El Correo de Burgos

Burgos rinde homenaje a San Lesmes bajo un frío helador

Cientos de burgaleses se acercaron a la Plaza San Juan para honrar al patrón de la ciudad en una jornada marcada por las bajas temperaturas y las tradiciones / La venta de panecillos volvió a provocar largas colas

Los burgaleses celebraron San Lesmes bajo un frío helador. TOMÁS ALONSO

Los burgaleses celebraron San Lesmes bajo un frío helador. TOMÁS ALONSO

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A pesar del intenso frío que ha acompañado a la jornada los burgaleses volvieron a disfrutar del desfile, el reparto de los panecillos dulces y salados, los pinchos de chorizo y morcilla y el siempre alegre baile de los Gigantillos de la festividad de San Lesmes. Y lo hicieron sin restricciones ni medidas de seguridad. Con la normalidad y la alegría que un acto como este lleva aparejado. No brilló el Sol y ni falta que hizo. Abrigos, gorros y bufandas fueron el mejor complemento para aguantar el viento helador en las colas que se formaron para comprar los tradicionales panecillos.

Como manda la tradición, la Corporación Municipal junto a las autoridades de Loudun salieron desde el Ayuntamiento de Burgos y llegaron hasta la iglesia de San Lesmes, acompañados por Gigantillos, dulzaineros y danzantes, las peñas de la ciudad y sus reinas y los grupos folclóricos.

Dos mujeres asisten a la misa en honor al santo. T. ALONSO

Dos mujeres asisten a la misa en honor al santo. T. ALONSO

La misa solemne en honor a San Lesmes, que estuvo presidida por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, contó con la intervención de la Coral de Cámara San Esteban y de las Danzas Burgalesas Justo del Río. Mientras tanto, fuera del templo cientos de burgaleses aprovecharon para cumplir con una de las tradiciones más arraigadas de la cita como es el reparto de los panecillos del santo, previamente bendecidos por el arzobispo de Burgos, disfrutar de las actuaciones de los grupos de danzas y hacerse fotos con los entrañables Gigantillos. 

Desde las doce del mediodía empezaron a formarse las colas para comprar los panecillos en los tres puestos instalados para ello. En uno de ellas Raquel espera su turno junto a su nieta. «Siempre que podemos venimos a por los panecillos y desde hace unos años vengo con mis nietos. Le compro uno a cada uno y ellos más contentos que unas pascuas», apunta y señala que para ella «es  muy bonito que los niños conozcan nuestras fiestas y nuestras tradiciones». 

En otro de los puestos, una de las jóvenes que se encarga de su venta apunta que «ni el frío que hace ha hecho que no venga la gente a por los panecillos». Añade con una sonrisa que «los que más pide la gente son los panecillos dulces y son los que primero se acaban».

Los danzantes deleitan a los burgaleses. TOMÁS ALONSO

Los danzantes deleitan a los burgaleses. TOMÁS ALONSO

Entreteniendo a sus dos hijos pequeños, Alejandro explica que «de niño siempre venía con mis padres y mis abuelos y ahora traigo a mis hijos a que conozcan esta tradición tan bonita». Por su parte, Lidia ha acudido a la plaza junto a su madre y su hijo Félix. «Hemos venido a ver bailar a los Gigantillos porque le fascinan», explica señalando al niño que ya ha dado buena cuenta a uno de los panecillos. 

A la venta de panecillos, le acompañó la degustación de los pinchos de chorizo y morcilla y del vino de la tierra. «Estos pinchos no pueden faltar en ninguna fiesta burgalesa», comenta entre risas una de las voluntarias mientras entrega los platos con las viandas.

 

A la una de la tarde, los Gigantillos dejaban las puerta del a iglesia de San Lesmes y salía a escena haciendo las delicias de grandes y pequeños con su tradicional danza. Lo hacían después de la actuación de los danzantes y de diferentes grupos folclóricos de la ciudad Diego Porcelos; Justo del Río; Tierras del Cid, Gavilla; Mª Ángeles Saiz, Nuestra Señora de las Nieves; Los Zagales, Estampas Burgalesas; Trébede y Arbayal.

Unas niñas degustan un panecillo. TOMÁS ALONSO

Unas niñas degustan un panecillo. TOMÁS ALONSO

«Es una alegría volver a celebra esta fiesta tan bonita con total normalidad, sin mascarillas y sin distancias de seguridad, algo muy importante para combatir el frío», explica Marta, miembro de uno de los grupos de danzas. 

Báculo de oro

Hasta el próximo sábado 4 de febrero el programa de fiestas los completan, música, magia y teatro. Ese mismo día se recupera el homenaje a Diego Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos, en la plaza de Santa Teresa, donde se realizará una recreación histórica musical.

Ya el domingo día 5, tendrá lugar en el Convento de Las Bernardas, la entrega del Báculo de Oro, que en esta ocasión ha recaído sobre la piloto Cristina Gutiérrez. También el domingo se cerrará el concurso de tapas en el que   participan 22 establecimientos de la ciudad.

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