Los servicios de teleasistencia y comida a domicilio duplican sus usuarios en Burgos en tres años

La pandemia derivada de la covid-19 y el envejecimiento de la población son las principales causas de un incremento en el uso de los servicios de teleasistencia y de comida a domicilio. Así  lo pone de manifiesto la concejal de Servicios Sociales, Sonia Rodríguez.  En el caso de la teleasistencia, los usuarios han pasado de 1.057 en 2020 a 2.121 en 2022. Un crecimiento similar se ha producido en el servicio de comida a domicilio. Así, ha pasado de tener 420 usuarios en 2020 a 739 en el pasado 2022.

El servicio de teleasistencia «se encarga de cubrir situaciones de fragilidad como la soledad, la dependencia o el aislamiento y situaciones específicas de crisis o emergencia dentro y fuera del domicilio», recuerda Rodríguez. «El dispositivo se instala en casa pero también se puede llevar fuera del domicilio». 

La teleasistencia permite así desarrollar una labor preventiva pero también proactiva. «Si la persona tiene una caída o se encuentra mal solo tiene que presionar el botón para que haya una actuación inmediata de auxilio». Por otra parte y a petición del usuario se pueden desarrollar servicios de mantenimiento de la salud y atención a la persona dependiente, de apoyo a los cuidadores y de gestión de citas médicas. 

Durante el año 2022 el Ayuntamiento fue el encargado del programa tanto a nivel contractual como en la gestión de usuarios, pero desde el 1 de enero de 2023, «se ha implementado un programa regional, que no supondrá cambios en el servicio, salvo que ahora es la Junta la que se encarga a nivel contractual».  

Desde el 1 de enero 2021 se trata de un servicio gratuito. Y eso, unido a la pandemia de la covid, ha disparado el número de usuarios, pasando de 1.057 en 2020 a 2.121 en 2022, duplicándose en solo dos años. «Del total de usuarios un 74% son mujeres», añade la concejal responsable. 

Comida a domicilio

En el caso del servicio de comida a domicilio ha ocurrido algo similar en cuanto al aumento de usuarios. En el 2022 hubo 738 usuarios, pero Rodríguez destaca especialmente «el salto que se produjo del  2019 a 2020, año de la pandemia, cuando se pasó de 420 a 609».  Así, en 2022 se entregaron 155.575 menús.

Ahora «estamos en un punto de estabilización», señala la edil, quien explica que «el servicio se dio a conocer con la pandemia y especialmente durante los meses de confinamiento». El servicio pretende que las personas mayores  puedan permanecer en su domicilio el mayor tiempo posible y deseado con una alimentación adecuada y equilibrada.

«Se preparan menús diversos para los usuarios: sin sal, para diabéticos, hipocalórico o triturado», señala la concejal. «El objetivo es favorecer la prevención de trastornos de salud por una alimentación insuficiente o poco equilibrada», añade. Del total de usuarios, el 44,7% son hombres y el 55,3%, mujeres.  «Son personas muy mayores por normal general: el 85% son mayores de 65 pero el 65% pasan de los 85 años y el 25% de los 90». Además «se atiende a un 13% de personas menores de 65 con discapacidad». 

Ayuda a domicilio

La tercera rama de este paquete de prestaciones sociales lo protagoniza la ayuda a domicilio. «Al contrario de lo que ocurre en la teleasistencia y en la comida a domicilio, en este servicio hemos notado un estabilización de los usuarios», apunta Rodríguez. Así, mientras que en el año 2019 había 2.015 expedientes, en 2020 se producía una bajada de usuarios por la covid, hasta los 1.770. Ya en 2021 los usuarios volvían a crecer. Hasta los 2.126. El año 2022 se cerraba con 1970 usuarios. De ellos, Rodríguez distingue dos tipos de expedientes: «En diciembre había activos 1.074 usuarios aunque 2.000 usaron el servicio a los largo del año».  

Si bien los usuarios se mantienen lo que sí crece es el número de horas de servicio. En concreto un 22%. Y es que mientras que en 2021 se realizaron 236.368 horas de servicio, en 2022 se incrementaron hasta las 287.320. Este aumento del tiempo responde «a un mayor envejecimiento y dependencia de los usuarios», explica la concejal socialista.  

Del total de usuarios el 67,7% son mujeres y el 32%, hombres. De ellos, un tercio tiene más de 90 años. A ellos se suman 6 personas con discapacidad menores de 65 años y 11 familias con necesidades especiales. «Hemos detectado además un incremento de usuarios en barrios como Gamonal o Río Vena, zonas que si bien hace años eran espacios de familias jóvenes ahora se han envejecido», explica Rodríguez.

El objetivo de este servicio es «atender a las personas en su autonomía, prevenir situaciones de deterioro personas y social e interaccionar con ellos», apunta la edil, quien sin embargo lamenta que la aprobación de un expediente ordinario pueda tardar «hasta 90 días». Un periodo que se reduce a los 2 ó 3 días cuando se trata de una solicitud urgente.

Los costes

En el año 2022, el servicio de comida a domicilio tuvo un coste de   781.049 euros, cien mil euros más que en 2021, mientras que la ayuda a domicilio ascendió a los 5,28 millones de euros, un millón de euros más que en el año anterior.

«Ambos servicios se han incrementado notablemente», señala Rodríguez. La edil recuerda, en este sentido, que entre ambos programas el coste asciende a 6 millones de euros. De ellos, 1,2 millones son aportados por los usuarios (un 20%), mientras que la Junta apunta 3,78 millones de euros, un 62%, y el Ayuntamiento un 18%, 1 millón de euros.

En este sentido, la concejal de Servicios Sociales recuerda que ambos servicios son de titularidad autonómica. «Si bien es cierto que la Junta ha incrementado su aportación, la realidad es que no es suficiente y el Ayuntamiento de Burgos tiene que poner un millón de euros para servicios que debieran ser financiados en su totalidad por el Gobierno autonómico», que «tiene recursos suficientes, transferidos del Gobierno central, para hacer frente a los servicios».