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RITOS, MITOS Y LEYENDAS DE BURGOS

Páramo de Masa, campo de vuelos extraterrestres (I). El ovni gigantesco

Cinco hombres de la misma familia observaron cómo un objeto volador de enormes dimensiones y muy luminoso surcaba el cielo sobre Montorio

Tomás Serna fue la voz cantante de la familia que observó el fenómeno. RTVE

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Burgos fue el epicentro de la ufología en España. Una de las zonas «más ricas» en avistamientos,  como la definía allá por 1977 JJ Benítez en el programa de TVE ‘Más allá’, dirigido por el popular doctor Fernando Jiménez del Oso, a punto de realizar una entrevista a cuatro cazadores burgaleses que protagonizaron el enésimo avistamiento de un ovni en el Páramo de Masa.  

Este caso fue mucho más mediático que otros testimonios de automovilistas y camioneros que fueron «perseguidos o simplemente seguidos» por objetos volantes en el cielo burgalés. En este caso, como ocurrió con el de los soldados que volvían al cuartel de Gamonal desde Santander, hubo cinco testigos de lo sucedido, suficiente para incitar a los investigadores de la época a profundizar en su relato. Pero, además, aquel ovni destacaba por su gran tamaño, según lo describieron los testigos. «Gigantesco ‘Ovni’» llegó a titular en 1997 La Gaceta del Norte, que subtitulaba con declaraciones de los cazado-res: «era como un disco y más grande que una plaza de toros». 

El caso lo protagonizaron cinco hombres de Montorio, todos de la familia Serna, residentes en Montorio. Sobre las dos de la madrugada circulaban con un Land Rover por una finca para dar una batida para acabar con un jabalí que les estaba echando a perder los sembrados cuando Prudencio, uno de los ocupantes del todoterreno, vio algo extraño. No dijo nada a los demás y no fue hasta que ya tomaban el ca-mino de regreso cuando los demás vieron en el cielo una luz que al principio tomaron por una extraña luna, hasta que el tío Clemente, el más mayor de la partida, les indicó que la luna la tenían a sus espaldas.

Un objeto "grande como la luna"

El «objeto raro» que veían delante del coche era, según la descripción de Tomás «del tamaño de la luna llena» pero «mucho más claro». De repente pareció que se les venía «encima» a una «velocidad que creíamos que se aplastaba contra la tierra» y se asustaron. Era tan grande que cubría el horizonte que podían ver a través de las pequeñas ventanas del Land Rover, pero todos ellos describieron el objeto que vieron en el cielo de Montorio como «redondo». El tío Clemente mandó parar el coche pero aquella luz ya estaba sobre el techo y no vieron más detalles en el momento que más cerca la tuvieron. Solamente «la claridad del suelo» procedente de aquella luz misteriosa, «más fuerte que la luz normal», como de una intensidad que comparan con los destellos de la soldadura eléctrica.

El ovni se movía muy rápido y era «del tamaño de la luna llena» pero «mucho más claro».

Tras acercarse de aquella manera al coche, el objeto se alejó dejando tras de sí una estela blanca y verdosa y «con mucha rapidez » perdiéndose «entre las nubes». Los cinco hombres de esta familia burgalesa se refirieron a este objeto como «el aparato» y especularon con que se perdió en las nubes en dirección a «Lisboa, a Portugal o por ahí», tiñendo el cielo de un color anaranjado como una puesta de sol.

Vino y se fue, bañando cielo y tierra con su luz. Pero qué pasó entre medio. Los cinco burgaleses reconocen que hubo un momento, «una fase», en la que ninguno de ellos es capaz de explicar qué sucedía dentro o fuera del Land Rover. No guardan ningún recuerdo, no sabrían decir cuánto tiempo pasó el objeto sobre ellos. Solamente recuerdan que cuando quisieron salir de ese estado que no aciertan a describir el objeto «ya estaba lejísimos».

Un día después supieron por la prensa que en Portugal se había avistado un ovni a la misma hora y ya no tuvieron dudas de lo que habían visto en su pueblo. «En el primer momento en lo que menos pensábamos era en eso. Nos pegó el fogonazo y nos quedamos tan asustados... Luego ya sí», declara a Benítez en su entrevista televisada el más joven de la familia.

A esa conclusión llegaron con el doctor Jiménez del Oso los millones de personas que vieron el programa de TVE en aquel diciembre de 1978

Pero lo que no dicen los burgaleses lo añade Jiménez del Oso. El gran sabio español de lo paranormal, el genio del misterio y el conocedor de las estrellas determina que lo que se vio iluminando el cielo de Montorio, en pleno Páramo de Masa burgalés, fue nada menos que una «nave portadora»; «gigantesca». El doctor respalda el testimonio de los hombre de la familia Serna argumentando que si alguien quisiera inventarse una historia de ovnis no se le ocurriría contar que vio uno grande como una plaza de toros.

Dicho de otro modo, lo raro de este suceso lo inverosímil es lo que hace ver que en realidad es completamente cierto. A esa conclusión llegaron con el doctor Jiménez del Oso los millones de personas que vieron el programa de TVE en aquel diciembre de 1978. Apagando su cigarrillo frente a las cámaras explica, además, que no es tan insólito el avistamiento de grandes ovnis, algunos de más de un kilómetro y medio de diámetro, un tamaño que hoy se quedaría pequeño para los guionistas de las películas de ciencia ficción de Hollywood.

Mañana veremos cómo explican este fenómeno los escépticos.