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CRIAR CON CIENCIA, AMOR Y HUMOR

«Optar por lactancia materna o artificial debe ser una decisión particular de cada madre»

Las expertas Arantxa Arroyo y Cristina López abordan las claves de la alimentación de bebés y niños / En este tercer capítulo de 'Criar con ciencia, amor y humor' también recorren los primeros hitos del movimiento y la adquisición de la marcha

Arroyo da de mamar a sus mellizos. RODRIGO MENA

Publicado por
Burgos

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La alimentación es un tema que preocupa a los padres. La ansiedad y el nerviosismo experimentado por los madres y padres en los primeros días después del nacimiento por la alimentación del bebé, tanto si es mediante lactancia materna como si es mediante biberón, se prolonga después con la llegada de la alimentación complementaria. 

En esta etapa surgen cientos de dudas: si es suficiente cantidad, si la variedad de alimentos que toman es correcta, si se han quedado con hambre, etc. Dudas que en este tercer capítulo de la serie ‘Criar con ciencia, amor y humor’ despejan Arantxa Arroyo, maestra certificada en Disciplina Positiva y guía Montessori, y Cristina López, licenciada en Física, experta en innovación y autora del blog ‘3 con las maletas a cuestas’.

Ante todo, ambas coinciden en que la alimentación del bebé, ya sea lactancia materna o artificial debe «ser una decisión particular de cada madre». Eso sí, si la decisión es apostar por la lactancia materna, Arroyo recuerda que lo primero es «desmitificar que es un proceso sencillo o que se genera un proceso de conexión precioso con el bebé» porque «la realidad es que no es sencillo y puede que esa conexión no llegue a sentirse».

Como en otras tantas cosas, «la información es poder y leer sobre lactancia antes de la llegada del bebé puede ser muy útil», señala López, que distingue entre dos tipos de informaciones: la fisiológica, que «aborda cuestiones como el pezón invertido, grietas, mastitis, crisis de lactancia, etc» y «la información emocional, que nos idealiza la lactancia materna y para muchas mujeres puede ser frustrante no lograrla por la razón que sea».

Arroyo hace hincapié en que «la lactancia materna no es algo que tenemos que hacer solas». El apoyo, consultar dudas y pedir segundas o terceras opiniones «es fundamental». Y es que, muchas lactancias maternas «se han terminado por falta de información y apoyo». 

En este sentido, la maestra relata su propia experiencia. «Una lactancia con mellizos puede ser muy complicada y recurrir a expertas como asesoras de lactancia o acudir a reuniones de la asociación Madres de la Leche, que son gratuitas, puede ser un salvavidas». 

Durante la lactancia pueden surgir cientos de dudas y situaciones difíciles de afrontar o que desconocemos: el bebé no se agarra bien, hace daño, pierde peso, llegan las crisis de lactancia, etc. «Rodearse de otras mujeres que han pasado por lo mismo y consultar a especialistas cuando hay dudas o problemas es clave», señala Arroyo. 

En cualquier caso, ambas animan a las futuras mamás a analizar las circunstancias de vida que tienen. «Hay mujeres que no pueden cogerse el permiso completo porque son autónomas y la lactancia materna se hace complicada y otras que  sí pueden optar por ella porque pueden alargar ese permiso o cuentan con una buena red de apoyo familiar», señala López, quien recuerda que «la lactancia materna  no es para todas las madres porque no es algo sencillo».

Complementaria

Con la llegada de la alimentación complementaria, las pautas de ambas se mantienen. «Tener mucha información y adaptarla a las circunstancias de vida de cada familia», recuerda López, quien si bien señala que la evidencia científica «pone de manifiesto que ofrecer alimentos sólidos de forma adaptada a los bebés (Baby Led Weaning) en lugar de triturados favorece el desarrollo, siempre es importante adaptar esta etapa al contexto personal».

Y es que «puede ser que los padres no se encuentren cómodos ofreciendo comida entera a sus hijos y si eso va a causar nerviosismo o malestar a la hora de la comida es preferible que no se haga». Sea como sea, tanto si se elige alimentar a los bebés mediante  BLW, triturados y purés o de forma mixta «es fundamental que los padres hagan un curso de primeros auxilios  porque los atragantamientos pueden producirse en cualquiera de los tres métodos», añade Arroyo.  

La maestra va un paso más allá y apunta que «más importante que la forma en cómo se ofrecen los alimentos es qué es lo que les ofrecemos». Afortunadamente «cada vez son más los pediatras que han dejado atrás la galleta maría y el zumo de naranja y se han actualizado en la información que ofrecen a los padres sobre la alimentación».  Arroyo apunta que una de las guías más actualizadas a este respecto es la que ofrece el Servicio Catalán de Salud.

En cualquier caso, ambas recuerdan que la alimentación complementaria- cuyo inicio se sitúa aproximadamente en los 6 meses-, «no debe iniciarse si el bebé no se mantiene sentado». Tampoco se deben usar pantallas ni «hacer el ‘avioncito’»  mientras se come porque «se olvidan de escuchar a su cuerpo y falla el sentido de autorregulación y de saciedad».

López, además,  recuerda que «el estómago de los bebés tiene el tamaño de dos uvas grandes» y «nunca debemos obligarles a comer». El momento de la comida «siempre tiene que ser un rato de charla y de disfrute no de guerra o de confrontación».

Movimiento 

Además de la alimentación complementaria, en esta etapa llegan los primeros hitos del movimiento. Arroyo afirma que «lo mejor es mantener al bebé descalzo el mayor tiempo posible» para que «pueda generar fricción con el suelo y empezar a reptar y después  gatear». Mientras no anden «no es necesario llevarles con zapatos. Es un  mito que se enfríen por los pies». Una vez comienzan a  andar «hay muchas opciones de calzado respetuoso que elegir» y s que «lo niños no necesitan calzado que le ‘ayude’ a andar». 

Para cuando ya se ha adquirido la marcha, López y Arroyo tienen buenas noticias: «No tenemos que dejarnos los riñones para que anden». «Lo ideal es que el niño ande cuando sea su momento» y es que «sostener los brazos de los niños al andar altera el punto de gravedad de los más pequeños modificando la marcha». Así, recomiendan «dejar a los niños seguir su ritmo y si los padres consideran que el tiempo lógico para arrancar a andar ha pasado que consulten a especialistas». 

En los parques, Arroyo explica que «lo ideal es que los niños se suban a los columpios cuando puedan» y que de hacerlo antes «mejor acompañados». Si lo que se quiere es favorecer determinados movimientos como el vestibular «siempre podemos poner una hamaca a su altura», añade. 

López recuerda a este tenor que «lo mejor es ofrecer espacios seguros para ellos y que se muevan en libertad» y «sin duda el mejor es la naturaleza».