, con las complicaciones de encontrar una aerolínea interesada en ofrecer una operativa, el bipartito no daría marcha atrás en la decisión que se tomaba en octubre de 2021 de no prorrogar el contrato con Air Nostrum, a pesar de que era posible haberlo mantenido un año más con las condiciones de la adjudicación que estaban vigentes entonces. 

«La alternativa a que haya vuelos no puede ser que haya vuelos y que no funcionen. Eso es todavía peor», sostiene el vicealcalde de Ciudadanos, que recuerda «que no merece la pena sino se presta un servicio a los burgaleses ni al tejido productivo de la ciudad ni se atraen a viajeros de fuera a Burgos». Desde su punto de vista, la decisión fue difícil de tomar, «pero lo valiente y consecuente era dar el paso». Y, al final, como indica la ciudad «se ha ahorrado 1,2 millones de euros». 

 

La cuestión es que la filial de Iberia no ofreció en 2021 mejores condiciones, en cuanto a frecuencias o distintos destinos en verano, como sucedía en las instalaciones de Valladolid o León, algo que no convencía ya el pasado año ni al equipo de Gobierno (PSOE y Ciudadanos) ni a Podemos. PP y Vox se abstuvieron entonces. Los primeros consideraban que había que seguir apoyando al aeropuerto, mientras que lo segundos estaban también en la línea de no seguir aportando fondos públicos municipales.

La puesta en marcha del aeropuerto de Burgos estuvo salpicada de fracasos por la selección de las compañías surgidas al calor de la proliferación de infraestructuras aeroportuarias por las provincias de España. «Se apoyaban desde las instituciones aerolíneas dudosas y vuelos chárter puntuales, pero hacía falta una apuesta a largo plazo cuando se empieza de la nada», opina Marañón, que asegura que esa hubiera sido una buena forma de apoyar a la compañía y al aeropuerto. «Si después de 15 años son más las desgracias es más difícil volver a empezar porque las aerolíneas se retraen y también el público que ha vivido sonoros chascos», añade.

«Si después de 15 años son más las desgracias es más difícil volver a empezar porque las aerolíneas se retraen y también el público que ha vivido sonoros chascos», añade

Hubo momentos buenos con cifras de pasajeros que iban al alza. Como ejemplo un mes de agosto de 2009, ha llovido desde entonces, cuando solo en esos 31 días se movieron en Villafría algo más de 4.300 pasajeros en 435 operaciones a París, Barcelona y Palma. Era la primera vez que el aeropuerto de Burgos superaba en un mes los 4.000 usuarios. No hay constancia en la hemeroteca de que este hito se repitiera muchos más meses, más bien al contrario.

De hecho, entre 2015 y 2018 dejó de haber operativa comercial. Tres años sin vuelos que suponían un reto a la hora de volver a ‘enganchar’ a los pasajeros cuando el 1 de junio de 2018 Air Nostrum regresaba a Villafría con un presupuesto de 1,2 millones de euros anuales que salían íntegramente de las arcas municipales. 

Aquel intento como se ha contado en estas líneas duró hasta diciembre de 2021, dos años y medio que estuvieron marcados por la pandemia, con el servicio interrumpido durante meses y por raquíticas cifras de pasajeros cuando se retomó la actividad tras meses de confinamiento.

Aeropuertos fantasma

Huesca, Teruel, Ciudad Real, Castellón y Burgos  son provincias con aeropuerto aunque suene rocambolesco a priori. Inversiones millonarias y, en muchos casos polémicas, que no han terminado de cuajar en forma de desarrollo económico para todas estas capitales, aunque algunas como Castellón y Burgos han tenido operativas regulares en distintos momentos de su vida. Teruel, por su parte, encontró una salida como lugar de estacionamiento y de mantenimiento aeronaves, actividad que ha compartido con Castellón.

Ejercicio simulado de intervención del Ejército en secuestro terrorista en el aeropuerto de Villafría el pasado junio. TOMÁS ALONSO

Ejercicio simulado de intervención del Ejército en secuestro terrorista en el aeropuerto de Villafría el pasado junio. TOMÁS ALONSO

De hecho, el aeropuerto de Teruel se ha convertido en el mayor aparcamiento de aviones de Europa y en un hub industrial aeronáutico.

Villafría no esperaba este triste final y, sin embargo, la realidad es tozuda, aunque ya vivió en el pasado tres años completos sin operativa regular, entre 2015 y 2018. El aeropuerto burgalés mantiene los vuelos privados y toda la actividad derivada de la escuela de pilotos Flyby que, por su parte, no ha dejado de crecer desde que se instaló en la capital en 2019. Algo es algo, pero insuficiente para una inversión pública de estas características. El transporte de mercancías tampoco fue nunca una alternativa para Burgos que tiene la competencia cercana de Vitoria, el aeropuerto de Foronda, que también cuenta con buenas conexiones para viajeros.

8.694 fue el número de pasajeros que se contabilizaba el pasado 2021 entre enero y noviembre. Lejos de las expectativas de Air Nostrum de conseguir consolidar 10.000 pasajeros anuales cuando llegaba en junio de 2018. «Exiguas cifras que no justificaban mantener el servicio y el gasto público», comenta el vicealcalde.

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