El Correo de Burgos

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OVNI. Luces en el cielo

Hubo una época en la que el firmamento guardaba misterios, luces asombrosas, objetos volantes y fenómenos inexplicables / En los cielos de Burgos el fenómeno OVNI fue estudiado en varias ocasiones

En esta zona de Burgos se produjo un avistamiento real y documentado de un objeto volante no identificado.

En esta zona de Burgos se produjo un avistamiento real y documentado de un objeto volante no identificado.

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Hemos hablado ya de la asombrosa querencia de los extraterrestres por asomar sus platillos por los cielos de Burgos y volveremos a hacerlo nuevamente, porque son varios los fenómenos de ese tipo documentados y estudiados, que no resueltos.

Nos centramos hoy en un suceso que, aparentemente, quedó rápidamente descartado como fenómeno OVNI por parte de las autoridades del Ejército del Aire, pero que responde a un avistamiento real y documentado de un objeto volante no identificado.

Debemos volver a los años 70, la época dorada de la ufología, cuando abundaban los avistamientos y las gentes aún miraban al cielo y no a la pantalla de un teléfono móvil y eran capaces de distinguir fenómenos que escapaban a su explicación. Era un día claro de finales de primavera, a plena luz del día cuando sucedió un curioso avistamiento justo delante de un fotógrafo, que captó la escena.

Esta es la foto que se conserva del objeto no identificado.

Esta es la foto que se conserva del objeto no identificado.

Estamos a 16 de junio de 1970, a las 11:45 hora zulú, que es el equivalente a la hora del Meridiano de Greenwich para la navegación aérea, en un avión que realizaba un vuelo fotográfico para la compañía FOAT, a unos 30 o 40 kilómetros de Burgos capital en dirección este-noreste a una altura variable entre 30.000 y 40.000 pies.

Frente a la cabina a unos cientos de metros los dos ocupantes de la aeronave divisaron un «objeto extraño por su forma y actitud estática», según las palabras del piloto comercial.

Rápidamente quiso comunicarlo por su cercanía a la aerovía A-23 para advertir del peligro que suponía pero no le fue posible porque, de repente, el equipo de radio VHF falló.

«Ascendiendo fuera de la aerovía hasta 11.500 pies obtuvimos tres fotografías del objeto, una de las cuales, ampliada al máximo enviamos con el presente informe», certificaba el piloto que calculaba que el objeto contaba con un diámetro, en su parte más larga de unos 15 metros.

Un cuarto de hora después la avioneta abandonó el lugar dejando el objeto brillante emplazado en el mismo lugar.

Cuando aterrizaron en Cuatro Vientos el piloto informó «al Oficial de Aeropuerto, y ambos al Oficial de Vuelos de la Base de Cuatro Vientos».

Los interrogantes sobre la naturaleza de su avistamiento pueden ser discutidos aún hoy en día. 

Frente a la cabina a unos cientos de metros los dos ocupantes de la aeronave divisaron un «objeto extraño por su forma y actitud estática», según las palabras del piloto comercial.

El Ejército del Aire, mantuvo vivo el caso hasta los años 90 sin dar por cerrado el expediente, que hoy puede ser consultado junto con otros de idéntica naturaleza, aunque la conclusión del informador del caso es que aquel vuelo fotográfico se pudo topar con un globo.

Pero el piloto declaró que el objeto permaneció inmóvil pese a que la velocidad del viento según sus aparatos de medición era de 10 a 15 kilómetros hora, suficiente para generar desplazamiento lateral. Tampoco se produjo en ese misterioso objeto ningún cambio de altitud, lo que parece raro si se tratase de un globo meteorológico que por su naturaleza asciende con las corrientes de aire, que sin duda se tuvieron que producir a mediodía de un luminoso día de mediados de junio.

Este es el croquis que dibujaron los testigos.

Este es el croquis que dibujaron los testigos.

Si hubiera sido, un globo, además, el sol hubiera ido calentando el gas de su interior favoreciendo el movimiento ascendente. Pero el piloto firma y rubrica que ni cambió de posición ni ascendió o descendió.

Además de su inmovilidad, desde la cabina del avión su piloto apreció, como después declaró ante el informador del caso nombrado por el Ejército del Aire, que no podía confirmar que ese objeto fuera compacto sino «más bien de una materia como gaseosa, aunque sí de forma delimitada y precisa». 

A preguntas del informador declaró que la forma del objeto era variable, «preferiblemente lenticular» y su color era blanco.

No se trató de una nube ni de un efecto óptico, pues el cielo estaba completamente despejado y la visibilidad a la altura de vuelo era de varias decenas de kilómetros. Tampoco era ningún aparato en vuelo, puesto que en el aeródromo de Villafría no se registró movimiento alguno ni los centros de radar consultados identificaron en esa zona a objeto alguno.

Simplemente se materializó frente a la avioneta y se dejó observar y fotografiar durante 15 minutos. De hecho, la avioneta subió de 4.000 pies a 11.000 para poder hacer las fotos con su equipo, que estaba preparado para fotografiar el terreno por lo que tenía que tomar la imagen desde arriba.

Tras estudiar la documentación y los testimonios el informador del Ejército del Aire firmó su informe aventurando que se pudo tratar de un globo de sondeo meteorológico.

Simplemente se materializó frente a la avioneta y se dejó observar y fotografiar durante 15 minutos.

Sin embargo el informe no recoge que hubiera contactado con ninguna agencia meteorológica u organismo de similares características que pudiera aclarar si en aquellas fechas lanzó un globo sonda de las características referidas por el piloto y el fotógrafo. Además, ambos tripulantes del avión explicaron que el objeto que avistaron tenía brillos y media cerca de 15 metros de diámetro, lo que supondría que un autobús municipal cabría en el interior de ese globo sonda. Parece impensable que el lanzamiento de un globo de semejantes dimensiones hubiera pasado inadvertido.

Sí se menciona que en días posteriores se vio un globo sonda en Ávila, pero no se relaciona con el supuesto objeto de Burgos ni se describe su tamaño o forma.

Demasiados cabos sueltos. Así que desde las más altas instancias del mando aéreo se declaró confidencial el asunto que quedó clasificado hasta 1993 cuando se decide que no constan razones que obliguen a mantener el asunto como clasificado.

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