El Correo de Burgos

El movimiento Burgos-Ucrania moviliza 150 toneladas de solidaridad

El grupo de burgaleses y ucranianos movilizó desde la parroquia de Fuentecillas tres camiones de productos de primera necesidad cuatro días después del inicio del conflicto. Han realizado más de 30 envíos

Traslado de donaciones para Ucrania desde la parroquia de Fuentecillas a una nave. SANTI OTERO

Traslado de donaciones para Ucrania desde la parroquia de Fuentecillas a una nave. SANTI OTERO

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4.000 kilómetros. En más de 30 ocasiones. Es la distancia que ha recorrido la solidaridad de Burgos con Ucrania desde que el 24 de febrero empezaron a caer las primeras bombas rusas sobre territorio ucraniano. Las imágenes de una guerra como las de antes sobrecogieron al mundo y a muchos burgaleses y ucranianos afincados en Burgos que han aprovechado las herramientas del siglo XXI para que «la solidaridad llegue a quien lo necesita».

Cuatro días después del inicio de la guerra el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario había cedido los locales de la parroquia para recoger la ayuda. Un grupo de vecinos encabezados por Oksana Belbas y Vasyl Sloyko arrancaron, en días se fueron sumando más. «Soy del barrio y supe que recogían productos para ayudar y llegué del supermercado con dos bolsas, me parecía poco, pregunté en qué  podía ayudar y hasta hoy», recuerda José Miguel Martínez de Lacea. 

Ese pequeño grupo organizado a través de whatsapp acabó uniendo a 80 voluntarios. «Fue muy emocionante todo aquello, en unos días la iglesia la teníamos llena, éramos 50 voluntarios por los pasillos, tuvieron que  suspender la actividad en los locales parroquiales y el párroco, lejos de poner mala cara, hasta nos animaba con caramelos», recuerdan. 

Desde entonces  el apoyo «ha bajado un poco, parece que nos hemos acostumbrado a la guerra, pero sí que cuando organizamos un envío se consigue reunir material», explica Vasyl Sloyko.

Es el nexo de unión entre los voluntarios en Burgos y los voluntarios en Ucrania que recogen el material enviado desde Burgos a la frontera con Ucrania. Y desde Ternopil se reparte a donde es necesario. «En el oeste está  todo más tranquilo y de ahí son los voluntarios sobre el terreno los que recogen la ayuda y la reparten a los puntos críticos del país», explica Sloyko. 

Este grupo de voluntarios denominado Burgos-Ucrania ha movilizado desde que se puso en marcha a finales de febrero, un total de seis camiones, tres autobuses cargados de material desde las bodegas a los asientos y 22 furgonetas. En total 150 toneladas de ayuda humanitaria que «ha llegado al frente porque nos hacen un seguimiento de la llegada y la entrega del material a quien realmente lo necesita», explican. 

En concreto se han enviado 5.952 cajas de las que 4.760 han sido alimentos, 254 de productos de higiene, 754 de medicinas, 800 mantas, 450 sacos de dormir y hasta 1.200 paquetes de pañales han contabilizado. La actividad desbordó los salones de la parroquia.

«Fue una locura, pero emocionante, llegaban siete coches por una puerta y se descargaban, dispusimos el material por salones que llegaron a llenarse hasta el techo, y al mismo tiempo que entraban cosas por otro lado se cargaban para retirar», recuerda Martínez de Lecea. 

En aquel momento, aunque las autoridades llamaban a canalizar las ayudas por los cauces habituales, la solidaridad se concentró en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Posteriormente el Ayuntamiento cedió una nave en el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) donde se depositaba la ropa donada.

Además un particular cedió una nave en Villafría, en el complejo de Inbisa, que han utilizado hasta el mes de mayo. «Ha habido mucha solidaridad de empresas, de particulares, cada uno ha hecho lo que podía y entre nosotros nos hemos coordinado», explican. Desde una persona que ha hecho las pegatinas en polaco, ucraniano, español e inglés con los colores de la bandera de Ucrania y que identifican la ayuda burgalesa. Smurtfit ha donado «miles de cajas», transportes Joanca que fletó los primeros trailers.

En colaboración con una medico ucraniana del Hospital Universitario de Burgos y una empresa de transportes de viajeros lograron un envío de material médico. Y la ruleta de la solidaridad con Ucrania empezó a rodar: Comerciantes Zona G, Tetra5, Ribsa, FAE, Diputación Provincial, Grupos de scouts, colegios y la propia parroquia de Fuentecillas que acerco  un coche lleno de productos.

«Hemos podido reunir y canalizar la solidaridad de muchos, sabiendo que llega a las manos que lo necesitan», concluyen. Ahora ya piensan en como financiar los nuevos envíos para el frente donde está el soldado español Juan. Y lo que surja. «Se necesita, Burgos es muy solidario», reflexionan.

Los últimos envíos realizados desde Burgos no han llenado un camión, con lo que se ha hecho de manera conjunta con Valladolid. Pero son productos muy necesarios. El mismo día de Nochevieja por la tarde se ultimaba una donación importante del GREM de Burgos. Una furgoneta llena de aparatos electrónicos y material quirúrgico. En total 35 cajas que un particular llevó hasta Polonia y allí voluntarios ucranianos recogen para destinarlo a la frontera con Jarkov donde darán buen uso de ese material en el Hospital del Este. 

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