El Correo de Burgos

Bachillerato internacional, aprendiendo a investigar

Ocho jóvenes investigadores del Instituto Cardenal López de Mendoza presentan mañana sus proyectos de investigación. El IMINJO recupera su presencialidad tras la pandemia en Burgos

Los ocho jóvenes investigadores del IES Cardenal López de Mendoza que presentarán en el Iminjo sus trabajos de investigación del Bachillerato Internacional junto a la directora Mariluz García Parra. TOMÁS ALONSO

Los ocho jóvenes investigadores del IES Cardenal López de Mendoza que presentarán en el Iminjo sus trabajos de investigación del Bachillerato Internacional junto a la directora Mariluz García Parra. TOMÁS ALONSO

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En su cabeza está dedicarse a las matemáticas, a la ingeniería aeronáutica, la física o la diplomacia. A partir de hoy contarán con su primera publicación científica sin haber llegado a la Universidad. Se trata del proyecto final del Bachillerato Internacional que recupera lustre después de que los Reyes de España hayan apostado por esta formación para las princesas Leonor y Sofía. Además de en el prestigioso colegio de Gales, esta formación se imparte desde hace 38 años en Burgos. El Instituto Cardenal López de Mendoza fue pionero en implantar la doble titulación: el Bachillerato Nacional, necesario para realizar la selectividad y optar a un grado universitario en la Universidad Española, y el Bachillerato Internacional, un refuerzo que amplía las competencias en investigación y que abre las puertas de las universidades extranjeras.Uno de los grandes eventos en la presentación en forma de ponencias y con libro de actas del que será “su primera publicación científica con ISBN y cumpliendo todos los requisitos de las actas de cualquier congreso”, explica la directora del centro, Mariluz García Parra. El centro es el único de España que organiza un congreso científico con los proyectos de investigación que durante más de un año realizan estos investigadores precoces. El encuentro se denomina Impulso a la Investigación en Jóvenes, Iminjo. “Con la pandemia tuvimos que suspender la presencialidad por la Covid-19, hicimos las presentaciones vía on line, con power point de acceso restringido a los estudiantes y los profesores, pero este año ya sí recuperamos la normalidad y la presencialidad”, explica.Un momento clave para estos jóvenes. Participan 14 centros públicos y se realizarán 64 ponencias. Entre ellas la de ocho chicos de Burgos que, en algún caso, llevan desde julio inmersos en pruebas y estudios para comprobar que se cumplen, o no, sus hipótesis. Para todos ellos recuperar la presencialidad en este tipo de encuentros es “el feedback que te puede dar la presentación de tu proyecto personal, cuando ves que te dicen que es bueno es motivador”, señala Ian Gallo Ochoa. Su ponencia está relacionada con el estudio de la influencia del ángulo y el uso de lubricantes en las pérdidas de energía mecánica a lo largo de un plano inclinado. “Tratamos de determinar si es posible reducir las pérdidas energéticas a lo largo de un plano inclinado y presentaremos las conclusiones al respecto”, explica. El futuro universitario de Gallo Ochoa no mira a Burgos. Quiere estudiar un grado de física o ingeniería de la física y “dedicarme a investigar”. Ha aprendido a hacerlo ya en el instituto. En la misma línea Nuño Gallo que desde el mes de julio del año pasado inició sus experimentos sobre el Efecto de distintas configuraciones de color de un tejado en la tasa de calentamiento del interior de una edificación en el centro de Burgos. Un proyecto que “permite inferir los colores que mejor se adaptan al clima de Burgos para reducir el gasto de emisiones en CO2 en el calentamiento de un inmueble”, explica. Reconoce que “es duro mantener ambos bachilleratos, el normal con el que te juegas mucho, y el internacional, pero también es un reto y la organización es la clave”, explica. Su objetivo es poder desarrollar un grado de ingeniería aeroespacial y, también, profundizar en la carrera investigadora en ese ámbito.Ana Alonso, que también mira con interés la Física como estudios superiores, presenta un estudio de variación de la tensión superficial del agua en el río Arlanzón. Alejandra Marcos lleva un año analizando polímeros superabsorbentes. “Los polímeros superabsorbentes son hidrogeles capaces de absorber y retener grandes cantidades de líquido y hemos investigado en cómo varían las concentraciones de sal y pH líquido que absorben para ver si afectan a la cantidad de líquido que son capaces de retener”. Ella también mira a la investigación para el futuro de su vida laboral pero orientado hacia la rama biosanitaria.Entre las matemáticas se mueve Pablo Conde. Presentará en el Iminjo su proyecto de investigación sobre matemáticas y sombras. En concreto las funciones sombra y funciones horizontes en el ámbito de las funciones racionales. Las matemáticas parecen ser una de las ramas a las que se quiere orientar, aunque “aún no lo tengo claro”, explica. Entre matemáticas y computación están los intereses de Juan Fernández quien presentará en el Iminjo su proyecto de demostración visual de las matemáticas. Tratará de explicar teoremas, proposiciones y propiedades mediante dibujos y gráficos.Al otro lado, en el ámbito humanístico, aunque estudia el tecnológico, se mueve el proyecto de Lucía Ibáñez. Analiza La Colema. Bajo el título ‘Una colmena de vivencias’ estudia la posibilidad de escribir una obra literaria cumbre sin un protagonista claro, donde el personaje es colectivo. Ibáñez mira a las Relaciones Internacionales como profesión y considera que realizar este tipo de proyectos de investigación “son importantes, te sirve para saber cómo desarrollar un proyecto de investigación más serio de los trabajos que has hecho antes”. Sobre Filosofía gira el proyecto de Fernando Ortega que se pregunta ¿Hasta qué punto es válido el término medio aristotélico como término ético, teniendo en cuenta sus aciertos y problemas? “Analizamos la validez del término medio y del equilibrio como virtud y en qué aspectos de nuestra vida podemos aplicarlo”, señala. Aunque aún no tiene claro por donde tirará en su vida académica considera que “me gusta el área del derecho, un grado de política o diplomacia”.Todos ellos, tomen el camino que tomen, se ven fuera de Burgos. Alegan que ni matemáticas, ni física ni grados técnicos están entre la oferta académica de Burgos y miran hacia otros centros universitarios para formarse. El tiempo dirá si se marcharán o volverán a Burgos para algo más que ver a la familia. Lo que sí han aprendido en los dos años de Bachillerato Internacional es el esfuerzo, la dedicación y la organización que necesitan para llevar a cabo proyectos de investigación serio sin perder el día a día de cualquier joven de 17 o 18 años. Cuando toque investigar en la facultad, en Burgos o dónde sea, ya sabrán por donde empezar.

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