«Hay que enfocarse en aquellas áreas donde la región es más fuerte»

La maquinaria ya está en marcha y, de entrada, parece haber captado el interés de grandes empresas con vocación de ampliar sus horizontes sumando aliados desde el ámbito tecnológico. Una vez dado el visto bueno por parte de la Unión Europea, Castilla y León se convertirá en la primera región que implanta su propio Valle de Innovación con el objetivo de favorecer el emprendimiento y asentar en su territorio a compañías emergentes (startups).La puesta de largo del proyecto, que de entrada contará con una inversión pública de 170 millones de euros para el establecimiento de una red europea de zonas innovadoras, congregó en el Fórum Evolución a responsables políticos de la Junta de Castilla y León, empresarios burgaleses y representantes de grandes compañías como Iberdrola, Hiperbaric, Capital Energy o Gonvarri. Durante el encuentro, dividido en tres mesas redondas, se abordaron cuestiones como la atracción de inversiones de todo el mundo, la generación de oportunidades en el medio rural o las claves para vertebrar un ecosistema «vibrante y especializado».Se habló, y mucho, de emprendimiento. Sobre todo durante el coloquio, moderado por el inversor René de Jong, centrado en el papel que juegan las grandes empresas a la hora de atraer talento y participar en operaciones conjuntas que brindan oportunidades de crecimiento a las startups. Partiendo desde la base, del suelo que se pisa, el responsable de inversiones del programa Perseo de Iberdrola, Óscar Cantalejo, subrayó la importancia de «enfocarse en aquellas áreas donde la región es más fuerte».Obviamente, Cantalejo no pasó por alto que Castilla y León atesora un enorme potencial en agricultura, ganadería y energías renovables. Así pues, no dudó en aseverar que «el sector energético presenta nuevas oportunidades para emprendedores», con los que se debe contar dada su capacidad de establecer «situaciones interesantes» a problemas concretos que en ocasiones ni siquiera las multinacionales son capaces de resolver por sí mismas.«Formar a la gente nos da un buen resultado», apostillaría a continuación el presidente de Ibereólica, Gregorio Álvarez, convencido de que la juventud constituye un «divino tesoro» en la incipiente «revolución energética-industrial» que se avecina y en la que las renovables «van a contribuir a la descarbonización junto al hidrógeno». Y aunque cree que actualmente «hay oportunidades», advirtió que «en Castilla y León lo que hace falta son iniciativas para que no tengamos que abandonar».Sacando a relucir la «vocación castellanoleonesa» de su compañía, el director de Innovación de Gonvarri, David Sánchez, destacó el «trabajo vis a vis» con el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) que se complementa con la búsqueda de startups con «vocación de negocio» y «respuestas» a necesidades concretas a las que se intenta «hacer crecer». La clave, según sus propias palabras, consiste básicamente en «invertir para desarrollar».Desde Capital Energy, que recientemente firmó un acuerdo de colaboración con la Universidad de Burgos (UBU), Raquel Polgrabia precisó que lo más importante a la hora de captar talento externo es «poner muy bien el foco en lo que queremos». El problema, según su experiencia, es que «muchas veces los emprendedores tienen miedo a presentarse a esta clase de retos porque piensan que no son capaces». En cualquier caso, se mostró partidaria de «apoyar» a todo aquel que plantee ideas nuevas y dejar claro que «emprender no es todo riesgo».A este respecto, el director de Operaciones e Innovación de Redexis, Javier Crespo, quiso hacer hincapié en la generación de «proyectos satélite» con empresas emergentes no sin antes tachar de «fundamental» la «colaboración público-privada». Por su parte, el director gerente de BME Growth, Jesús González, abogó por «educar» a los inversores porque hoy en día se requieren perfiles «más especializados».