El Correo de Burgos

TURISMO

El turista extranjero salva un año «normal» para los hoteles de Burgos

Las pernoctaciones aumentaron en noviembre un 18,5%, aunque el sector considera que fue un mes «flojo» si se compara con 2019 

Una pareja de turistas camina por la plaza de Mío Cid, en Burgos, con sus maletas. TOMÁS ALONSO

Una pareja de turistas camina por la plaza de Mío Cid, en Burgos, con sus maletas. TOMÁS ALONSO

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Burgos

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Una cosa es la estadística en sí misma y otra el contexto que la rodea. Si hablamos de ocupación hotelera, los datos del pasado mes de noviembre invitan al optimismo. El número de viajeros respecto al año pasado aumentó un 16% y las pernoctaciones un 18,5%. Sin embargo, la percepción dentro del sector es bien distinta. El panorama es mejor, por supuesto, pero no hay que olvidar que en 2021 el balance fue «penoso» porque la sexta ola del Covid venía para quedarse.

Si algo pone de manifiesto en el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) es el incremento  de turistas extranjeros en un 14,7% durante el mes pasado. No obstante, la captación de viajeros foráneos ha repuntado de manera sostenida a lo largo del año. Gracias a este fenómeno, el presidente de la Federación de Hostelería de Burgos, Luis Mata, cree que se ha podido salvar un año «normal», en ningún caso para «tirar cohetes». Respecto a noviembre, considera que ha sido «flojo», más bien «tirando a malo», porque la caída en relación a 2019 se aproxima al 11%.

Entre mayo y octubre, la provincia recibió a 212.971 visitantes foráneos. 

Con Francia como principal proveedor de turistas en tierras burgalesas, el sector hotelero percibe de un tiempo a esta parte que la presencia de viajeros de otros países «empieza a tener peso a principios de mayo». La temporada alta, por así decirlo, se prolonga habitualmente hasta mediados de octubre gracias, sobre todo, al Camino de Santiago. Es entonces cuando los albergues suelen cerrar y su presencia mengua. Sea como fuere, a lo largo de dicho periodo se han contabilizado 212.971 visitantes foráneos.

Más allá de los datos, Mata incide sobre una cuestión que pasa desapercibida cuando se desgranan este tipo de estadísticas. Los destinos de costa elevan la media nacional y no reflejan la realidad de cada territorio de forma fidedigna. En este sentido, apunta que el turismo de interior se ha visto en cierto modo «penalizado» este año debido a la ola de calor, totalmente inesperada en tierras burgalesas.

Las elevadas temperaturas propiciaron un buen puñado de cancelaciones que hicieron «daño» a un sector que ya veía la luz al final del túnel tras dos años de pandemia. Ante tal circunstancia, la ocupación hotelera en Castilla y León experimentó una caída cercana al 15% mientras la facturación se reducía en torno a un 4%.

Aunque se espera que el primer trimestre de 2023 sea «mucho mejor» que el del año pasado, la cuesta de enero hará mella.

También influye, y mucho, la siempre temida inflación. Su impacto se ha notado especialmente en el turista nacional y la tónica ya está siendo palpable de cara a la Navidad, que «nunca ha sido extremadamente fuerte» en Burgos. Y aunque los datos a nivel general sean «mucho mejores» que los del pasado año por el fin de las restricciones sanitarias, lo cierto es que las pernoctaciones se han reducido aproximadamente un 15% respecto a 2019.

Lo que parece evidente, y así lo subraya el presidente de la Federación de Hostelería, es que el encarecimiento de la vida ha reducido considerablemente los desplazamientos. Se intenta ahorrar lo máximo posible en gasolina y eso se nota.

Así las cosas, el sector confía en que el primer trimestre de 2023 sea «mucho mejor» que el del pasado ejercicio habida cuenta de que el coronavirus seguía presente por aquel entonces. Ahora bien, a Mata no le cabe duda de que la cuesta de enero hará mella por los gastos derivados de las fiestas y el elevado coste de necesidades básicas como el gas o la electricidad. 

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