Estas son las 12 especies del Paseo del Espolón que comparten jardín con las acacias que el Ayuntamiento va a talar

El Paseo del Espolón de Burgos es un espacio emblemático de la ciudad de Burgos, un recorrido hoy peatonal que ha visto desfilar bajo sus árboles mucha historia viva de la capital burgalesa. Es también un auténtico jardín botánico.

Tan presente está el Espolón en la vida de la ciudad de Burgos, que apenas se repara en su diversidad de especies vegetales. Hasta que se desplomaron algunas ramas de las acacias de Japón. Desde entonces se ha vuelto a examinar el estado de salud de los árboles del paseo y se han propuesto diferentes posibilidades para sustituir los ejemplares dañados que habrán de ser talados. 

Ya se ha

sentenciado a 9 acacias de Japón

otros 15 ejemplares de la misma especie

 seguirán el mismo camino. Además, se levantan en una ubicación privilegiada, en la zona de los Cuatro Reyes y frente al Casino.

Estos árboles son sólo una parte de las 12 especies arbóreas que pueblan el paseo del Espolón. Ni los más numerosos, ni los más especiales o vistosos. Quizá su mayor atractivo sea que florecen en verano, cuando son pocos los árboles que dan flor.

 

En toda su extensión hay una gran variedad de especies arbóreas como tilos, sauces, castaños de indias, álamos y, sobre todo, los famosos "plátanos de sombra". Estos árboles entrelazados forman bóvedas de hojas verdes, que son ideales para pasear en días de calor.

Los "plátanos de sombra" se plantaron a comienzos del siglo XX y son uno de los elementos más fotografiados de Burgos, especialmente durante los meses de verano y en la época navideña con la iluminación nocturna. Estos plátanos de oriente cuentan con troncos robustos y ramas extendidas y durante los meses de otoño, sus hojas se tiñen de un hermoso color amarillo dorado, lo que los convierte en una auténtica obra de arte de la naturaleza. 

Estas son las especies de árboles que se encuentran en el popular paseo burgalés:

1.- Acacias de Japón

Las falsas acacias, también conocidas como acacias de Japón, son una especie de árbol originaria de Asia que se ha extendido por diferentes partes del mundo, incluyendo Europa y América. Estos árboles tienen una altura que puede alcanzar entre 10 y 15 metros y su tronco es recto y ramificado en la parte superior. Sus hojas son verdes y tienen forma de pluma, con pequeñas hojuelas en cada uno de sus lados. En verano, las falsas acacias de Japón producen unas flores muy vistosas de color blanco o rosa claro que crecen en grandes racimos colgantes.

En comparación con otras especies de árboles del paseo, las falsas acacias de Japón tienen una apariencia más ligera y esbelta, con un follaje más delicado y una copa más abierta. A pesar de su nombre, las falsas acacias de Japón no son realmente acacias, sino que pertenecen a la familia Fabaceae. A menudo se las confunde con otras especies de acacias, ya que comparten ciertas similitudes en su aspecto y en su hábitat de crecimiento.

Son de las pocas especies vegetales capaces de fijar el nitrógeno atmosférico a través de una relación simbiótica con bacterias que viven en sus raíces. Esta habilidad les permite obtener su propio alimento sin necesidad de captar grandes cantidades de nitrógeno del suelo, lo que puede ser beneficioso para el ecosistema. Además, al fijar el nitrógeno, las acacias de Japón pueden actuar como una fuente de nutrientes para otras plantas y organismos del suelo. Por esta razón, se les considera plantas abonadoras o biofertilizantes. Sin embargo, es importante destacar que las acacias de Japón también necesitan otros nutrientes y minerales que deben obtener del suelo para crecer y desarrollarse adecuadamente.

Los hongos pueden atacar las raíces y los tallos de la planta, causando daños en su sistema vascular y restringiendo el flujo de agua y nutrientes. Esto puede llevar a que la planta se seque y muera, que es lo que está ocurriendo con los ejemplares del Paseo del Espolón.

Ejemplares de acacia del Japón se encuentran en Burgos en el parque del Doctor Vara y en Gamonal junto a la biblioteca Gonzalo de Berceo y también en el parque de Buenavista.

2.- Aligustre del Japón

Esta es una especie muy común en los paseos burgaleses. Podemos encontrarla además de en el Espolón en Gamonal, delante de la biblioteca Gonzalo de Berceo, en el parque de Buenavista y en el parque Félix, así como en el parque de la Luz del G-3; en el parque Entrerríos de la barriada de los Ríos; en varios puntos del paseo lineal del río Vena, empezando en la avenida Reyes Católicos, también desde la Politécnica al centro cívico y en el paseo junto a Coprasa, en la zona más cercana al templete y el campo de fútbol; en el parque Europa; y en el Paseo de la Universidad.

El ejemplar más notable de esta especie, sin embargo, está emplazado en el picón entre las calles Vitoria y Cruz Roja, junto al jardín de la plaza del Rey, que es a su vez uno de los más variados de la ciudad. En ese triángulo verde entre el hotel Puerta de Burgos y la calle que lleva al estadio municipal, junto a la parada del autobús vive un Aligustre al que sus cuidadores le han dado la forma de un simpático oso panda. Así de ornamenta es esta especie que, además de por esta docilidad para el ornato es un árbol muy apreciado por su belleza ornamental y su resistencia a las condiciones urbanas. Es originario de China y Japón y ha sido ampliamente utilizado en la decoración de jardines y parques en todo el mundo. Una de las características que lo hace tan popular es su capacidad para tolerar la poda, lo que lo convierte en un excelente árbol para la formación de setos y pantallas.

Además de su resistencia a la poda, el Aligustre del Japón es conocido por su capacidad para soportar la contaminación del tráfico y otros contaminantes atmosféricos. Esto lo hace ideal para ser plantado en áreas urbanas donde la calidad del aire puede ser un problema. También es resistente a las enfermedades y las plagas, lo que lo convierte en una opción de bajo mantenimiento. Pero no solo es una planta ornamental, también tiene propiedades tintóreas. Las hojas y brotes de este árbol proporcionan un tinte verde, mientras que la corteza produce un tinte amarillo y los frutos un tinte azul y negro.

3.- Castaño de Indias

Casi podría decirse que es el árbol más popular en los parques y jardines burgaleses. La inmensa mayoría cuentan con hermosos ejemplares de esta especie que tanto protagonismo despliega llegado el otoño, con sus cambios de color y sus castañas pilongas. 

Está ubicado en parques y jardines por toda la ciudad, incluso en esas pequeñas porciones verdes que salpican los barrios de Burgos y que no llegan a ser consideradas ni parques ni jardines. Donde sí está bien censado es entre los grandes paseos de Burgos.

En estos aparece en casi todos los casos y, por supuesto, en el Paseo del Espolón. Se pueden ver castaños de Indias en Gamonal junto a la biblioteca Gonzalo de Berceo y también en el parque de Buenavista, en el parque de Buenavista y en el parque Félix, así como en el parque de la Luz del G-3; en el parque lineal del río Vena a la altura del  centro cívico Rio Vena; en el paseo de la Isla, en el parque del Doctor Vara, en el parque del Castillo, en la subida hacia el mirador y más hacia arriba hacia la muralla; en el parque de El Parral; y en el paseo de la Universidad, entre otros rincones verdes de la capital burgalesa como La Quinta o Fuentes Blancas.

El  castaño de Indias se caracteriza por su porte y su transformación en otoño cuando produce unos frutos espinosos, grandes y redondos que contienen una semilla grande y brillante: la castaña pilonga, que es como se la conoce en Burgos. En la primavera, el árbol produce grandes racimos de flores blancas o rosadas con manchas amarillas o rojas en la base y llegando a septiembre empieza a desarrollar los frutos y sus hojas van pasando del verde al amarillo para completar poco a poco toda la paleta de colores del otoño hasta que las hojas acaben alfombrando el suelo. Puede alcanzar una altura de hasta 30 metros y tiene una copa ancha y redondeada. Sus hojas son grandes y compuestas, con cinco a siete folíolos.

Además, posee propiedades que se emplean en champús fortalecedores del cabello, también antiinflamatorias contra las venas hinchadas o las hemorroides. Sus castañas sirven de alimento para el ganado y para elaborar cremas protectoras contra el sol.

4.- Sauce llorón

Es muy conocida y fotografiada la estampa del paseo del Espolón desde el puente de San Pablo o el Espoloncillo con el río Arlanzón en primer plano y su fachada verde de sauces llorones y la Catedral al fondo, elevando sus torres a ese cielo azul claro tan característico de Burgos. Pero además de en el Espolón, en el centro de la ciudad y sus proximidades el sauce llorón se encuentra sólo en el parque Europa. En cambio es más abundante en el parque lineal del Vena, en Reyes Católicos o las calles Quevedo, Pessac o Padilla y, especialmente a continuación en el parque del Vena ente la calle Islas Canarias -también en el cercano parque de la Luz- y la avenida de Casa la Vega. También en Gamonal se ven ejemplares en los parque de Buenavista y Félix Rodríguez de la Fuente.

Este árbol puede crecer hasta una altura de 10 a 20 metros y tiene una copa ancha y redondeada. Las ramas del sauce llorón son delgadas, flexibles y se inclinan hacia abajo, creando un efecto de llanto. Las hojas son alargadas, estrechas y de color verde claro, y caen en otoño antes de que el árbol entre en su período de latencia.

El sauce llorón prefiere un suelo húmedo y bien drenado, y puede tolerar una amplia gama de suelos. Es un árbol resistente que puede crecer en áreas con alta humedad y en suelos inundados. El sauce llorón también puede tolerar la poda y puede ser cultivado en forma de arbusto o árbol de tronco único.

En paisajismo, el sauce llorón es muy popular debido a su aspecto distintivo y su capacidad para crear una atmósfera relajante en jardines y parques. También se utiliza para la restauración de humedales y la protección de los márgenes de los ríos debido a su capacidad para reducir la erosión del suelo.

5.- Haya purpurea

Este árbol es casi exclusivo del Espolón. Puede que existan ejemplares en otros puntos de la ciudad, pero destacan los que crecen en el bulevar más simbólico de Burgos. Las hayas purpureas del Espolón se ubican detrás de la estatua de la castañera, junto a la fuente, y próximas al templete, en el lado del río. 

a Haya purpurea, también conocida como Fagus sylvatica 'Purpurea', es una variedad de haya que se caracteriza por su follaje de color púrpura oscuro, que lo hace destacar en cualquier jardín. Es originaria de Europa y Asia Occidental y es un árbol caducifolio que puede crecer hasta 20 metros de altura.

A diferencia de la haya común, cuyas hojas son de un verde intenso, la Haya purpurea tiene hojas de un color púrpura oscuro durante la primavera y el verano, y se vuelven de un tono marrón-rojizo en el otoño. También produce frutos en forma de pequeñas nueces en otoño.

Además de su atractivo estético, la Haya purpurea tiene varios usos prácticos. Sus hojas y ramitas se utilizan a menudo en arreglos florales, y su madera es valorada por su dureza y durabilidad en la fabricación de muebles y objetos decorativos. También se utiliza a menudo como árbol de sombra y se planta en alineaciones para crear un efecto visual llamativo.

6.- Magnolio

Es menos frecuente en Burgos y se ve, sobre todo en el centro. Además de en el Espolón aparece al principio del parque lineal del Vena, en el extremo más próximo a la Plaza España y, en algún jardín entre ese punto y la esquina con la calle de Amaya, donde también crece. Se encuentra igualmente en en parque del Doctor Vara, en el paseo de Atapuerca y el parque Entrerríos. Requieren mucho espacio y una buena cantidad de luz solar para crecer y prosperar. Son ideales para plantar en jardines grandes y espacios abiertos, y pueden proporcionar sombra y belleza durante muchas décadas.

Los magnolios son árboles muy valorados por su belleza y sus grandes flores perfumadas, con colores que van desde el blanco hasta el rosa y el rojo. Sus hojas son verdes por el haz y de color oscuro, casi marrón por el envés, y no las pierde en invierno. Su madera es dura, de color blanquecino que se vuelve parda en contacto con el aire. La corteza tiene propiedades antirreumáticas.

7.- Pinsapo

Entre los grandes paseos de la capital burgalesa apenas si se encuentra pinsapos. Está, obviamente en el Espolón, en la zona del templete, pero también hay un par de ejemplares junto al río Vena en la zona de Reyes Católicos frente a Ibercaja. Es un árbol perenne de hoja perenne que puede crecer hasta una altura de 30 metros. Se caracteriza por sus agujas de hoja perenne, que son gruesas y cortas, y su corteza es de color gris plateado. Produce piñas grandes que pueden medir hasta 20 centímetros de largo y contienen semillas aladas. Es muy resistente al frío y puede soportar temperaturas muy bajas. El pinsapo es un árbol muy valorado por su madera, que es dura y resistente. También es una especie importante para la conservación debido a su distribución limitada y su vulnerabilidad a la tala y el cambio climático. En España, el pinsapo está protegido por ley.

8.- Plátano de sombra

Ya hemos comentado que este árbol es el emblema del Espolón con sus ramas trenzadas y su evolución a lo largo de las estaciones. Pero plátanos en Burgos hay multitud. Tantos como chopos probablemente. La ribera del Arlanzón está plagada de estos árboles de gran porte y resistencia.

Entrañables como viejos vecinos que son puesto que es muy común en pueblos y ciudades por su amplia copa de hojas grandes y su capacidad para proporcionar sombra. Además de proporcionar cobijo, el plátano de sombra es valorado por su capacidad para purificar el aire, ya que sus hojas pueden atrapar partículas y gases contaminantes. También es una especie muy resistente a las enfermedades y las plagas, lo que lo convierte en una opción popular para la plantación en áreas urbanas y suburbanas.

Encontramos plátanos de sombra a lo largo de todo el parque lineal del río Vena, en el Parral, el parque Vara, el paseo de la Universidad, parque Europa, los jardines de la Cruz Roja en la plaza del Rey, en los jardines junto a la Real y Antigua de Gamonal, así como en el parque de la Luz. 

9.- Chopo blanco

Si los castaños de Indias son muy comunes en Burgos, los chopos lo son aún más. Por algo su nombre científico en latin es 'populus'. No puede ser más popular, con sus 40 especies, de las que en Burgos cuenta principalmente con tres. La Quinta o Fuentes Blancas están plagados de chopos así como toda la ribera del río Arlanzón. Casi podría decirse que alli donde aparezca un rincón verde en Burgos habrá un chopo. Pero las congregaciones más importantes de esta especie, en sus variedades de chopo blanco, de hoja de peral y el híbrido de Canadá, se encuentran en el parque de El Parral, en el parque lineal del Vena en diferentes puntos; en Gamonal en el parque Félix y en el de Buenavista, así como en el parque de la Luz del G-3; en el parque Vara y en el paseo de Atapuerca; y también en el paseo de la Universidad. 

El más común es el chopo híbrido de Canadá (Populus canadensis), que es la subespecie responsable de que en Burgos nieve en junio en forma de pelusas que flotan en el ambiente y se depositan sobre el suelo dejando un insólito manto blanco. Lo curioso es que esas pelusas no son polen sino que son el fruto de este árbol. 

Es un árbol de rápido crecimiento que puede alcanzar una altura de 25 a 30 metros y una anchura de 12 a 15 metros, que se planta a menudo para proporcionar sombra en áreas urbanas y rurales, y se utiliza para controlar la erosión del suelo debido a sus raíces fuertes y extensas.

Para diferenciar entre unas especies y otras hay que fijarse en las hojas o en las diferencias de su tronco.

10.- Tejo

Con los tejos ocurre como con otros árboles menos frecuentes, que aparecen diseminados en pequeños jardines y quedan fuera de los grandes paseos. Sin embargo es relativamente frecuente en Burgos. En el Espolón existen numerosos tejos delimitando el andén central, separándolo del lateral de las edificaciones y del paseo Marceliano Santamaría. Los archiconocidos árboles esculpidos con diferentes formas en el Espolón son precisamente tejos, lo que los convierte en los más reconocibles y recordados de este emblemático paseo burgalés. Las curiosas formas que son esculpidas desde hace décadas por los operarios de los jardines de Burgos permanecen todo el año, ya que se trata de un árbol de hoja perenne.

Lo encontramos en el parque Vara y en el paseo de Atapuerca frente a la delegación de Sanidad, la antigua casa de socorro; en el tramo final del parque lineal del río Vena y junto a la Antigua de Gamonal. Obviamente lo hay en diferentes rincones de la ciudad, como la plaza del Cordón,

El tejo, también conocido como Taxus baccata, es un árbol de hoja perenne que se encuentra comúnmente en Europa, Asia y algunas partes de América del Norte. Es conocido por su madera dura y duradera, así como por su uso en la medicina tradicional.

El tejo puede crecer hasta una altura de 10 a 20 metros y tiene una copa ancha y redondeada. Sus hojas son alargadas, de color verde oscuro y tienen un aspecto punzante. El árbol produce pequeñas flores en primavera y frutos rojos en forma de baya en otoño.

El tejo prefiere un suelo bien drenado y una exposición a pleno sol o sombra parcial. Es una especie resistente y de crecimiento lento que puede vivir durante siglos. Es comúnmente utilizado en paisajismo para su apariencia ornamental y su capacidad para proporcionar sombra en áreas sombreadas.

Sin embargo, el tejo es también conocido por ser venenoso y debe ser manejado con precaución. Las bayas y las hojas contienen una toxina llamada taxina, que puede ser peligrosa si se ingiere. El tejo también ha sido utilizado históricamente en la medicina tradicional para tratar enfermedades como el cáncer y la artritis, aunque su eficacia no ha sido comprobada por la medicina moderna.

11.- Tilo

La presencia del Tilo está muy extendida en Burgos. Aparece en la mayoría de los grandes paseos y parque y en multitud de rincones de la ciudad. Además del Espolón, encontramos una gran agrupación de estos árboles en el paseo de Atapuerca, entre la pasarela de la Evolución y el monumento a Santo Domingo de Guzmán. También hay tilos en Gamonal: en los parques Félix, de Los Poetas y de la Luz (G-3); en el paseo de la Universidad y en el parque lineal del Vena a lo largo de toda su extensión; así como en los parques del Castillo y el Parral.

Los tilos pueden crecer hasta una altura de 20 a 40 metros y tienen una copa ancha y redondeada. La corteza es suave y de color grisáceo, y se desprende en placas finas. Las hojas son grandes, de color verde oscuro en verano y amarillo dorado en otoño. Las flores del tilo son fragantes y blancas o amarillentas, y se agrupan en racimos colgantes.

Los tilos prefieren un suelo húmedo y bien drenado, y pueden tolerar una amplia gama de suelos, incluyendo los suelos arcillosos y los suelos arenosos. Son árboles resistentes que pueden crecer en áreas urbanas y suburbanas, y son comúnmente utilizados en paisajismo debido a su belleza ornamental y su capacidad para proporcionar sombra.

Además de su uso ornamental, los tilos también tienen una larga historia de uso medicinal y culinario. Las flores del tilo se utilizan en la preparación de té y otros remedios herbales, y se dice que tienen propiedades calmantes y relajantes. También se han utilizado en la fabricación de dulces y otros alimentos.

12.- Tuya gigante

No es un vecino frecuente entre la flora arborícola burgalesa. Además de en el Espolón, en el centro sólo lo encontramos en el Castillo. Es más común en Gamonal donde crecen ejemplares junto a la Real y Antigua, en el parque Félix y en el extremo sur del parque de los Poetas. 

Es un árbol de hoja perenne de gran tamaño, por lo que se emplea comúnmente en paisajismo, y que proporciona madera de alta calidad, de ahí que sea apreciado en la construcción.

La Tuya gigante puede crecer hasta una altura de 50 a 70 metros y tiene una copa estrecha y piramidal. Sus hojas son pequeñas, de color verde oscuro y escamosas. Produce pequeñas piñas que contienen semillas aladas.

La Tuya gigante prefiere un suelo húmedo y bien drenado, y puede tolerar una amplia variedad de suelos, desde los suelos arcillosos hasta los suelos arenosos. Es una especie resistente y de rápido crecimiento que puede vivir durante siglos. La madera de la Tuya gigante es resistente a la descomposición y se utiliza comúnmente en la construcción de edificios y puentes, así como en la fabricación de muebles y otros productos de madera de alta calidad.

Además de su uso en la construcción y la carpintería, la Tuya gigante también se utiliza comúnmente en paisajismo debido a su belleza ornamental y su capacidad para proporcionar sombra y privacidad. Es comúnmente utilizado como seto o pantalla natural debido a su denso follaje.