El Correo de Burgos

8M, DIA DE LA MUJER

Radiografía del mercado laboral femenino en Burgos. La mujer debe trabajar un 26% más que un hombre para cobrar lo mismo

Ellas ganan 6.200 euros menos que ellos en Burgos. Seis de cada diez tarjetas de paro tiene nombre de mujer y protagonizan el 70% de las jornadas parciales 

La mujer percibe 18.429 euros de media por su trabajo, 6.400 menos que un hombre. TOMAS ALONSO

La mujer percibe 18.429 euros de media por su trabajo, 6.400 menos que un hombre. TOMAS ALONSO

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Burgos

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Como cada 8 de marzo las calles se teñirán de violeta y reclamarán igualdad. Los mensajes se difuminan entre la violencia de genero, una lacra de la sociedad, y la reivindicación de una igualdad laboral real. Pero el 8 de Marzo era el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Esa que está  obligada a trabajar un 26% más que el hombre para cobrar lo mismo. «Es verdad que la última reforma laboral y las subidas del Salario Mínimo han beneficiado a la mujer pero porque ella es protagonista de los trabajos más precarios y de la parcialidad», explica la delegada de Igualdad de CCOO, Henar Paredes. La realidad es que el mercado del trabajo se ha abierto a la mujer pero las condiciones a las que acceden no son iguales a las de los hombres. «Aunque se han multiplicado por cuatro los contratos indefinidos entre las mujeres la realidad es que en las jornadas parciales sellas son protagonistas porque siguen siendo ellas las que asumen los cuidados de hijos o padres», destaca.Las cifras lo atestiguan. Ellas ganan 6.200 euros menos que ellos de media en la provincia de Burgos. Supone un ligero descenso respecto a la situación de hace diez años. La brecha de género en las nominas se ha reducido unos 298 euros. «Se van consiguiendo pequeñas cosas, pero todo avanza muy poco a poco», lamenta Paredes. Añade, ademas, que la brecha de género entre las mujeres inmigrantes aun es mayor. «Ellas tienen que trabajar el doble para cobrar lo mismo que los hombres». Los cuidados vuelven a estar detrás del suelo pegajoso que impide escalar profesionalmente a la mujer y que le hace inalcanzable romper el techo de cristal. Aunque algunas lo rompen, el proceso «obliga a elecciones que en el hombre ni se plantean». En las cifras de la estadística del Mercado del Trabajo y las Pensiones de Hacienda se observa que 49.831 de las 68.500 burgalesas que perciben un sueldo cobran por debajo del salario mínimo. La cifra se ha logrado reducir en tres puntos en los últimos diez años. Hoy son el 33,6% de los trabajadores, en 2011 eran el 36,5% fundamentalmente por el impacto  de la subida del salario mínimo.Pero, como consecuencia de esa subida, las mujeres en el top salarial, unos 10.000 euros al mes, se ha estrechado un poco más. Hace diez años eran 112 mujeres que percibían siete veces el SMI, entonces, unos 11.229 euros con una brecha salarial de 17.375 euros. Hoy las mujeres que multiplican por siete el salario mínimo a penas son 18 frente a 193 hombres. Ellas ganan 191.513 euros al año de media que son 12.161 euros menos que ellas. Es decir, aun rompiendo el techo de cristal la brecha de género no para de crecer. Hay cifras que permiten hablar de cierta paridad como la de los contratos. Durante el año 2022 se firmaron 121.888 contratos de trabajo de los que 61.800 tenían firma masculina mientras que 60.062 era femenina. La brecha de acceso al empleo se hace más grande cuanto más estable es el tipo de contrato que se firma.  De los 29.298 contratos indefinidos firmados el año pasado el 45% era suscrito por una mujer. En obra o servicio o circunstancias de la producción, muy habituales en la industria, también ellas son menos. (1.438 en obra o servicio frente a 2.188 caballeros y 29.582 mujeres en contratos por circunstancias de la producción frente a 32.251 hombres). Ellas son la mitad en los contratos de mejoras de la inserción laboral y el doble en aquellos puestos de trabajo financiados por fondos europeos. Ellas ganan en los contratos de sustitución, 9.367 mujeres frente a 4.597 hombres pero son cuatro veces menos en los contratos de jubilación parcial y la mitad en los contratos de prácticas cuando el peso de los cuidados es inexistente. Aunque la gran brecha por género se da en la tipología de jornada. Ellas son las campeonas en las jornadas parciales. De nuevo el rol de los cuidados asoma la cabeza. El 68% de las jornadas parciales tienen a una trabajadora al frente. Existen 34.705 contratos que no alcanzan la jornada completa. Ellas protagonizan 23.651 jornadas parciales entre los contratos firmados durante todo el año. La parcialidad va desde los contratos de inserción donde tres de cada diez jornadas parciales las firma una mujer al 88% de las jornadas parciales de los contratos de sustitución. Reenganche laboral casi imposibleEl reenganche laboral, tras años dedicadas al hogar, es otro de los grandes escollos del mercado laboral para la mujer. Algo que queda muy patente en las cifras del paro, donde ellas son 9.280 de los 16.000 parados con los que cerró Burgos el año pasado. En el colectivo sin empleo anterior este fenómeno es muy claro. En total son 1.36 personas las que buscan un empleo por primera vez o llevan más de dos años sin trabajar. Aquí son 688 las mujer frente a los 348 hombres. La cifra es inversa en personas menores de 20 años. Hay 50 mujeres frente a 102 en paro. La brecha se dispara a partir de los 34 años. Ahí son 220 las mujeres que buscan volver al mercado laboral frente a 50 hombres. En mayores de 44 ellas son una abrumadora mayoría. Ocho de cada diez personas sin empleo anterior que buscan reengancharse en el mercado laboral es una mujer. «Es un problema tremendo que mujeres con títulos y una formación impresionante no puedan acceder al mercado laboral porque no hemos tenido tiempo de realizar una actualización, sin esa adaptación es muy difícil reengancharse», explica Paredes. De ahí que en este 8M los sindicatos encabecen la lucha por la igualdad en el acceso al mercado laboral, en la igualdad salarial y en el ascensor de categorías laborales. «Es clave que se equiparen los planes de igualdad a la categoría de la negociación colectiva y que lo que se refleja negro sobre blanco se cumpla, algo para lo que la inspección juega un papel clave», insisten desde CCOO. Las cifras dicen que 180 planes de igualdad se han puesto en marcha entre el empresariado de la provincia pero «muchos no están completos». Henar Paredes critica que «no hay auditorias salariales, hay empresas que no dan información y otras que incluso no los registran y son cuestiones sobre las que la inspección laboral debería poner el foco para lograr esa plena igualdad en el mercado laboral».

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