Suspendido el juicio contra la red de explotación sexual en Estépar por la ausencia de 9 testigos

El juicio contra tres hombres y tres mujeres acusados de explotación sexual en el club de alterne La Parada, en Estépar, ha tenido que suspenderse ante la incomparecencia de 9 de las 11 víctimas, liberadas por la Policía Nacional en 2019, que debían prestar declaración en calidad de testigos. Así lo ha solicitado la defensa durante la primera sesión del juicio, que teóricamente debía prolongarse hasta el 17 de febrero. A la espera de que se pueda localizar a las testigos, la Audiencia Provincia de Burgos aún no tiene fecha para un nuevo señalamiento. Nada más arrancar la vista, los acusados manifestaron su disconformidad con las penas a las que se enfrentan: más de 300 años de prisión por un presunto delito de organización criminal, trata con fines de explotación sexual, ejercicio de la prostitución bajo coacción y favorecimiento de la inmigración irregular. Tal y como pudo acreditar la Policía en el marco de la Operación Motanka, la red estaba formada por tres hombres de nacionalidad española y tres mujeres de origen ucraniano. Su modus operandi, clásico por desgracia en esta clase de negocios, consistía en engañar con falsas ofertas de trabajo a mujeres de otros países, principalmente de Ucrania, asumiendo los gastos de su viaje a España con el fin de prostituirlas. Una vez en el club, se les informaba de que habían contraído una deuda que rondaba los 1.000 euros. A partir de ese momento, tal y como acreditaron los investigadores, eran obligadas a ejercer la prostitución en jornadas de hasta 10 horas durante los siete días de la semana. La investigación, a cargo de la Brigada de Extranjería de la Comisaría Provincial, arrancó en el año 2015. Desde entonces hasta la liberación de las 11 víctimas de trata que se encontraban retenidas en el club contra su voluntad cuando culminó la operación, la Policía cree que los acusados llegaron a explotar sexualmente a más de 200 mujeres procedentes de distintos países de Europa del Este. El panorama descrito por los agentes tras recabar el testimonio de las víctimas no podía ser más desolador. De acuerdo a su relato, al que la Policía dio verosimilitud en todo momento, permanecían encerradas sin posibilidad de salir al exterior y sufrían un trato vejatorio de manera constante. Además, se les imponían sobrecargos, siempre bajo amenazas, con el fin de evitar que pagasen la supuesta deuda que habían contraído con sus proxenetas.