CIENCIA / SIMULADOR
Amenaza desde el espacio. Un asteroide podría destruir la ciudad Burgos por completo
La caída de un meteorito sobre la ciudad aniquilaría a casi la mitad de la población y sólo quedarían intactas Villafría y Villalonquéjar.
Que nos caiga un astro del cielo. Es lo único que a lo que temían los antiguos galos y otros pueblos celtas. Un asteroide cayendo del cielo a miles de kilómetros por hora sobre nuestras cabezas es el mayor desastre que podemos imaginar y aún así es una posibilidad que la ciencia no descarta. Es más, se cifran en más de dos mil los objetos estelares de gran tamaño y densidad que podrían amenazar la vida en la tierra si atravesaran la atmósfera del planeta como proyectiles descontrolados.
Tanto es así que es posible anticipar qué daños causaría un impacto de un cuerpo celeste sobre la tierra. Más incluso. Sobre la plaza mayor de Burgos o sobre cualquier pueblo de la provincia. Un simulador on line reproduce las consecuencias de diferentes impactos de cuerpos celestes sobre la tierra, con la particularidad de que es el usuario quien decide dónde coloca la diana.
Y a partir de ahí, el programa determina las dramáticas consecuencias del bombardeo espacial.
Si un asteroide compuesto mayoritariamente de hierro, de unos 500 metros de diámetro se precipitase sobre la plaza mayor de Burgos con un ángulo de inclinación de 45 grados a una velocidad de 17 kilómetros por segundo, causaría un cráter de 587 metros de profundidad y 9,7 kilómetros de anchura. El impacto equivaldría a a 12 gigatoneladas de TNT y casi 75.000 residentes en la ciudad quedarían vaporizados al instante, casi la mitad de la población.
Se liberaría más energía de la que moviliza un huracán en todo un día y en la ciudad de Burgos tan solo quedarían en pie los barrios de Villafría y Villalonquéjar.
Bola de fuego
El desastre sería mucho mayor. Junto al impacto y al cráter que generaría, la atmósfera entraría en combustión generando una inmensa bola de fuego en 15 kilómetros alrededor del punto de impacto en plena plaza mayor burgalesa. Un infierno incandescente que abrasaría a 150.000 personas según esta simulación que se basa en estudios científicos sobre impactos de asteroides.
Tal sería la devastación si un asteroide de tal sólo 500 metros de diámetro acertase a caer en el centro de Burgos, que los árboles prenderían en llamas a más de 127 kilómetros del punto de impacto, afectando a territorios fuera de la provincia de Burgos, y las ropas de la gente arderían a tan sólo 67 kilómetros del epicentro. De hecho se calcula que otras 65.000 personas sufrirían quemaduras de tercer grado y que en torno a 1.017.227 personas tendrían quemaduras de segundo grado.
Ondas de choque
De las miles de víctimas de un suceso como el que describe este simulador, más de 57.000 personas perderían la vida por la onda de choque del impacto del meteorito. Tal sería el impacto que personas en un radio de 44 kilómetros sufrirían daños pulmonares por el retumbe de la atmósfera tras el choque del asteroide con la superficie terrestre. Además, a cualquier persona en un círculo de 57 kilómetros de diámetro se le romperían los tímpanos.
Los edificios sufrirían una gran devastación por la onda de choque del impacto de este cuerpo celeste de hierro y se desplomarían todas las edificaciones en un radio de 99 kilómetros, con lo que los efectos de esta onda de choque también llegarían a Aranda y Miranda y las casas de pueblo y unifamiliares podrían derrumbarse hasta 133 kilómetros del punto de impacto; tanto como decir que llegaría a Valladolid, Palencia, Vitoria o Logroño.
El desplome de semejante proyectil celestial causaría un terremoto de 7,2 grados en la escala sismológica de Richter que podría sentirse a orillas del Cantábrico, en el mismo Santander (a más de 250 kilómetros) y que causaría más de 1.500 muertes
Detonación del aire
De los miles de muertos por esta catástrofe, se calcula que 141.062 personas podrían morir por la detonación del aire tras el impacto. Lógicamente las personas más cercanas a la zona cero del desastre perecerían indistintamente y la mismo tiempo por la bola de fuego, la onda de choque y la detonación de la atmosfera. Pero el simulador calcula que la explosión de la atmósfera de la ciudad sería tan devastadora como la bola de fuego que se generaría y muy superior a la onda de choque del impacto.
Los vientos que provocaría la detonación circularían más rápidos que las tormentas de Júpiter en un radio de 30 kilómetros, prácticamente alcanzando a localidades como Lerma o Briviesca. Las casas bajas en un círculo de casi 50 kilómetros podrían quedar desmanteladas por la fuerza del viento que equivaldría a un tornado de fuerza 5 en ese radio y hasta los 86 kilómetros de la zona de cero, llegando a Aranda y Miranda.
El viento viajaría tal lejos y tan fuerte tras la caída del asteroide sobre Burgos que arrancaría los árboles a las afueras de Bilbao.
Vistas las consecuencias de una catástrofe de estas dimensiones, el mejor regalo de Navidad de este y cualquier año es que en Burgos no nos caiga esta pedrea nunca. Para quien sienta curiosidad sobre los estragos que causaría un impacto estelar de este tipo en cualquier rincón del mundo, la aplicación permite ensayar hasta el infinito los daños que se causarían, conocer qué lugares serían los más damnificados y dónde sería menos perjudicial que pudiera estrellarse un meteorito. Valga el anticipo de que no sale gratis ninguna opción. Un asteroide sobre nuestras cabezas es lo más temible, ya lo decían los galos.