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Ha estado tres años cerrada. Ahora el barrio de Cortes recupera su cantina

Simona Onufreiciuc es la adjudicataria y gestionará el local junto a su hijo mayor / Su objetivo es abrir el espacio en febrero

Simona posa frente a la cantina del barrio de Cortes. TOMÁS ALONSO

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Burgos

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El barrio de Cortes volverá a contar con cantina en febrero después de haber estado tres años cerrada. Simona Onufreiciuc será la encargada de devolver al barrio este servicio después de hacerse con la concesión del local, cuya licitación quedó desierta en una primera convocatoria. 

El Ayuntamiento de Burgos decidía entonces rebajar el precio del alquiler de 800 euros mensuales a 300 euros, lo que supuso que recibiera varias propuestas. La de Simona resultaba la más atractiva y será ella quien se encargue de su gestión los próximos quince años. 

Simona tiene 37 años y es natural de Rumanía. Llegó a Burgos hace veinte años por lo que ya se considera «un poco de aquí». De hecho, tres de sus cuatro hijos nacieron en la capital  burgalesa y el mayor «tenía tres meses cuando llegamos a esta tierra».

Asegura que los comienzos «fueron complicados», especialmente «porque no conocía la lengua, pero una vez dominas el idioma todo resulta más sencillo». Trabajadora incansable ha pasado por variedad de oficios. «He estado vendiendo en el mercadillo de frutas y hortalizas y trabajando en el campo», relata y apunta que después llegarían trabajos «en la limpieza y en una residencia de ancianos».

Su última experiencia laboral fue en la hostelería. «Estuve 5 años trabajando de cocinera aunque hacía de todo», apunta. Una experiencia en el sector que Simona cree que le ayudará «mucho» a gestionar su nueva aventura laboral. 

Madre y jefa

«Cuando vi que salía a concurso la concesión del local me animé e hice una oferta económica que ha resultado ser la más interesante», explica y asegura estar «muy ilusionada por esta nueva etapa». 

Simona no se encargará de la gestión sola. Le acompañará su hijo mayor. «Yo necesitaba que alguien me echara una mano. Fue él quien se ofreció y yo encantada», comenta y asegura estar «convencida» de que «nos va a ir bien como equipo».

Desde que el Ayuntamiento le entregó las llaves del local, Simona se ha dedicado a poner a punto el local. «Aún estamos en ello. Estamos haciendo unas pequeñas reformas», señala y añade que «también hemos estado haciendo una limpieza profunda porque el bar lleva tres años cerrado, el tiempo que lleva el anterior dueño jubilado».

En estos días de preparación, la hostelera asegura entre risas que «ya se han acercado varios vecinos a preguntar cuándo abríamos». Y es que cuando suba la persiana, la cantina de Simona será el único bar en funcionamiento del barrio de Cortes. 

La hostelera conoce el barrio y tiene ilusión por «dinamizar la zona» y que «los vecinos tengan en nuestro bar un punto de encuentro y de socialización. Que sea un espacio para todos». Simona ofrecerá «desayunos y pinchos» y espera que su nueva aventura laboral «tenga muy buena acogida en el barrio» y que «funcione bien». 

Para el Ayuntamiento es importante mantener abiertos estos espacios, puesto que, además de generar unos ingresos para el municipio, dan un servicio que es de interés para los barrios. Es el caso del bar de Cortes en el que se ha primado rebajar el canon para propiciar que reabra como lugar de encuentro para los vecinos.

Pendiente de salir a concurso se encuentra el bar ubicado en los bajo de la sede del Orfeón Burgalés. El negocio permanece cerrado al público desde que el pasado mes de agosto el empresario que regentaba el negocio decidiera no continuar.