El Correo de Burgos

Dejar atrás la guerra. De Ucrania a la Universidad de Burgos

La ucraniana Olena Cherkun llegó en abril a la ciudad sin saber nada de español y desde septiembre hace prácticas en el Gabinete de Comunicación de la UBU como fotógrafa y redactora 

Olena Cherkun, ucraniana en el gabinete de comunicación de la UBU. ICAL

Olena Cherkun, ucraniana en el gabinete de comunicación de la UBU. ICAL

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Abandonar tu hogar, a tu familia y todo lo que te es conocido no es fácil. Lo saben bien los millones de ucranianos que hace casi un año despertaron con la peor de las noticias: el inicio de una guerra. El 24 de febrero de 2022 Rusia inició la invasión de Ucrania, un ataque militar que hoy en día continúa y que obligó a millones de personas a abandonar sus ciudades, sus trabajos e incluso a sus familias, y buscar refugio en países vecinos. Una de ellas fue Olena Cherkun, una joven de 29 años que poco después del inicio del conflicto, en abril de 2022, decidió viajar a Burgos en busca de una vida lejos de la guerra.

Natural de Melitópol, en febrero de 2022 Olena residía en Zaporiyia junto a su marido. Allí trabajaba en una cadena de televisión regional en la que entró tras finalizar sus estudios de periodismo en la universidad. Además, también había estudiado enfermería y trabajó seis años en un hospital.

Con gran tristeza recuerda que el día que comenzó todo fue su marido quien le dio la noticia y que para ella fue un “shock”. “El 22 de febrero volví a Zaporiyia desde Kiev. Estaba todo bien, volvíamos de vacaciones. Cuando mi marido me contó que empezaba la guerra, no sabía que hacer ni tampoco lo entendía”, recuerda. En este punto, recuerda que ir a trabajar le ayudó, porque la mantenía ocupada, y además se mantenía informada de lo que ocurría. Sin embargo, explica que en ese momento ya no había noticias sobre exposiciones u otros acontecimientos, ya que todo lo que se hacía era sobre la guerra.

“Es triste decirlo pero tienes que seguir con tu vida. No puedes quedarte en casa y no hacer nada. Casi todo está abierto, la gente trabajaba y la vida continuaba”, indica, aunque reconoce que la situación que allí se vivía es difícil de explicar.

Olena Cherkun, ucraniana en el gabinete de comunicación de la UBU. ICAL

Olena Cherkun, ucraniana en el gabinete de comunicación de la UBU. ICAL

Fue en marzo, navegando por Internet, cuando encontró una página web en la que se le presentó la oportunidad de seguir estudiando en España, y en concreto le aparecieron dos ciudades: Burgos y Valladolid. “No busqué antes sobre ninguna de ellas, pero mandé mi currículum a las dos”, recuerda Olena a la agencia Ical. Tras hablar con su marido, decidieron que ella se viniese a España, donde podría acabar sus estudios, y finalmente la ciudad elegida fue Burgos.

Cherkun recuerda que tardó siete días en viajar desde Ucrania hasta España, y lo hizo con su fiel compañera, su perra Sara. En Ucrania se quedó su marido, debido a que no se permite a los hombres entre 18 y 60 años abandonar el país, y también su madre, que se encontraba en ese momento en Melitópol, ciudad que hoy está ocupada por los rusos.

De esta forma, el 10 de abril de 2022 la joven llegó a la capital burgalesa, y gracias al programa de acogida ‘UBU-Refugio’, fue acogida por una familia española, a la que asegura estar muy agradecida por toda su ayuda y apoyo desde su llegada. Olena reconoce que antes de llegar a España solo conocía tres palabras en español ‘sí’, ‘gracias’ y ‘adiós’, y que se defendía mejor con el inglés. Tras diez meses aquí, habla y entiende perfectamente el idioma, e incluso cree que se desenvuelve mejor que en inglés.

Ejercer el periodismo desde cualquier lugar

Cuando llegó a Burgos, hizo prácticas en el Centro de Innovación y Tecnología en Videojuegos y Comunicación Audiovisual (Ítaca) de la UBU, donde estuvo diseñando una página web para presentar su Trabajo de Fin de Máster, el cual defendió también en la Universidad de Burgos. Posteriormente, en septiembre, comenzó a hacer prácticas en el Gabinete de Comunicación de la institución universitaria, donde se encarga no solo de hacer fotografías, algo que reconoce que le encanta, sino también de redactar noticias.

“Hablar es más fácil que escribir”, afirma, aunque se desenvuelve bien, y cuando tiene algún problema con el idioma, en el propio gabinete le ayudan con sus dudas. En este sentido afirma estar “muy feliz” en la universidad, así como agradecida por toda la ayuda que le han ofrecido desde que llegó y que le está permitiendo seguir estudiando y ejercer su profesión.

Sin embargo, este no ha sido el único trabajo que ha ejercido como periodista desde que salió de Ucrania, ya que hace un par de meses viajó a Varsovia para grabar un podcast con otros periodistas ucranianos que también se encuentran fuera del país. Esto último fue promovido por una organización alemana. “El viaje fue bien, pero fue extraño estar tan cerca de Ucrania y no poder ir”, lamenta, aunque destaca que para ella fue muy “importante” el poder participar en este podcast y contar su historia y la de muchas otras personas de Ucrania.

Un año del estallido

El próximo 24 de febrero se cumplirá un año del inicio de la guerra en Ucrania, Cherkun asegura que nunca pensó que algo así “fuese posible”, y admite que para ella es “muy complicado” hablar de este tema, porque le ha cambiado a ella y a todos los ucranianos la vida. “Es más que triste. Cuando no lo piensas te sientes mejor, pero te acuerdas siempre de esto”, afirma. Especialmente cuando recuerda de que su familia sigue allí y no sabe cuándo podrá volver a verlos. “No veo a mi marido desde hace meses y a mi madre desde hace más de un año”, lamenta.

Además, su madre vive en Melitópol, una ciudad que actualmente está ocupada por los rusos. “Es muy caro estar allí. Necesita comida y medicaciones, y no puede encontrar todo lo que quiere o necesita”, explica, aunque afirma que ahora por lo menos pueden hablar por teléfono, ya que ella principio no tenían forma de comunicarse.

“Quiero que esto acabe cuando antes. Es terrible pensar que ha pasado un año. Durante las primeras semanas pensábamos que era un error y que era imposible, pero ya está siendo muy largo. Espero que acabe pronto, por mí, por mi país y por la gente”, afirma Olena, que asegura que ella mantiene la “esperanza” de que esta situación termine pronto.

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