«Que nadie se quede sin estudiar por necesidades o problemas económicos»

Por décimo tercer año consecutivo, la empresa Gonalpi y la inmobiliaria Doble G colaboran de «manera completamente altruista» con la Universidad de Burgos (UBU) a través de la Cátedra Francisco González Alonso, cuya principal finalidad es brindar apoyo económico a estudiantes en riesgo de exclusión social y, al mismo tiempo, desarrollar actividades culturales y deportivas. «Que nadie se quede sin estudiar por necesidades o problemas económicos», subrayaba el rector de la Universidad, Manuel Pérez Mateos, tras precisar que la última convocatoria abierta desde el programa UBU Refugio ha permitido acoger a una treintena de alumnos y docentes de Ucrania que están «aprendiendo el idioma muy rápido».Teniendo en cuenta que este programa acoge de media a 50 estudiantes por curso, Mateos ha recordado que la asistencia también se dirige a personas de «otros países» en situación de conflicto o alarma social. El objetivo, independientemente de su procedencia, es prestar «toda la ayuda de la que somos capaces». Sobre la cuantía del convenio, el rector indicaba que las empresas que sustentan esta Cátedra aportarán 10.000 euros por cabeza mientras la UBU mantiene su «compromiso» de destinar 30.000 euros de remanentes de colaboraciones anteriores durante los dos próximos años y otros 35.000 en sucesivas ediciones. El objetivo, según ha remarcado, será alcanzar los 235.000 euros. Para verificar que se cumplen los objetivos previamente establecidos en el acuerdo, volverá a crearse una comisión de seguimiento con dos representantes de Gonalpi y Doble G y otros dos de la UBU. En este caso, Mateos ha avanzado que se trata de la vicerrectora de Estudiantes, Verónica Calderón, y de su homólogo en el área de Responsabilidad Social, Cultura y Deporte, Delfín Ortega. Dispuesto a mantener los valores de «deporte y solidaridad» que le inculcó su padre -de ahí su nombre en la Cátedra-, el máximo responsable de Gonalpi y Doble G, Francisco González García, no ha dudado en destacar el «material humano enorme y perfecto» que a su juicio atesora la Universidad de Burgos. Asimismo, ha deseado que la línea de ayudas a estudiantes ucranianos se «agote pronto» porque eso supondría que ha terminado la «indeseable invasión». Otro de los aspectos que González García tampoco pasa por alto es el afán por «potenciar» la actividad de diferentes emprendedores burgaleses repartidos por distintos puntos del planeta. En este sentido, se ha mostrado partidario de «reafirmar» las jornadas celebradas en su día, con el respaldo de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos (FAE) para «incentivar» a los estudiantes de la UBU. Sin olvidar además la «inestimable colaboración» que le brinda su hijo, el empresario burgalés concluía su intervención manifestando que las partidas destinadas para esta Cátedra han de servir para «seguir potenciando la Universidad y todo su trabajo social».