El Correo de Burgos

«La gente sale de la zona de peligro. Nosotros vamos a entrar»

El Cuerpo de Bomberos de Burgos rinde homenaje a Julio Estébanez, recién jubilado, por su entrega y capacidad de «mantener el servicio a flote en las épocas más duras»

Julio Estébanez, bombero de Burgos jubilado, junto a Daniel de la Rosa, Blanca Carpintero y Miguel Ángel Extremo. TOMÁS ALONSO

Julio Estébanez, bombero de Burgos jubilado, junto a Daniel de la Rosa, Blanca Carpintero y Miguel Ángel Extremo. TOMÁS ALONSO

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38 años y pico, que se dice pronto. Y escuchándole, da la sensación de que el tiempo se le ha pasado volando. Llegó el día de jubilarse y el subjefe del Cuerpo de Bomberos de Burgos, Julio Estébanez, no pudo evitar acordarse de las intervenciones que más le han marcado a lo largo de su trayectoria profesional. Los atentados de ETA a la comisaría de la Policía Nacional y a la casa cuartel de la Guardia Civil, incendios devastadores como el de Campofrío o Tordómar, accidentes de tráfico de los que mejor no hablar con la familia... Toda una vida de extinción de fuegos y salvamento da para mucho. Para grandes alegrías, pero también para «momentos duros y complicados».Que Estébanez es un tipo muy querido está fuera de toda duda. A su despedida, en forma de homenaje, acudieron decenas de compañeros -también los había de servicio, ojo-, representantes de cuerpos policiales y diversos organismos públicos, políticos retirados o en activo, empresarios... La sala de prensa del parque de Bomberos completamente abarrotada, con amigos de toda la vida y su familia, lo más importante tal y como manifestó durante su emotivo discurso.  Estébanez entró en el Cuerpo en noviembre de 1984. Con 21 años y «mucha ilusión», no tardaría en descubrir esa inevitable mezcla de «tensión», «adrenalina» e «incógnitas» mientras se cumple con el deber. «La gente sale de la zona de peligro. Nosotros vamos a entrar», resaltaba, en presente porque nunca dejará de ser bombero, dejando meridianamente claro que «nuestra misión es salvar vidas».Bombero conductor en el 92, sargento en 2004, subjefe desde 2010 y, de repente, tuvo que asumir la máxima responsabilidad durante siete años, el tiempo que se tardó en cubrir la plaza. Fue, según sus propias palabras, el periodo «más duro» de su vida laboral aunque también el «más enriquecedor». Le tocó lidiar en multitud de frentes, entre ellos el de la «incomprensión» cuando los recursos, tanto humanos como materiales, escaseaban. «Ojalá hubiese tenido una varita mágica para conseguir cada cosa que entendíamos necesaria», replicó con cierta sorna pero muy en serio tras advertir que «no somos un ente independiente de la Administración local».Echando también la vista atrás, el jefe de Estébanez hasta ayer, Miguel Ángel Extremo, destacó que su compañero y «amigo» fue «capaz de mantener el servicio a flote en las épocas más duras». De ahí este reconocimiento público a alguien cuya huella «perdurará durante muchos años» porque «Julio no ha sido un bombero más».No es casualidad, expondría a continuación el sargento Jesús Lucinio, que Julio sea una «unidad de trabajo». Y no hablaba de Física precisamente. Se refería, obviamente, a ese «trabajador», «maestro», «amigo» y «compañero» al que «no hemos sido capaces de seguirle el ritmo». Y es que ni siquiera ocupando el puesto más alto del escalafón podía estarse quieto, pues en más de una ocasión acabó «manchándose las manos» si la situación así lo requería.Para el alcalde, Daniel de la Rosa, Estébanez demostró ser «un profesional como la copa de un pino» durante la pandemia. «No todo el mundo deja una huella imborrable como la que vas a dejar tú en este parque», añadiría el regidor aludiendo, más allá del Covid, a la entrega del subjefe de Bomberos en las «alarmas, incidencias y siniestros del día a día».A modo de sorpresa, los compañeros de Julio Estébanez prepararon dos vídeos de homenaje. Uno con imágenes de su larga carrera profesional. Otro, que le tocó muchísimo la patata, con los agradecimientos de multitud de amigos de diferentes ámbitos. Tampoco faltaron los obsequios. Desde el propio Cuerpo, el Ayuntamiento de Burgos, Policía Nacional, Guardia Civil... Lo dicho, que Estébanez es un tipo muy querido está fuera de toda duda. 

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